Frida Kahlo, en México D.F, sufrió un destino que probablemente aborrecería después de muerta*. Pero más allá del merchandising despiadado con su figura, Vogue rescató una exposición que saca a relucir una de sus facetas más íntimas, y a la vez imitadas: El cómo su vestimenta configuró su imagen para la posteridad.
Un vestido de tehuana cuelga solitariamente sobre los símbolos del capitalismo americano. Es colorido, pero su portadora se encuentra ausente. Representa todo lo que ella es, y lo que quisiera a través de su huipil** y su falda. Una Frida que añoraba, según dicen las biografías y análisis oficiales, volver a México, sus colores y sabores. Su vestido representaba eso, y también a ella misma, tan perdida entre ese Estados Unidos apabullante. Sí, esa ha sido la Frida que según su cuadro ‘Mi vestido cuelga aquí’, de 1933, se muestra como adoradora de lo típico sobre lo moderno, y cómo en este mundo solamente fue una flor exótica digna de ser fotografiada.
Paradójicamente, esta mujer que rescató todo lo ancestral de México a través de su vestimenta, usaba labial rojo y esmalte Revlon de uñas como parte de su construcción de imagen, lo que indica que su mito en contra de la modernidad no es del todo cierto.
Quizás a través de elementos como el maquillaje, tan americanos en esos días (hablamos del auge de marcas como Revlon y Max Factor), y a su vez, a través del uso de adornos y vestidos tradicionales mexicanos, se convirtió en un ícono de estilo. Y hoy en día, a través de sus contundentes rasgos de estilo (aretes largos, adornos en la cabellera y maquillaje marcado), sigue siendo una mujer que impone una identidad cercana y”cool” de mexicanidad.
Por eso, a través de su exposición, ‘Las Apariencias engañan’, se pueden ver muchas facetas de una figura que a través del tiempo se ha representado ya casi como un estereotipo. Un estereotipo que va más allá de la muñeca mexicana que el mundo conoció en Vogue, en 1939. Alguien que vio en la moda un elemento complejo, divertido y que encajaba con lo que era y necesitaba.
Frida, su cara y las tehuanas
Es innegable que cualquier personaje público de la vida y obra de Frida Kahlo termina con el destino que Warhol vaticinó en sus pinturas: Siendo la reproducción de la reproducción de la reproducción. Pero son personajes que de cierto modo se adaptan a una cultura popular ávida de historias llenas de truculencia. ¿Cuándo se ha visto un termo de la Madre Teresa, o de Gandhi? En cambio, Frida Kahlo ya tiene hasta cafeteras. Por menos de 30 mil pesos pueden conseguir un botón, una agenda o un bolso. Frida como objeto vende moda. Vende artesanía y vende lo que sea. Pero como elemento para analizar, en cuanto a su vestimenta, es mucho más interesante.
El rubor, el labial y el esmalte de “Gringolandia” contrastan con sus vestidos de telas ligeras y coloridas, que cubrían los armazones con los que tenía que sostener su débil corporalidad.
Su rostro, único, fue decorado con elementos que permitían olvidar (y quizás también a ella misma), visualmente, el inmenso dolor con que estos corsés, diseñados especialmente para su cuerpo, le causaban. La composición visual, de esta manera, se centraba en su rostro y en la parte de arriba. Si ven sus retratos, siempre posaba de manera imponente,destacando todo ese conjunto de rasgos
Las apariencias engañan
Pero eso contrasta al ver su conocido cuadro ‘Las apariencias engañan’, donde se ve el contundente tema de la lucha de la artista contra su propia corporalidad. Cabe recordar que Frida se sometió a 22 cirugías, y que tuvo varios abortos.
Su columna se ve nítida bajo el traslúcido huipil, y sus piernas, en un intento de embellecer su sufrimiento, están cubiertas de mariposas, mientras que su falda y su contorno le dan un aire etéreo. Eso fue lo que Vogue trató de hacer ver en la exposición: El cómo la ropa le da alivio, reposo, y la defiende de su fragilidad. La protege.
Por eso es interesante ver en la fragilidad de Frida una mujer que a través de la apariencia conquistaba a Europa con su aspecto, a través de su estilo. Daba unicidad. Pero esta también se expresaba en la construcción de su cuerpo, al ver los duros borceguíes y las obsesiones anatómicas de una mujer que a pesar de su propia reinvención, nunca pudo dejar, e hicieron parte de ella***. El exotismo pasa a ser una armadura y una identidad.
Frida no se vestía de tehuana solo para complacer a su marido. Según registros****, ella ya tenía esa tradición en su familia. A pesar de la elaboración de su estilo, con sus turbantes, flores y chales, las telas que solía usar eran ligeras, ya que su cuerpo no podía soportar otras. Asimismo, ella intervenía las telas de sus vestidos, y muchas veces pintó con ellos (nunca usó nada para protegerse).
La moda, en su caso, compensaba sus dolencias con funcionalidad y visualmente. La moda le ayudaba a dominar las dolencias de su cuerpo, y de paso, la empoderaba.
La exposición, más allá de los vestidos tehuanos, se torna interesante al ver cómo el corsé construye en este caso un cuerpo dañado, y de cómo este también inspira a la moda. No por nada Ricardo Tisci y Jean Paul Gaultier inspiraron sus colecciones en la faceta más dolorosa de la vida de la pintora. Pero no se cubre, simplemente se hace moda. La ortopedia y el control pasan a ser el vestido per se. El vestido lo expresa todo.
Particularmente esa visión del corsé de Frida es más interesante que la que han hecho con la literalidad de su figura y con sus declaraciones evidentes de estilo, que son una declaración atractiva, para muchos, de identidad. Pero el corsé y la moda que se ha construido alrededor de la corporalidad, y su relación con Frida, muestran una faceta de la artista menos popular, pero que sí ayuda a entender, aunque sea un poco, que Frida va más allá de ser una declaración icónica wannabe de estilo. Como bien lo dice la exposición: Las apariencias engañan, y la moda, más allá de crear identidades, a veces es una armadura contra la vastedad de un mundo hostil, que Frida sufrió, amó y vivió como nunca.
Anotaciones:
*Frida, por convicciones políticas, fue socialista. En México DF he encontrado hasta una línea de cafeteras de ella. En su museo, tal y como los grandes lugares artísticos, su merchandising es vasto, así como en los bazares populares.
** El huípil es la blusa tejida y colorida regional de las mujeres de Tehuantepec.
*** Frida Kahlo sufrió de bastantes dolencias físicas. Los episodios más dolorosos los tuvo cuando abortó, en los años 30, en Estados Unidos, a los hijos que quiso tener con Diego Rivera. En su casa se puede ver un cuadro donde se ve cómo crecen los niños en la matriz humana hasta desarrollarse y nacer.
****Lo dice Andrés Henestrosa, el escritor, aquí. http://www.excelsior.com.mx/2012/09/28/comunidad/861444
¿Qué piensas acerca de esto?
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.