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n Fashion Radicals hablamos con Carlos Polite, director creativo de la firma Polite, sobre “I’m an individual” el proyecto colaborativo presentado en la apertura de BCapital, este miércoles en Bogotá. Decimos colaborativo porque involucra algo más que la creación de una serie piezas para la exhibición convencional en una pasarela; en esta ocasión de la asociación creativa con Noir Tribe, surge un fashion film que expresa las reflexiones de Carlos en tono a la individualidad, un asunto que hoy está en el centro del discurso de las marcas y en el corazón de la misma industria de la moda, pero que Carlos pone en cuestión.
El fashion film recibía a los asistentes a este performance inaugural de BCapital, formando una especie de tríptico fílmico que envolvía a la concurrencia no solo con sus imágenes sino también con las historias de quienes las protagonizaban pues, el film apuesta a contarle al espectador sobre qué configura la identidad particular de esos seres, trasciende la fachada personal de los modelos para dejarnos conocer algo más de ellos, dándoles una voz como individuos. Somos bellos pero no somos maniquíes seriados, podría interpretarse como un subtexto de la pieza fílmica.
Pero por qué es oportuno hablar hoy de individualidad, más aún, en el ámbito de la moda, acusada de homogeneizar al individuo apalancándose en la producción serial y en la difusión de imágenes reiterativas. Al respecto, Carlos Polite considera que no existe una verdadera “democratización de la moda”, esta sigue siendo una parte más de todo el engranaje del capitalismo, pues la globalización ha contribuido a una homogeneidad de la apariencia que va en detrimento de su diversidad. Antiguamente cuando viajabas por distintos países del mundo occidental la diferencia entre sus habitantes era notoria, hoy en día realmente no se perciben muchas variantes en la apariencia individual de las personas pues toda ropa es muy parecida ya que las grandes cadenas de distribución han engendrado un fenómeno de homogenización que no solo se percibe en la ropa si no también en las actitudes.
En ello las redes sociales, sostiene Carlos Polite, marcan una serie de parámetros que indican cómo debes comunicarte, cómo son las imágenes que debes colgar. Todo eso aminora cualquier búsqueda de lo diferenciador, y queda la sensación de que hay una obsesión por parecerse. Así que es un momento interesante porque venimos de vivir una moda del siglo XX que está obsoleta y hay que empezar a replantearse, a construir pensamiento en torno a una moda del siglo XXI, que ratifique tus búsquedas personales y trascienda la creencia de que las tendencias o el parecerse condensa lo que realmente es la moda.
La homogeneidad que han engendrado las grandes cadenas corporativas también ha sometido a los directores creativos, quienes están llamados a hacer aquello que el grupo corporativo indique. Si revisas las colecciones ves un montón de ropa muy bonita, pero sin alma, son pocas las que narran una historia. Resulta, por lo tanto, oportuno hablar de la individualidad hoy, nos dice Carlos Polite.
Por lo anterior, el proceso de elección de los personajes del fashion film fue diferenciador. Inicialmente la elección partió de un aspecto visual, pero también de la energía y la conexión emocional que establecían con Carlos y porque encarnaban características que los hacían únicos y les daban una personalidad muy concreta. Más que rostros bonitos se buscaba carácter. Luego vinieron una serie de entrevistas con el equipo de Noir Tribe para extractar las historias de vida de cada uno de los modelos, la idea era preguntarse quién estaba detrás del modelo, cuál es la persona que existe. Así la propuesta de Polite entraba en diálogo con la narrativa fílmica de Noir Tribe que, tal como se lo propusieron, fue una celebración de la individualidad y una pregunta por la misma.
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