Esta vez el desfile Jóvenes Creadores de la academia Colegiatura-Chocolyne tuvo una generalidad: un muy bien nivel, es decir todas las propuestas expuestas son excelente punto de partida para generar grandes talentos de la moda nacional. Hay que destacar la mejoría en la factura de cada colección, así como la interpretación de los “Territorios Olvidados”. Desde la minería hasta emociones personales sirvieron de inspiración para crear nuevas texturas y volúmenes, y es que el ejercicio académico es válido en sí mismo mientras la experimentación sin límites sea el principal motor. No hay necesidad de sacar esos atuendos a la calle para corroborar su validez, tal vez sea poco probable que alguien los use en su cotidianidad, pero la relevancia de dichas colecciones no radica en lo listas que estén para ser comerciales, sino en la capacidad de abstracción y creatividad que debe tener un buen diseñador de modas.
Por destacar dentro de las excelentes propuestas está Potosí por su contrucción y manejo de color, así como Realeza Destronada por el estilismo y poderosa simplicidad.
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