“ Un diseñador de moda debe ser un arquitecto del corte, un escultor de la forma, un pintor de los colores, un músico de la armonía y un filósofo del estilo ” – Balenciaga
Alguien me preguntó recientemente en cuál época de la historia me hubiera gustado haber vivido y lo primero que se me viene a la cabeza para responder a esa curiosidad son dos palabras de distintos mundos creativos pero relevantes a un mismo escenario estético: Arte y Moda, ya que recuerdan al espíritu de la sociedad y son el reflejo de la cultura, la política, el arte, la naturaleza, la tecnología y los negocios. Sin embargo, a partir de esa abstracción es inevitable plantearse un interrogante ¿Es la moda arte?.
La semántica que recae sobre la palabra curador evoca paralelamente a la del editor, ya que se desempeña como filtro para la preservación y la exposición, por lo general, de bienes artísticos. Si bien, -“La moda, como todas las demás artes, tiene su lugar dentro de la galería de un museo. No existe contradicción entre la moda como industria y como arte” – asegura Pamela Golbin, quien es curadora del museo de la Moda y los Textiles en el Louvre de París, lo cual quiere decir que aunque un vestido se encuentre producido dentro del sistema de la moda y no dentro del mundo del arte, las barreras se difuminan al hacer parte de la exhibición en importantes museos de arte e inclusive existen museos que tienen específicamente como objeto la moda, por ejemplo el Kyoto Costume Institute en Japón, The Costume Institue of The Metropolitan Museum of Art [MET] y el The Museum at FIT en Nueva York, en Londres el Victoria and Albert Museum, y el Museo de la Moda en Chile, por nombrar algunos.
Cuando hablamos de la moda como arte, hablamos por lo general del rubro de la Alta Costura, la cual tuvo sus inicios en la modernidad al finalizar el siglo XIX por medio del primer diseñador, Charles Frederick Worth, quien se auto proclamaba como un artista del vestir y autenticaba sus prendas etiquetándolas con marquillas.Es exacto precisar que a la Alta Costura sólo puede ser confeccionada por los miembros oficiales y algunos invitados por la Chambre Syndicale de la Haute Couture en Paris, y para ello se rigen bajo determinadas reglas y técnicas artesanales, tales como: 1. Presentación de dos colecciones al año en Paris que constan de veinticinco conjuntos [46 vestidos] y que corresponden a inspiraciones conceptuales y no de tendencias. 2. La confección de las prendas debe ser 90% a mano. 3. Los textiles serán únicos y con fibras 70% naturales. 4. La marca o diseñador debe tener su taller en Paris con no menos de veinte atelires [sastres] trabajando. 5. Las prendas están hechas con medidas y tallaje fijo. 6. La comercialización de las prendas tienen fines editoriales, algunas veces para carpeta roja como los Óscares o para museos o para un 3% de la población que puede acceder a éstas, sin embargo deben contar con un comprador por continente y sólo hay disponibilidad de tres copias de la misma prenda, en el que además es entregado con un certificado-diploma.
[Para entender brevemente la diferencia entre Alta Costura y Prêt-à-porter en el marco de las tendencias, recomiendo una explicación fácil de digerir de la bloguera Luz Lancheros] [A continuación un clip de cómo se hace un vestido de Alta Costura de Chanel para la colección de Primavera/Verano 2013.]De igual manera, la moda recalca su estatus artístico por medio del Prêt-à-porter [Moda lista para llevar] en los años 80s con el Vanguardismo Japonés mediante algunas propuestas de siluetas desestructuradas en occidente, constituido principalmente por los diseñadores Issey Miyake, Rei Kawakubo [Comme des Garçons] y Yohji Yamamoto. Posteriormente, en la década de los 90s el Deconstruccionismo Belga liderado por Martin Margiela, Dries Van Noten, Rick Owens y Hussein Chalayan, se planteaba una reconstrucción conceptual del significado de la ropa y la forma de llevarla. También, la manera de presentar las colecciones abre una ventana al performance artístico en pasarela, tal como el show de Alexander McQueen con la proyección del holograma de Kate Moss y al de Hussein Chalayan con la ropa utilitaria.
