“El vestido debe ser arquitectura pura”, un arte que Shingo Sato afirma ha sido su amor obsesivo desde que recuerda, en cortas memorias que lo transportan a recubrir prácticamente cualquier objeto que tuviera al alcance. La experiencia de este diseñador japonés y las muchas historias contadas por medio de la intervención de textiles, no sólo le ha otorgado una sensibilidad que se aprecia en la habilidad de sus manos al manipular la tela como un material moldeable que se esculpe al más simple toque de sus dedos…también lo ha impulsado a viajar por el mundo a compartir la Técnica TR, una propuesta personal que lo trajo a Colombia a hablar de lo que más le gusta: la creación de siluetas dimensionales.
Lo suyo es la experimentación absoluta. Crear dobleces, borrar líneas de costura, inflar volúmenes en sutiles presiones que recuerdan a la técnica del origami y armar en pedazos aquellas estructuras arquitectónicas que hacen del patronaje, una obra maestra que incluye distintas disciplinas: desde la precisa geometría al conocimiento técnico de la anatomía. De esto se trata su famosa técnica, la “Reconstrucción transformacional” que en sus palabras, no busca revolucionar la historia del diseño, que de por sí ha sido el resultado de transformación, innovaciones y reconstrucciones; su objetivo es proponer otras formas de armar prendas, de “pensar fuera de la caja” y aprovechar el maravilloso lienzo que es el cuerpo humano.
Las siluetas y la estructura física es la principal fuente de inspiración de Shingo Sato, quien se ha interesado más por experimentar que por crear una línea de ropa que se preocupe por las temporadas. Su propia marca y múltiples colaboraciones en Tokyo y Milán, las considera como su caballo de batalla y la posibilidad de seguir en un camino de aprendizaje, que con humor y múltiples preguntas hacia sus estudiantes, los invita a romper los legados. Para él, no se trata sobre encontrar la gran idea que cambiará el destino de la moda, es más una filosofía de paciencia, oriental como su origen; de encontrar un estilo personal y comunicarlo como una historia de vida.
Por su parte, la historia contada habla de las siluetas dimensionales como una manera distinta de interpretar el vestuario. Una reflexión que hace sobre el camino del diseño, al cual pretende aportarle su trabajo, caracterizado por unas manos prodigiosas, la idea de que un vestido es la unión del cuerpo y el espíritu…y claro, una mente esculpidora de ideas.
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