Los bolsos y carteras son protagonistas y gracias a la tendencia del maximalismo vemos cómo las piedras y la joyería se incorporan en el arte de la marroquinería de manera suntuosa. Colores vibrantes y metalizados se llevan en materiales exóticos y llenos de texturas, apostándole a la exuberancia como expresión máxima del lujo. En esta tendencia barroca el exceso es sinónimo de exquisitez que se contrapone y en muchas ocasiones se mezcla con el nuevo minimalismo del siglo XXI.
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