La retro-empatía por los momentos más emblemáticos del siglo XX sigue siendo un punto determinante para hablar de tendencias en la primera década del 2000, desde los años 80 combinados con los 70 y los 90 la moda actual se expresa a través de los contrastes donde todo vale y la única regla es el eclecticismo.
El otoño 2013 viene marcado por la ambigüedad entre lo masculino y lo femenino. Las influencias barrocas y bizantinas se funden con looks más deportivos y los inspirados en el punk y el grunge se llenan de un espíritu activo. El denim en su clave más índigo y en todos los tonos de lavanderías. Las tribus urbanas se van a las montañas a practicar deportes de invierno al aire libre. En definitiva universos que nada tienen en común y que marcan las principales tendencias de la temporada.
El clásico cuadro tartán en camisas, pantalones, abrigos o chaquetas combinado con denim y lana. Pull & Bear otoño 2013.
El tartan se vuelve femenino con vestidos cortos. Pull & Bear otoño 2013
El deporte tendrá una clara influencia, combinando las líneas más técnicas con las más sofisticadas hasta formar un look sport deluxe. Pull & Bear otoño 2013.
Blanco y verde agua, amarillos tostados y mostazas se yuxtaponen con el granate “burgundy” y el negro profundo. Pull & Bear Otoño 2013
La vida en las montañas y las actividades al aire libre en cabañas, lagos y bosques nevados inspiran un otoño-invierno cargado de texturas. Pull & Bear otoño 2013.
Las pieles y tejidos de punto se llevan con pantalones de sudadera y short desgastados. Pull & Bear otoño 2013.
Las bumper negras o grises y las camisetas con gráficos a modo de tatuajes mexicanos cuya máxima influencia es el artista del tatuaje Josh Sutterby.
Las grafias bizantinas y el arte sacro se llevan en sacos sudadera. Pull & Bear otoño 2013.
El neopreno en siluetas femeninas y de alta costura. Pull & Bear otoño 2013.
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