Cronica SEMANA DE ALTA COSTURA DE PARIS F/W 2014-15. Una vez más la alta costura se toma París por una semana para presentar un mundo de narrativas creadas a partir del lujo contemporáneo. Narrativas en forma de desfiles que aterrizan la fantasía de la alta costura del pasado y la convierten en colecciones con prendas que son relevantes para la mujer de hoy. En esta ocasión los primeros días mostraron de la mano de la asimetría, el volumen, las texturas, las pieles y los brocados la manera en la que se desdibujan los limites de la femineidad, la formalidad y el tiempo a través de la silueta.
La semana inició con las creaciones de Donatella Versace, quien dejó de lado sus puntos de referencia de toque contemporáneo de los años 80 y 90, para enfocarse en la mujer de la década de los 50. Una mujer que al estilo de Atelier Versace, se ve empoderada por hebillas de metal doradas y plateadas que se suspenden de trajes con hombros estructurados y cinturas marcadas. La paleta de colores en su mayoría blanca y negro con toques de azul, morado y rosa, dio paso a la experimentación con cortes asimétricos por medio de los cuales vestidos de satín de seda se convertían en trajes de pantalón. Cristales y flequillos de crinolina adornaron camisetas y abrigos cortos que establecieron el link entre los trajes más estructurados del comienzo del desfile y las siluetas sueltas y con movimiento del final de la colección. Una colección con dinámica al estilo Versace.
Fotos cortesía de Marie Claire
Por otro lado, ésta semana de alta costura en París vio la segunda colección creada por Marco Zanini para Schiaparelli. Contrario a lo mostrado la temporada pasada, ésta colección presentó una propuesta textil y de siluetas que hacían mayor alusión a los elementos emblemáticos de las creaciones de Elsa Schiaparelli. En una pasarela con un fondo del color característico de la marca, el Shocking pink (o rosado estridente), desfilaron vestidos en terciopelo, abrigos de paño, chaquetas de cuero y camisetas con bordados tridimensionales e imágenes estampadas alusivas al trompe l’oeil (imágenes realistas que generan una ilusión óptica). Una colección que evolucionó de trajes de dos piezas y vestidos a la rodilla a trajes largos con apliques en relieve y estampados a lo largo de toda la prenda. Zanini se apoyó en las combinaciones de colores vivos como el rojo, el azul y el verde junto con la yuxtaposición de materiales como la seda, las pieles y el cuero al igual que de la exploración del sentido mas literal del animal print, para generar una propuesta teatral que creó un aire de nostalgia alrededor de las creaciones surrealistas de los inicios de la marca en los años 30.
En cuanto a la propuesta de alta costura para otoño invierno 2014/2015 de Dior, el director creativo Raf Simmons presentó un viaje de 8 partes a través de la historia del traje femenino. Un viaje cuyo eje narrativo fue inspirado por la manera en que la estética de cada periodo de tiempo ha ejercido influencia sobre las siluetas de otros periodos sucesores. Para ésta colección de Dior, Simmons logró volver contemporánea la inspiración histórica de periodos como el siglo XVI, La Belle Epoque, los años 20 e inclusive la era espacial y los unió unos con otros. En un salón blanco rodeado de orquídeas, desfilaron trajes en tafetán de silueta campana inspirados en Maria Antonieta, alternados con abrigos de corte Eduardiano en colores como el negro y el rosa, vestidos de silueta recta y cintura caída de estilo flapper, hasta trajes enterizos inspirados en los uniformes de vuelo de los pilotos espaciales, todos bordados con patrones delicados y en una paleta de colores pasteles, blancos, negros y crudos. La combinación y mezcla de épocas en un solo desfile creo un aire de cotidianidad a la alta costura, un aire que se ha vuelto insignia del Dior creado por Raf Simmons.
Temprano en la mañana del martes se presentó en el Grand Palais la colección de Alta costura de Chanel. A diferencia de temporadas pasadas la teatralidad en el escenario fue cambiada por el minimalismo del blanco. La colección con algunos toques ochenteros que Karl Lagerfeld describió como “Barroco combinado con Le Corbusier”, presentó una combinación de bordados y brocados sobre las siempre presentes y de igual manera modernas chaquetas y chaquetones en tweed con cuello redondo. Éstas estuvieron acompañados por shorts que sobresalían levemente debajo de cada prenda. Los vestidos con faldas amplias y estructuradas hacían énfasis en el manejo de las proporciones y el volumen hacíendo alusión a la estética modernista del Arquitecto Le Corbusier. El styling, con un toque punk, mostró a las modelos adornadas con un mohicano falso, mientras que el calzado tenía tono minimalista y despreocupado con sandalias planas y botas a la rodilla sin tacón. A medida que progresaba el desfile los bordados barrocos impregnaban más las prendas y aparecían las pieles y las plumas como terminados en cuellos, dobladillos y puños. Al terminar la máxima expresión de lo que Lagerfeld definió como barroco, una secuencia de vestidos blancos con bordados dorados en cuellos y dobladillos inundó la pasarela para dar paso a la novia Chanel con un vestido blanco en A de líneas simples con mangas larga y cuello bandeja, el complemento perfecto al blanco frío y arquitectónico de la pasarela. Una colección que mostró el balance entro simple y lo elaborado de Chanel.
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