E
n cuanto a ofertas gastronómicas se refiere, Bogotá cuenta con una innumerable lista de restaurantes que van de los muy buenos a los muy malos y de los excesivamente costosos a los ridículamente baratos, sin que eso signifique que sea algo malo o que el alto precio sea igual a excelente calidad y sabor, pero hay un sitio ubicado en Quinta Camacho que dejó de lado todos los preceptos de dirección culinaria o decoración y estilo para dejar que la imaginación vuele y su comida hable por sí sola, este es Tres Bastardos.
Lejos del esnobismo y en un espacio íntimo compuesto por tan solo una mesa de 14 puestos, nos transporta a las reuniones con nuestros amigos que siempre terminan en la cocina y donde la idea es pasarla bien y comer rico, esto hace que acá el acto de cocinar se convierta en un performance donde la retroalimentación del chef con sus comensales y viceversa es constante y la interacción fluida y natural.
En este restaurante nada está “establecido”, a excepción de sus dos servicios, el almuerzo tipo Comfort Food y minimalista y la comida de la noche, compuesta de 7 pasos con combinaciones emocionantes y atrevidas de distintos ingredientes, pero su decoración, es una galería donde los cuadros cambian a medida que estos son adquiridos y su carta es un lienzo en blanco ideado para que el chef innove, diseñe y sorprenda a los asistentes, es por eso que si quisiéramos encasillarlo con una descripción sería “Anarquía gastronómica” un lugar que rompió con los modelos y las pautas para tener un buen restaurante, en términos de negocio, pero que dejó que sus platos y la pasión que le imprimen a cada uno de ellos sea la carta de presentación ante la industria y la ciudadanía.
La comida de la noche, compuesta de 7 pasos con combinaciones emocionantes y atrevidas de distintos ingredientes…
Ahora, Tres Bastardos se encuentra en una fase de evolución que busca, sin volverse pretencioso, un lugar con mejores experiencias para sus invitados, donde la idea continuará siendo innovar, asombrar y dejar que la comida sea el protagonista principal.
“Anarquía gastronómica” un lugar que rompió con los modelos y las pautas para tener un buen restaurante, en términos de negocio, pero que dejó que sus platos y la pasión que le imprimen a cada uno de ellos sea la carta de presentación ante la industria y la ciudadanía.
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