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erfecta, un adjetivo temido y a su vez añorado, una palabra que envuelve a la mujer que con el fin de satisfacer las expectativas ajenas e incluso propias, debe procurar desempeñarse con honores en cada uno de sus roles.Desde que la mujer se independizó, sus labores aumentaron, lo cual generó nuevas necesidades impuestas por los círculos sociales. Estamos educadas para ser la novia perfecta, la esposa perfecta, la estudiante perfecta, tener el cuerpo perfecto, ser la madre perfecta, la amiga perfecta, la profesional perfecta, es decir encarnar el concepto de perfección proyectando armonía y balance en cada instante. Sin embargo, aunque seamos el género con mayores habilidades de multitasking, es imposible e inhumano esa idea de perfección. La perfección femenina, la cual se nos fue adjudicada por querer ser “libres e iguales” son exigencias externas que ejercen presión y sometimiento, de hecho son las mismas mujeres jueces y partes de esa mal llamada perfección. Hoy en día podemos ver como perdemos el rumbo de lo que es realmente ser mujer o por lo menos lo autentico de ello y dejamos de lado los espacios que nos permiten celebrarnos, consentirnos, empoderarnos y amarnos.
Es por ello, que con el fin de generar un espacio de empoderamiento femenino, Women’s Weekend llegó a Colombia, para recordarle a las mujeres que deben dedicarse tiempo para sí mismas, para conocerse, entenderse e incluso empatizar por medio del diálogo con otras. En el Hotel W de la ciudad de Bogotá, 20 y 21 de Mayo 2017, se llevó a cabo un espacio donde las mujeres hablaron de aquellos temas que suelen acomplejarnos como género, resolvieron dudas y lograron comprender que lo más importante en el universo es sentirse bien con ellas mismas.
El espacio Women’s Weekend se dividió en 5 temáticas donde se abarcaron universos femeninos que iban desde la autoconsciencia, las tendencias, la cocina, el mundo fitness y el bienestar, además del Great Room, en el cual se realizaban conversatorios donde líderes de opinión exponían su posición frente a temas de interés. En este último es de resaltar el Panel “Mujeres al Mando”, en el cual la Brigadier General Clara Esperanza Galvis, Catalina Bretón, Carolina Rojas y María López hablaron acerca de las dificultades de lograr un balance familiar, personal. Un tema que sin darnos cuenta nos corresponde a todas pues independiente de la edad y etapa de la vida en que nos encontremos es necesario comprender cómo priorizar los diversos ámbitos que nos corresponden como mujeres para alcanzar las metas personales y la autorealización, sin olvidarnos de nosotras mismas.
Cada uno de los espacios de Women’s Weekend ofrecieron experiencias inolvidables, crearon una atmósfera de tolerancia, libertad y expresión para las mujeres asistentes y entregaron conocimiento de temas relevantes para mejorar la calidad de vida del género. Se ofrecieron momentos para todo estilo de mujer quienes disfrutaron de un itinerario personalizable pues, cada una de las asistentes, poseía el poder de elegir los temas y experiencias a disfrutar con base en sus necesidades, gustos y prioridades, enfocándose siempre en su bienestar personal y en aprender de la mano de expertos.
A partir de cada una de las actividades, las asistentes comprendieron que su perfección se centra en la individualidad personal y en el mutuo apoyo que momentos como éste logran despertar. A lo largo de los dos días se logró percibir cómo, incluso sin conocerse, unas a otras se apoyaban, se interesaban en las preguntas y pensamientos de las demás e incluso se halagaban luego de las experiencias transformadoras que se apreciaban en el stand de maquillaje.
Women’s Weekend, fue un espacio para impulsar la auto aceptación y amor propio que a su vez generó herramientas y redes de co-working que unieron a marcas y asistentes, además se complementó de una aplicación propia que ofrecía herramientas de conexión para así generar vínculos más duraderos y provechosos entre las mujeres participantes.
Women’s Weekend fue una experiencia ideal que nos permitió sentirnos a nosotras mismas, abrazarnos, entendernos, perdonarnos y admirarnos. Nos recordó que como mujeres no existe nada más perfecto que nuestras pequeñas grietas, nuestros errores, nuestros “defectos” que nos han empoderado, de los cuales hemos aprendido y nos han impulsado a ser día a día una versión mejorada de nosotras mismas. Porque perfecta no es aquella imagen que los medios o sociedad nos ofrecen, perfecto es el hecho de ser mujeres.
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