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na murga carnavalera nos acerca a las tradiciones de nuestros pueblos, nuestra cultura, nos anima a bailar, cantar, aplaudir, quizás gritar, trae consigo felicidad, celebración y fiesta. La guaneña (canción tradicional pastusa), interpretada por el artista Lucio Feuillet para el desfile de Adriana Santacruz está llena de color, de voces únicas, de experiencias inolvidables, quiebra paradigmas musicales, y deja fluir y disfrutar una colección hecha con el corazón.
Algo simple y complejo se entreteje en los acordes que recrean el canto de un pueblo, que reproducen sonrisas y generan arte. Tejer la felicidad es crear un universo de tonos y sensaciones frágiles, pero fluidas, es sintetizar el arcoíris para crear un infinito único e inscribirlo en una burbuja iridiscente. Tejer la Felicidad es agradecer a la vida, soñar, vivir y cantar. Tejer la felicidad es “Síntesis”, la colección de Adriana Santacruz.
Una paleta de tonos primarios, que poco a poco se mezclan con verde, naranja y magenta, se entretejen en cada una de las piezas de la colección de Adriana Santacruz, las cuales acarician con naturalidad la piel femenina, ofreciéndole color y otorgándole alegría. Piezas de vestuario que son como obras de arte, pues son únicas y tejidas a mano por los artesanos nariñenses.
Adriana Santacruz sobrepone abrigos, capas y faldas de siluetas amplias y asimétricas que rompen paradigmas en el arte de vestir y en el concepto de cómo se debe vivir. Una colección que refleja la identidad de su creadora y su visualización sobre la existencia, que a través de los detalles evoca unidad entre lo tribal y la contemporaneidad.
El lenguaje a través del cual dialogan los tejidos de Adriana Santacruz es el lenguaje de Nariño, es el lenguaje de los contrastes, de la alegría, es el arte de vivir la vida olvidando los complejos, aceptando sus dificultades y habitando los colores de nuestra identidad autóctona y tradicional, es permitirse vivir en una burbuja personal elevándose por un cielo de múltiples colores y al culmino de la vida descansar y sonreír en la eternidad.
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