[Clip Alexander McQueen Otoño/Invierno 2006] [Clip Hussein Chalayan Otoño/Invierno 2000 – Ver en 4:11 y 7:24 ]Igualmente, abajo se observan algunas de las colaboraciones e influencias más reconocidas en el mundo de la moda y el arte. Encontramos a Schiaparelli y Dali con el vestido de langosta [1937], Yves Saint Laurent y Mondrian [1965], Versace y Warhol [1991], Louis Vuitton y Yayoi Kusama [2012]. Por supuesto, en cuanto a producción de desfiles hay punto de convergencia, como se vió en la pasarela de Primavera/Verano 2013 de Louis Vuitton en Paris, en el que el artista conceptual francés Daniel Buren realizó la instalación escenográfica. Para la pasarela de Otoño 2013 de Marc Jacobs en Nueva York, se baso en la instalación en el Tate de Londres, The Weather Project del artista Olafur Eliasson.
Así, acertadamente Valerie Stelee, socióloga de Moda y directora del Museo del FIT, habla precisamente en una conferencia que ofreció en el 2012 en el Mumok de Viena y fue titulada Is Fashion Art? [Ver Conferencia en Inglés], sobre cómo históricamente la moda se ha visto como algo superficial, frívolo, temporal, efímero y de constante cambio; es asociada con el cuerpo y la vanidad caprichosa femenina que evoca al capitalismo e induce a pensar que existe algo corrupto en la moda. Por el contrario, el arte es restringido a un campo de alta producción cultural, incluido la pintura, escultura y la música, y que concierne respectivamente a lo eternamente bello, a la verdad y a lo bueno que es absolutamente trascedente.
Lo cierto es que el arte y la moda contienen puntos de encuentro y se influencian entre sí porque ambos pertenecen al mundo creativo que representa a la naturaleza, y que se acoplan como un espejo dentro de la historia del cambio de las ideas en la humanidad. Ambas abstracciones están trazadas por la creación de imágenes cargadas de símbolos, significados, motivaciones, inspiraciones, expresiones, comunicación y representaciones que cobran vida en un objeto-obra.
Algunos personajes del mundo de la moda ya han expresado sus opiniones acerca de ésta discusión entre moda y arte. Por su parte, Miuccia Prada expresó sus ideas en el 2012 como parte del texto de la exposición Schiaparelli and Prada: Imposible Conversations en el MET [Metropolitian Museum of Art de Nueva York], y que a propósito en mi paso por Nueva York el año pasado, tomé algunas notas acerca de su interesante postura sobre el tema:
-“Nunca quise ser una artista, nunca he querido que me llamen artista; el término en sí mismo parece anticuado, es un término que no se refiere a los tiempos modernos y es muy confuso. Lo que amo de la moda es la accesibilidad y su democracia, todo el mundo lo lleva puesto y todo el mundo tiene que ver con ello … Actualmente la moda no necesita la validación del arte. Los artistas se han dado cuenta sobre el poder de la moda para responder a los rápidos eventos actuales. Y siendo crítica, muchos artistas que conozco están envidiosos de la inmediatez de la moda; también están envidiosos de la habilidad de la moda de darle forma a la identidad …Diseñar ropa es creativo pero no es arte. Los diseñadores de moda hacen ropa y deben venderla. Tenemos menos libertad creativa que un artista, pero para ser honesta, lo que sea que la moda sea, arte, o lo que sea que el arte sea, realmente no me interesa; de pronto nada es arte, ¡A quién le interesa!” –
[Uno de los ocho Clips, dirigidos por Baz Luhrmann, como parte de la exhibición. Conversación ficticia entre Elsa Schiparelli (Interpretado por la actriz Judith Thurman) y Miuccia Prada]Por otro lado, Grace Coddington, editora de moda de Vogue USA, hace alusión, en su autobiografía Grace, sobre la fotografía de moda como arte – “La moda es a veces muy creativa, pero no estoy segura que la llamaría arte, es presionarla un poco… En la fotografía de moda la regla numero uno es hacer la foto hermosa y lirica o provocativa e intelectual, pero aún así el vestido se debe ver”-
Además, el dialogo entre la moda y el arte ha sido evidente mediante las exhibiciones reconocidas en el MET de NYC, las cuales fueron pioneras por la editora-curadora Diane Vrleeland en 1972, y de las cuales se encuentran The World of Balenciaga [1973], Hollywood Design [1974], The Glory of Russian Costume [1976], and Vanity Fair [1977]. En la actualidad esas exposiciones han sido continuadas con el apoyo de Anna Wintour en forma de gala de beneficencia, en las que sobresalen Savage Beauty [2011] de Alexander Mcqueen, y Schiaparelli and Prada: Imposible Conversations [2012]. De hecho, las expectativas se proyectan hacia el próximo mayo de 2013 porque se inagurará la nueva muestra PUNK: Chaos to Couture, la cual se encuentra dentro del marco del dadaísmo y el postmodernismo .
