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l pasado 26 de Septiembre de 2016 en Colombia y en el mundo, fue un día en el que la convergencia de sentimientos, anhelos, dudas y esperanza que cada persona sintió con el acto protocolario de la firma de los acuerdos de la Habana; entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero FARC EP en la ciudad heroica de Cartagena de Indias, hará que con el paso de los años todos volquemos nuestra mirada a lo sucedido en aquella fecha.Mucho antes de que el reloj marcara las 17h o las 5pm en Cartagena de Indias, en dos escenarios donde la creatividad ha encontrado un maravilloso lienzo para expresarse (la cocina), el restaurante el Cielo de Medellín y Bogotá, se dio cita a un grupo heterogéneo de creativos ( 27 en total ) que compartieron la existencia del colectivo #ModaPorLaPaz l sentando un precedente oportuno, frente a las inmensas oportunidades que se trazan con esta nueva oportunidad de vernos como un país distinto, un país en paz.
Es decir, qué mejor que desde el ámbito creativo asumir un liderazgo para construir nuevos relatos, para un país como Colombia que aún le cuesta imaginarse así mismo como un territorio sin confrontación y sin guerra. Pues bien es así como con “la excusa de la paz“ la convergencia desde el ámbito creativo y más específicamente desde la moda, alza la voz para decir, también podemos asumir ese reto y somos capaces de compartir desde cada ámbito de especialización, cómo se siente y se reproduce lo que supone construir una Colombia en paz.
De modo que en ambas sedes del restaurante el Cielo se compartió el júbilo y el trabajo (María Luisa Ortiz, Paprika Pepper Me, Soul Intimates, Biónica, Fabularia, Misha Shoes, Diego Guarnizo, Sebastian Jaramillo) junto con un grupo de colegas, periodistas y líderes de opinión, se diviso la revolución de emociones que se avecinan producto del sentir de la paz y la reconciliación de un país; que a pesar del dolor y el rigor de la guerra se siembra en mayor o menor medida una semilla de reconciliación para hacer de Colombia un país distinto.
Asumir este tipo de liderazgo desde el ámbito moda quizás para muchos resulta algo atípico, pero en un tema transversal como lo es la paz, ¿Por qué no asumir dicho liderazgo? si lo anterior le sumamos el hecho del interés latente a nivel global por los procesos creativos que esta liderando Colombia; la existencia de esta iniciativa es más que bienvenida.
Dentro de las propuestas que despertaron un especial interés en dicho encuentro hubo tres cuyo simbolismo e impacto visual, fueron imposible de pasar por alto.
- Cartas de Amor en tiempos de guerra: Es una obra escultórica donde el mensaje central es la correspondencia, que pasa de soldado a soldado, para conocer la bienaventuranza de sus familiares que han tenido que dejar atrás, por el flagelo de la guerra y la defensa de la libertad. En el centro de la obra esta un corazón y sobre el se postran las palomas, como símbolo de paz y reconciliación. En suma, el conjunto de la escultura vincula elementos que recuerdan y refuerzan el valor de la palabra escrita, para transmitir sentimientos, incluso en escenarios adversos como la guerra.
- Mandalas por la Paz por Diego Guarnizo: Cada vez estamos encontrando múltiples propuestas de esta naturaleza, sin embargo el sello de Diego Guarnizo hace que cada paloma que ha quedado grabada en sus pañoletas, se entrelacen en lo que puede valorarse como un símil de lo que se avecina con la paz, un esfuerzo colectivo entre todos los actores que realmente permitan consolidar una convivencia pacífica y duradera. Así que bajo esta mirada ¿se podrá asumir ese reto?, ya veremos si se replica lo que ha quedado tejido en esos mandalas.
- Sebastian Jaramillo: Para este diseñador de joyas, las huellas y el testimonio de la guerra sirve como insumo para darle vida, a joyas donde con fragmentos de bala o los cascos de las mismas, posteriormente logra combinar con maestría joyas preciosas capaces de adornar los cuellos y los oídos para una clientela que al menos a nivel local, no ha sido fácil de conquistar; pero a nivel internacional su lectura ha tenido una gran repercusión. Esas municiones que evidencian el dolor del conflicto, adquieren gracias a su intervención orfebre un nuevo significado, ajeno al daño causado y con visión desde como esos accesorios no sólo se busca adornar el cuerpo, si no que al final se va poder adquirir un amuleto como testigo del paso del tiempo y de una etapa del país; que desde el colectivo #ModaPorLaPaz se anhela pasar pagina, para construir un país en paz.
En definitiva de todos dependerá qué historia se empieza a escribir a partir de esta oportunidad histórica, que desde la moda haya surgido este espacio, es un buen indicio para lo que se avecina. El tiempo más que razón a unos u otros, será el encargado de desvelar qué tipo de país se consolido con la oportunidad de la paz.
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