E
n el año 2000 un arquitecto se dejó maravillar por la sensibilidad visual con la que percibía Bogotá, la ciudad que está llena de gente y texturas, colores y olores, la que se encuentra en el barrio 20 de julio donde ubicó su sede de trabajo. Desde allí elabora los más arrolladores tapetes y textiles tejidos a mano por su equipo de artesanos que trabajan con más de 2,000 fibras y llevan a gran escala la creatividad y el lujo de este diseñador de interiores.