E
n una época cuando el periodismo de moda era todavía algo rudimentario, desde París se enviaban muñecas grandes y perfectamente vestidas a modistas y clientes privados en todo el mundo occidental, incluso hasta Constantinopla.
La naturaleza floral y botánica ha sido fuente inagotable de inspiración para engalanar el cuerpo; sus colores, formas y aromas permiten desplegar el instinto humano por ornamentarse. Ambas han sido materia prima para la producción de colorantes, fibras y fragancias; los diseñadores textiles las han plasmado en sus tejidos y algunos creadores han adoptado flores como su sello distintivo: la rosa de Paul Poiret,
Recientemente, leíamos sobre una fotografía tomada en los disturbios provocados por protestas en Turquía, la mujer de vestido rojo atacada con gas pimienta por un policía.
En un artículo escrito por Vanessa Friedman para FT.COM, (http://goo.gl/OUpMh) hace referencia en cómo una fotografía,