E
l diseño de joyas siempre ha tenido una ventaja sobre cualquier expresión de moda, su material, el llamativo de las piedras preciosas ha sido apreciado desde épocas antiguas por la majestuosidad de sus componentes. El diseño de joyas, entonces tiende a ser llamativo de por sí, por sus brillos y colores impactantes que causan en el espectador ilusiones, deseo. Sin embargo, no todos los diseñadores se sienten satisfechos con la creación de piezas delicadas y sutiles, piezas de ensueño, algunos prefieren utilizar estas piedras para contar historias, adornar cuentos. Sebastián Jaramillo, es un diseñador que da cuenta de ello, se dedica a transmitir sueños y sucesos embellecidos que permiten al público cuestionarse acerca de la belleza de la vida y sus problemas.
Su exposición en Bcapital 2016, cuenta la historia de un país en guerra, Colombia, que ha estado inscrito en un contexto violento por años, más sin embargo, se encuentra en un proceso de restauración, de búsqueda de paz. A través de cada pieza, Sebastián, intenta comunicar a los espectadores cómo los vestigios de la guerra pueden convertirse en hermosas historias dignas de contar y de portar. Lo anterior, lo logra a través del involucramiento de balas de fusiles en sus piezas, las cuales, al ser mezcladas con delicadas piedras cuestionan al público acerca de la belleza intrínseca de la historia del país, el cual, actualmente se encuentra en un proceso de restauración.
La puesta en escena de sus piezas, contiene trozos de construcciones que encierran cada joya en un círculo, símbolo de la eternidad y de constancia. Lo anterior, es utilizado como un medio para mostrar a la audiencia la necesidad de un trabajo continuo con el fin de reconstruir todo aquello que la guerra se ha llevado y sacar de los vacíos del conflicto una joya, es decir, el corazón que guarda cada historia.
Sebastián Jaramillo siempre ha buscado involucrar elementos inesperados en sus piezas para así introducir magia a los relatos que transmite en sus colecciones. Ha logrado finalizar cada joya con delicadeza y con un resultado impecable, es una fortuna que realizara una contraposición entre su previa colección realizada con fichas de Lego y la actual realizada con balas de fusil, pues nos hace reflexionar acerca de la evolución del hombre, donde los niños con su inocencia se encargan de crear mundos mágicos de Lego y los adultos utilizando sus juguetes, las armas, se han encargado de destruirlo. Es así como bajo esta colección, Sebastián Jaramillo muestra un suceso irónico y nos enseña a construir belleza de aquellas historias destruidas.
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