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i hay una industria que por su naturaleza misma ha de estar más proclive al cambio, es la industria de la moda, pues desde su nacimiento el carácter de novedad y de muerte entablan una conversación infinita y así una y otra vez. La velocidad del cambio ha alcanzado unas cuotas casi de esquizofrenia, y es por ello que todos los que se encuentran vinculados con el sistema moda, más que quedar aterrorizado con los desafíos que lo anterior plantea, los que “presuntamente“ vibran con mayor conciencia creativa más vale no sólo hacer un saludo a la bandera; si no ser inquietos en la búsqueda de caminos y alternativas con los que el sistema moda salga robustecido.
Han sido días donde la conversación sobre moda ha sido recurrente, empezando por un titular poco alentador previo a la celebración de ColombiaModa 2017 invitando a un nuevo juego, a una industria de la confección que se declara en quiebra. Acontecida la feria donde “ Las cifras que recoge Procolombia demuestran un 20 % más de negocios este año que el anterior” a pesar que el ticket medio de la muestra recogida disminuyo por la coyuntura; donde el valor de la confianza se vio notablemente tocado.
Sin embargo, no se puede perder de vista que el sistema productivo de moda en Colombia tiene una cuota baja frente a quienes optan por sumarse a la conversación de una industria global ( Sólo el 8% de las empresas en este sistema exportan). Con lo anterior vale la pena tener certeza sobre la foto fija de nuestra moda colombiana, y con ello trazar un horizonte común, con una estrategia clara y sobre todo más que unanimidad por parte de todos los actores implicados en la cadena de valor, se de un ejercicio de reconocimiento, que sean capaces de compartir experiencias, que se socialice con menos vergüenza el fracaso, y ante todo el tan trillado trabajo en equipo realmente responda a un compromiso inequívoco con el mismo.
Ante ese desafío obvio y recurrente, esta semana sucedió algo que al menos hasta la fecha no había trascendido a casi todos los niveles citando a casi todos los actores del sistema moda, para que en el marco del Programa de Transformación Productiva (Ministerio de Comercio Industria y Turismo) concurran voluntades para que la asociatividad en la moda colombiana sea real para el año 2032: “Colombia será reconocida internacionalmente como un país innovador en productos y procesos con un talento humano altamente calificado y competitivo a nivel internacional, que le permita añadir valor agregado al sistema moda. El país se convertirá en un polo de diseño en el mundo, transformándose en un proveedor de productos de alto valor agregado, especializados y con marca propia“
Sin lugar a duda es importante bajar la guardia entre pares, volver a recordar que la aventura de los procesos creativos es disímil, que concentrarse en aquello que no ha funcionado por una desconexión entre el talento que aspira a conquistar metas comunes, ha de realmente apostar algo que se pregona fácilmente – trabajo en equipo – así que hay que hacer los deberes con eso, expresarlo, vivirlo e intentarlo hasta el cansancio no para agotar los espíritus si no para poder reconocer la riqueza que hay como un país diverso; que a través de un sistema moda, sus constelaciones y la cantidad de historias de vida que se pueden validar no sólo transformando productivamente una cadena textil y de marroquinería, si no también diversificando los sueños detrás de la moda, pues son muchas las miradas, talentos, técnicas y habilidades que han de coordinarse para que esta industria sea rica en ideas y se conquiste un bienestar real y sostenible en el tiempo para todos aquellos que la confeccionan.
Qué insight sacamos de este encuentro
El diálogo quedo abierto es los siguientes núcleos temáticos:
- Comercialización
- Desarrollo de Productos
- Abastecimiento – Insumos
- Intercambio de Conocimientos
- Otros
Una vez finalizado el intercambio entre los distintos integrantes de cada grupo, se socializo cada una de las propuestas con el ánimo de ver la respuesta de los participantes y sobre todo ver como la diversidad de actores, permitieron generar una dinámica más horizontal que es en lo que quizás muchas veces se ha pecado por omisión con este tipo de programas; es decir hay que creer en lo que tiene que decir cada integrante de la cadena de valor, para evitar formular grandes proyectos marco donde el papel aguanta todo y ¿dónde queda la voz de sus principales interesados? y la pertinencia y poder dinamizador para el sistema moda.
