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ara empezar quisiera decir que si ustedes han podido leer alguna de mis reseñas saben que yo sigo un formato en mis escritos que consiste en una introducción, detalles técnicos y mi análisis personal. Creo que es una manera sensata de enviar la información y considera con el tiempo del lector, pero cuando una marca logra transportarte a una fantasía hermosa, donde cada detalle de los atuendos es esencial en la trama y la atmósfera es amenizada con música carnatica, vale contar la experiencia.
Para esta ocasión, Mullier nos presentó una colección inspirada en el viaje de una mujer, posiblemente originado en Asia del este, ya que los pantalones oversize con flecos de lana gruesa y abrigos texturizados nos hace referencia a la vestimenta de las humildes tribus nómadas mongoles y que luego de este comienzo, atravesó diferentes ambientes climáticos y culturales que se infería con los colores que alternaban en la gama de ocres, distintas siluetas en vestidos, camisas y abrigos, para terminar en India, con trajes de color rojo encendido que simboliza la realeza, la riqueza y la grandeza para esta cultura y adornados con bordados en pedrería.
La pieza de cierre y el pequeño performance del final donde las modelos por pares o tríos iban quedándose juntas sobre la pasarela, para mí, fue la cereza del pastel, porque reveló la esencia de esta mujer, una guerrera que con un traje de lana con capucha en un tono verde azulado y un peto estructurado, al mejor estilo de Assassin´s Creed o una editorial de Veruschka, muestra que logro atravesar todos estos escenarios de una manera triunfante.
La moda nos permite viajar y soñar, y cualquiera que sea tu interpretación, ésta siempre será válida porque como diría Ralph Lauren “La moda es sobre algo que viene dentro de ti”.
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