[Clip de la exhibición Savage Beauty de McQuenn, curada por Andrew Bolton]Finalmente, las definiciones de arte han cambiado mucho en el último siglo, por lo tanto responder a la pregunta sobre si la moda es arte tiene que ver también en cómo definimos el arte hoy, lo cual nos recuerda a la obra de Andy Warhol y el Pop Art , en la que se cuestiona si en verdad existe el arte o solo artistas. Esa perspectiva es interesante especialmente desde la mirada multicultural, globalizada y subjetiva del mundo contemporáneo, en el que se genera contenido creativo por colaboraciones en un remix de culturas, artes, técnicas y campos, y es publicado digitalmente en cuestiones de segundos.
Retomando al inicio de ésta entrada y respondiendo a la curiosidad que impulsó a reflexionar todo lo anterior, creería que es difícil limitarse a escoger una sola época histórica del pasado, ya que como Anna Wintour, directora de Vogue USA, dijo alguna vez, la moda se trata de mirar hacia el futuro y no al pasado, o en palabras de Albert Elbaz, director creativo de Lanvin, -” La moda es como una fruta. No se pudo comer el día anterior, no se pudo comer el día después. Es sólo acerca de hoy”- . Sin embargo, tendría que nombrar dos momentos estéticamente opuestos, que aunque son anacrónicos, me parecen atractivos dentro de la misma lógica cíclica de la moda y la antimoda: Primero, a pesar del incomodo vestuario femenino de crinolina, corset y exageradas pelucas y maquillaje, me llamá la atención el Rococó parisino en las artes decorativas de 1775 que representa a una Maria Antonieta acuarelabe y recargada en los banquetes de la corte Versalles, en medio de minuetos de Rameau, y a portas de la Revolución Francesa. Por otro lado, mi otra opción recurre al Minimalismo de los años 90s, que hace referencia a la tendencia del conceptualismo en el arte y corresponde a una estética atemporal de formas básicas, depurada, androgénica, arquitectónica, de capas, yuxtaposciones y austera al ser reducida a lo esencial, lo cual puede ser tener orígenes en Coco Chanel; además, porque hace auge el Street Fashion, al mezclar el casual wear con el Prêt-à-porter y toma relevancia los accesorios en los outfits.
[Clip de la película Maria Antonieta de Sofia Coppola (2006)]-“La obra de arte es un objeto el cual existe solo por la virtud de la creencia colectiva que la conoce y la interioriza como arte…Es necesario tener la producción simbólica del valor de la obra y creer en el valor de la obra, y no solo concierne a su materialidad, sino que concierne a los productores del significado del valor de la obra, tales como críticos, editores, curadores, que generan en los consumidores la capacidad de reconocer una obra de arte legitimadas o en vía de legitimación, como lo fue en su época formas de arte como el jazz, la fotografía y el cine”- Pierre Bordieu, sociólogo francés.
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