La belleza de NEGRO por Cristian Baena Cera

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reo que es bueno empezar diciendo quién soy y por qué decidí crear NEGRO, una editorial fotográfica que cuenta mi necesidad artística de crear universos que aunque adornadas estéticamente, tienen un fondo social y teórico. “Estoy reclamando mi negrura, lo que me negó continuamente el privilegio”.

Soy CRISTIAN BAENA CERA

Mi formación e influencia en moda y arte viene de mi madre, pero decidí escribir mis líneas desde lo teórico e integrar mis pasiones (las letras, la moda y el arte) en un ejercicio imparable de aprendizaje. Como productor de moda quise establecer un modus operandi desde la crítica, con el fin de problematizar y provocar diferentes opiniones y sentimientos.  Mi inquietud me domina y me hace indagar hasta debajo de las piedras.

El motivo de mis principios como artista se barajan de limitar mis privilegios y encontrar en ellos la opción de compartir  múltiples propósitos, y qué mejor manera de hacerlo sino con el arte como el medio, la moda como un vínculo visual y las letras que nos hacen libres.

Durante mi tránsito personal no me identificaba como negro; porque viví dentro de una burbuja mediática que no me permitía ver alrededor de ella. Tanto así que no conocía mi cabello más allá  de los pocos centímetros que dejaban crecer. Este mínimo detalle me enfrentó recientemente conmigo mismo. Así comprendí que debía encontrarme como ser cultural e identificar elementos que hacen parte de mi propia historia.

Aclarando esto, les presento un proyecto que surge del contacto con seres que han pasado por mi vida; además de mensajes sociales que ilustran la realidad que vivimos las personas NEGRAS en un contexto latinoamericano.

 

Afrocolombiano (a), negro (a), afrocolombianidad y negritud, negritudes, son términos utilizados en numerosas ocasiones, indistintamente, sin tener en cuenta las implicaciones de utilizar uno u otro, y sin tener claridad de cuál es la referencia idónea según el contexto histórico, jurídico, regional y político.

Dentro y fuera de las comunidades negras afrocolombianas se ha generado un amplio debate que aún no se resuelve acerca de cuál es el etnónimo “correcto” para denominarlas.

 

 

Es momento que las diferentes culturas negras tomen un lugar en el arte y sus expresiones, es momento que tomemos de inspiración oficios como: los de un pescador o una nana romántica y así  visibilizar el margen cultural en el que hemos vivido.

Esta historia nace de mis recuerdos de infante, Mi abuelo materno quien en su vida lúcida se dedicó a criarme luego de jubilarse, me llevaba con él cada sábado que podía a un mercado público en la ciudad de Santa Marta, caminábamos y lo veía hablar con diferentes personas, siempre coqueto y sociable.

 

 

En ese caminar recuerdo a un pescador a quien casi siempre le compraba la pesca fresca de la semana. Francisco, era un hombre de más o menos 50 años en ese entonces, y han pasado más de 20 años. Sus palabras eran moderadas, muy culto para no haber terminado el colegio y siempre bien vestido con sus sandalias tres puntadas y sombrero de paja, a veces cuando llegábamos muy temprano aún estaba Emilia, su esposa, elegante, de piel fina y un acento propio de su lugar de nacimiento; San Basilio de Palenque, un corregimiento del departamento de Bolívar.

 

Emilia era nana y empleada doméstica de familia pudiente de la ciudad; me decía constantemente como le gustaban mis ojos y que si algún día tenía un hijo quería que fuera como yo. Aunque nunca me dijo a qué se refería con eso. Pero me regaló sus palabras y cariño en cada encuentro.

Verlos juntos era como un fotografía SEYDO KEÍTA, la relación de sus cuerpos, la mezcla de culturas y el amor que ondeaba en el aire significa lo que hoy quiero mostrar con NEGRO. Borrar ideas medievales que son una respuesta a impulsos normalizados de un racismo sin sentido, entendido como un fenómeno social que se manifiesta en prácticas sociales de dominación, mantener el privilegio de unos y la subordinación de otros dentro de una situación cambiante. En esta lógica, el racismo niega la diversidad y construye una sociedad a partir de patrones dominantes fenotípicos, culturales, ideológicos de clase, de género, entre otras dimensiones desprendidas de una clase dirigente diferenciada en dichos términos.

Quiero que cada persona al ver y conocer NEGRO, borren de su cabeza que existe un color que se ha asociado a la desconfianza y demás definiciones negativas. Por otro lado, que lo “suficientemente” no aplique para referirse al ser humano. Que las expresiones como “la mano negra del gobierno” o “trabajar como negro para vivir como blanco” dejen de circular en nuestro imaginario.