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“Fue como hacer un reciclaje en una forma bonita, logrando una armonía, un balance, que dé bienestar. En ese ejercicio rescaté algunas piezas que tenía guardadas y las intervine; uní otras por lo que una prenda puede tener ocho o 10 piezas. Aproveché todo”, cuenta.
Renata Lozano, Exótica collection
Así, por ejemplo, vimos un top tejido en crochet y bordado con botones y pedrería de insumos de colecciones anteriores, o un jean decorado con encaje Chantilly. La diseñadora logró yuxtaponer tejidos casuales y burdos con otros más lujosos y delicados.
A la mezcla de textiles agregó otro elemento clave en la colección: la exuberancia del color. La India fue su inspiración y para la paleta se guió por la simbología de los chakras, en la que cada uno tiene un color y expresa unas emociones.
Así mismo, la cultura de este país moldeó sus siluetas: se podía pasar del abrigo de un marajá, al top que usan las mujeres bajo su sari, junto a pantalones capri o blusas con la técnica tie-dye. La diseñadora logró, incluso, crear telas con los retazos que parecían hechas en el populoso país asiático.
Los complementos, como cinturones en pedrería, fueron una co-creación con Adriana Ocampo, y la joyas las desarrilló Claudia Trejos, que completaron un estilismo que transportó a los asistentes, por momentos, a una palacio, a un bazar o a una fiesta tradicional india.
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