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ogotá, icono de miles de historias, de eventos que han marcado la historia de un país, la capital de nuestra patria, una ciudad de sueños. En épocas pasadas, Bogotá era un ícono de elegancia. Desde las ciudades aledañas se observaban las prendas de los capitalinos con deseo y admiración.
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espués de 20 años de trayectoria creativa seguir abrigando y abrazando una identidad tan clara, como la que ha afianzado hasta la fecha la diseñadora Adriana Santacruz, no ha sido producto del azar y es así como en el marco de la inauguración del Bogotá Fashion Week 2018 (BOGFW) con su colección –
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l día trae consigo la luz de los nuevos comienzos, del amanecer, de miles de ideas románticas asociadas a la luz, al sol. Esta grandiosa estrella de la que se encuentran enamorados los planetas y la orbitan para hacerle pleitesía, nos ha acostumbrado a alabarla, a sonreírle y florecer con su canto.
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xiste una línea delgada entre diseño y arte, la cual ha causado discusiones a lo largo de los tiempos. Para algunos el arte no puede ser diseño y para otros existe la posibilidad de crear diseños que a su vez sean obras de arte. Es entonces cuando aparece la pregunta que cuestiona a la moda,
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xisten objetos que por extrañas razones despiertan nuestros sentidos evocándonos recuerdos. Objetos, que nos transportan a épocas vividas donde es inevitable no reconstruir emociones, sentimientos, historias. Usualmente, son objetos de época que transportan consigo un sinfín de significados y símbolos que retratan los estilos de vida de la antigüedad.