PARA NO PERDER LA PISTA
Es quizás temerario señalar que fue lo más valioso de este encuentro, en especial porque ya sólo dar el paso de transformar una parte de la metodología de trabajo en la búsqueda de objetivos comunes, reales y más factibles escuchando a gran parte de los actores claves del sistema de moda colombiana es ya es un gran hito, aún así estos puntos y su eco generaron una resonancia más contundente:
- Las palabras no son fortuitas, es decir no es para sonar más cool con SISTEMA DE MODA – CONSTELACIONES CREATIVAS apropiarse en el uso de las mismas responde a la realidad del talento que concurre en este ámbito creativo, es un eco sistema vivo y por ende dinámico, cambiante y por eso resulta oportuno ver qué sucede apropiando estas palabras.
- Sin deseo no hay compra, desde el renglón de la comercialización también quedo en manifestó algo tan obvio y que muchas veces se pasa por alto: la moda es comunicación, así que hay que ser mucho más asertivos comunicándola para que entre otras cosas la audiencia se sofistique, sea más exigente con toda la cadena de valor, aprecie el talento colombiano, transforme hábitos de consumo y sobre todo sienta que todos tenemos una relación con la moda.
- La creación de una plataforma e-learning donde se desplieguen TODOS los espacios de intercambio académico que de hecho existen no sólo en el ámbito universitario, si no también INEXMODA, Cámaras de Comercio, Clusters, Secretarias de Desarrollo Económico entre otros con el ánimo de no solapar contenidos, sino darle visibilidad a estos recursos pues la profesionalización de la moda colombiana sigue siendo uno de los pilares pendientes en desarrollo; que en definitiva podrá transformar la competitividad del mismo.
- La relación entre universidad y empresa ha de generar espacios de mayor dinamismo entre el diálogo y la autocrítica para revisar qué tipo de profesionales están saliendo al mercado, qué competencias y habilidades son oportunas para asumir desafíos comunes y ante todo con diversificar los sueños del sistema moda, es decir se necesitan múltiples coordinadores del talento, diseñadores de moda, gestores de marca, comunicadores de moda, patronistas impecables, confeccionistas competitivos, investigadores de fibras, en fin.
- El notorio interés que está despertando la moda colombiana, requiere laboratorios de análisis de tendencias globales, espacios de reflexión académica permeables y dispuestos a compartir la riqueza que hay detrás de un tema como la moda, no sólo en su músculo para ser un actor determinante de transformación productiva si no como un lenguaje capaz de desvelar parte de nuestra identidad; como una manifestación cultural que tiene mucho que decir de lo que hemos sido, somos y queremos ser como país.
- La investigación en desarrollos en fibras naturales, tejidos alternativos, que ya existen en Colombia, son un camino donde la innovación puede abrir una puerta para que el país en su camino a la especialización sea capaz de validar otras fuentes para dinamizar todo el tejido productivo.
- Aventurarse a entender un concepto como el territorio no sólo desde dónde se asientan las maquilas, o que región agrupa un gremio con una trayectoria determinada, si no brindarle un significado más humano entendido por qué los asentamientos como sistemas vivos, operan de una manera y no de otra y así integrarlos de forma más consciente dentro de la cadena.
- Por último y no por ello menos importante la apropiación digital en toda la cadena de valor para mejorar procesos, la gestión empresarial y a su vez poder asumir con mayor facilidad los cambios que se van legitimando a veces en periodos cada vez más cortos, para que un concepto como el tiempo se pueda asumir sin todos los miedos que a veces despierta.
En suma y esto quizás a titulo personal, sigo echando de menos el papel o la voz del ministerio de Cultura, por supuesto que es competitividad, también con los años siempre se ha validado la moda como una rama más del entretenimiento, pero en realidad la moda pertenece al ámbito de la cultura; ¿Será que en el desarrollo del programa de transformación productiva llega la voz y el peso de la cultura para sumarse a lo que tiene que decir del sistema moda?
Programa en desarrollo…….
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