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En Fashion Radicals hablamos con ella y nos contó su historia, sus experiencias y su proceso de crecimiento:
Fotos Diana Prada.
¿Cómo nació en ti la idea de Dulce Menta?
Yo estudie diseño de modas de Lasalle College y cuando termine mis estudios comencé a explorar el mundo del styling, pero la idea de tener mi marca propia ya me rondaba, incluso ya atesoraba el nombre Dulce Menta consignando bocetos de cómo sería la identidad visual. Cuando no encontré un diseñador gráfico que lograra traducir esa visión tan clara para mí de cómo quería que se viera mi marca, me decidí por entrar a estudiar diseño gráfico y así poder desarrollar mi empresa. Durante esa época de estudios yo comencé a viajar mucho a Estados Unidos y a traer ropa para venderle a mis amigas, pero haciendo eso y asistiendo a los eventos relacionados con la moda en Colombia como Colombiatex y Colombiamoda entendí cómo era la industria de la moda en el país y qué necesitaba.
¿Cómo fue ese proceso de pasar de la idea de crear diseños propios a pasar al mundo del retail?
Pues fue una historia curiosa, yo primero quise hacer zapatos, pero cuando me adentre en la producción descubrí que hacerlo de la forma que yo quería con hormas importadas y cueros de calidad, los costos eran extremadamente altos. Yo nunca me visualicé como una diseñadora de lujo, aunque lo respeto mucho, pero me identifico con productos mucho más comerciales, así que cuando desistí de los zapatos intenté crear pijamas y tras sufrir todas las primiparadas de trabajar con un taller aquí en Bogotá, se me ocurrió que la respuesta estaba en Medellín, así que viajé a buscar cómo desarrollar el paquete completo de mi marca. Pero comencé a comprar cosas para mi y como yo continuaba vendiendo la ropa que yo traía de New York, mis amigas comenzaban a preguntarme por tal vestido de baño o ese conjunto de ropa interior y constantemente eran cosas que yo había comprado en Medellín no en New York. Asi fue como descubrí muchas marcas que en Bogotá nadie conocía y concentraban sus esfuerzos en vender en el exterior y no en la capital.
¿Cuándo abriste tu primer espacio formal de retail?
Fue justamente en ese momento que estaba teniendo esa buena respuesta y expansión del voz a voz de las marcas que traía de Medellín que vi la oportunidad de tener un local pequeño en el centro comercial El Retiro y aunque no tenía una producción de mis diseños, me decidí a vender estas otras marcas, mientras finalizaba mi propia marca. Me envolví tanto en el tema del retail que toda mi atención estuvo en eso, empecé a ver qué me pedían los clientes y cómo procesaba yo esos requisitos, por ejemplo, el hecho de manejar tantas marcas me permitía tener muchas hormas disponibles, así siempre se encontraba un ajuste perfecto.
¿Cuando llegó la decisión de cambiar de espacio, cómo fue ese proceso de expansión y crecimiento?
El Retiro era un centro comercial pequeño al que no le llegaba mucho tráfico de gente, pero yo tenía mis clientas regulares. Al irme metiendo de lleno en el negocio descubrí todas las posibilidades y quise llevarlo a otro nivel, habían marcas que jamás habían vendido en un almacén en Bogotá y fui la primera en venderlas. Cuando tomé la decisión de pasarme a un espacio más grande, me enfrente cambios radicales, yo trabajaba sola y entonces mi mamá comenzó ayudarme en la parte administrativa, que no era mi fuerte y ella tenía gran experiencia, sin mencionar que ella es arquitecta entonces su rol en la remodelación del nuevo espacio fue clave. Nos complementamos muy bien porque en ese punto yo ya tenía un diplomado en mercadeo estratégico de moda y un diplomado en vitrinismo y diseño de espacios comerciales, entonces, así fue como creamos este local hace 3 años.
¿Cómo está estructurado esa experiencia del comprador en la tienda?
En el espacio todo está pensado para que sea una experiencia, desde el olor particular que tiene la tienda hasta el juego de texturas en los muebles y en la decoración. Es muy protagonista la ropa pero aun así se siente como un lugar contemporáneo y acogedor para clientes nacionales e internacionales. La ubicación de la tienda también ayuda porque se alimenta de las mejoras tiendas de Bogotá y permite ser fácil de descubrir.
¿Cómo ha sido la reacción del público a la oferta de marcas nacionales?
La personas al principio tenían una barrera con el hecho de que las marcas que yo vendía eran colombianas, siempre preguntaban que de donde lo traía y al enterarse que era nacionales había un poco de menosprecio, pero poco a poco más gente se arriesgaba a usar marcas colombianas y en la medida en que las marcas fueron teniendo tanto reconocimiento y prestigio en el exterior fueron siendo aceptadas al interior. Una gran ventaja de la tienda es que trae esa calidad y novedad del diseño colombiano a precios cómodos para los clientes.
¿Cuáles han sido tus retos más grande como emprendedora?
Lo más dificil es crear un empresa sólida y estructurada, no tener una tienda sino una empresa que podría crecer a más cosas. Tener todos los procesos administrativos ordenados en especial cuando creces tanto y ahora tienes a muchos empleados a tu cargo. Lo increíble fue que simultáneo al proceso que yo tuve que desarrollar para estructurar mi empresa en el área administrativa, muchas de las pequeñas marcas con las que trabajo lo empezaron a hacer también de la mano de nosotros, porque les comenzamos a pedir remisiones digitales, códigos de barras, facturas y sobre todo que se conviertan en empresas y no se quedaran siendo persona natural. Ha sido un procesos de crecimiento de la mano de la industria, ahora las marcas que eran pequeñas exportan y tienen un volumen de producción mucho mayor.
Otro reto grandísimo que he tenido ha sido luchar un poco contra mi edad, porque aunque es bueno que sea joven yo siempre estoy buscando estudiar más, aprender más, porque me enfrento a tener que respaldar mis decisiones ante personas que me ven como una bebé y entonces siento que tengo que formarme constantemente para dar la talla a este negocio que está creciendo conmigo. He tenido incluso casos de empleados que renuncian porque no quieren responder a un jefe que sea menor que ellos.
¿Qué criterios buscas en las marcar para escogerlas dentro de tu tienda?
Ya he aprendido mucho, entonces tengo unos aspectos bastante claros y definidos. Me fijo en que la marca tenga una propuesta de valor significativa y que no sea una copia de lo que yo ya tengo, se que puede haber tendencias, pero nosotros somos muy fieles con las marcas que ya tenemos. Me gusta que tengan fotos impecables, no tiene que ser la super mega modelo pero que sí sean fotos de calidad, limpias, donde realmente se vea el producto. Y finalmente es muy importante que como nosotros estamos organizados, las marcas sean empresas constituidas, con sus papeles al día, con pago de impuestos, códigos de barras, etc. porque nosotros manejamos más de 90 marcas, entonces se vuelve demasiado trabajo si los pedidos y las entregas no están ya organizados. Incluso hay marcas que a mi me gustan muchísimo, pero no tienen todo organizado, entonces las ayudamos para que se estructuren y puedan entrar a la tienda.
¿Qué se viene ahora para Dulce Menta?
Pues hace dos meses abrimos el último piso que terminó de complementar nuestra oferta de líneas. Siempre fuimos muy fuertes en vestidos de baño, ropa interior, belleza y accesorios, pero ahora tenemos opciones de ropa casual y calzado. También lanzamos nuestra tienda online pero el proyecto más grande es, ahora sí, poder comenzar a producir mi marca propia.
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