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os otros: La moda colombiana también tiene un color gris llamado olvido, distancia o deferencia. Enemistades, posturas contrarias, competencias, y en muchos casos repudio a una “falsa sociedad”, han hecho que algunos nombres o rostros brillen menos que otros, que algunos autores se alejen, en un campo que mide los éxitos por un saludo en un cóctel, apariciones en la prensa o comentarios de la crítica. Este es un espacio para dar voz a los diseñadores colombianos que tienen un papel importante en la historia de la moda nacional, así no hagan parte de los círculos cerrados de un sector dominado por pocos, sin importar que son muchos quienes han trabajado para dar vida creaciones fundamentales a la hora de hablar de algo así como la “moda colombiana”, si existiera tal rótulo. Bienvenidos a una serie de entrevistas con los creadores del país que hoy merecen brillar por sus aportes. Ellos, dueños de nombres que no se repiten en un eco de adulaciones y fama, son Los otros. Por Daniel Grajales
Jaime Arango no encaja en el canon tradicional de diseñador de modas. Es más, se formó en Arquitectura, y se siente más un artista que un elaborador de prendas. Su voz masculina, serena, su aspecto sencillo, siempre de jeans y camisa, lo han dejado pasar desapercibido en calles y establecimientos, así su nombre resuene de manera decidida en la historia de la belleza y moda nacional.
Vistió a Paula Andrea Betancur, nuestra virreina universal de la belleza, aunque pocos saben que hizo más que eso: fue él quien la encontró en Medellín como modelo y supo que su hermosura debía ser conocida mundialmente, tanto así que peleó contra la clase de mujeres conservadoras, de la “élite”, que no quisieron elegirla como reina de Antioquia, ante lo que se la llevó al Amazonas, donde fue elegida por decreto como su soberana, y de ahí la ayudó con su moda y asesoría a ganarse la corona del Concurso Nacional de la Belleza, título con el que estuvo muy cerca de ser la más bella del universo.
También apoyó a Vanessa Alexandra Mendoza (Miss Colombia 2001-2002), llevándola a la corona nacional, haciéndole un traje de fantasía que fue premiado por la asociación de Miss Universo. Pero más que vestidos de reinas, Arango es una firma de moda hecha a la medida, un sello de estilo que significa triunfo, porque su interés es que una mujer que vista sus obras resalte su belleza, no importa si el fin es una noche de fiesta, un matrimonio o la pasarela más importante del mundo.
Hace unos días, la cantante antioqueña de música urbana, Karol G, apareció en la alfombra morada de los Latinamerican Music Awards como nunca antes. Un vestido rojo, con escote y apliques de piedras, hablaba de una nueva mujer, que se internacionalizaba como música. Muy al estilo sensual de JLO, pisaba esa pasarela y, para quienes sabían que desde la década de 1970 Arango fue precursor de ese estilo de escote, su look tenía un responsable. Él la hizo captar las miradas de la crítica, que no dudó en consultar por su diseñador.
Esta es una conversación con un Jaime Arango, un hombre que no se siente parte de la moda completamente, que no va cócteles, que no está “noveleriando” en las ferias de moda, y resguarda en sus espacios sagrados (como su finca y su casa) la fuerza para continuar vivo, activo, con llamadas de clientas y sin falta en el reinado nacional, después de medio siglo de moda.
Jaime, ¿por qué decidió formarse en Arquitectura y no en artes o diseño de moda?
Yo salí del colegio y tenía dos opciones: me gustaba la parte de las artes o la de biología. Quería estudiar en la Universidad Nacional, entonces, mientras estaba en la UdeA, hice el proceso, pasé los exámenes de Arquitectura, entré, y me encontré que habían dos ramas en la carrera muy marcadas, yo amaba la parte creativa, la del diseño, la de manejar el color, de la belleza, que era como una obsesión mía, pero detestaba las matemáticas. El gran reto fue lograr graduarme para poder ser un gran diseñador, sabiendo que debía cursar tantas matemáticas. Sacaba 4,0 o 4,8 en los proyectos de diseño, pasaba las matemáticas raspado.
¿Cómo se dio entonces el paso al mundo de la moda y las reinas de belleza?
Tenía una afición por la belleza y por la moda que viene del regionalismo de los antioqueños. Cuando yo era niño, me tocó conocer a la primera Miss Colombia (1969), María Luisa Riascos Velásquez, montada en un carro de bomberos, yo tenía 11 años. Me tocó verla pasar con un vestido amarillo y un carriel terciado, con el título de Señorita Colombia. Había campañas de Antioquia federal, todo un amor por el departamento, éramos unos apasionados, nos sabíamos el Himno de Antioquia primero que el de Colombia. Luego de eso, comenzaron a aparecer un montón de señoritas Antioquia que eran muy feas, y yo me cuestionaba porqué, si aquí había mujeres tan bellas. Entonces, a la par que estudiaba arquitectura, iba viendo esa contradicción, y esa competencia, esas ganas de ser los mejores en todo, por lo que me motivé e incursionar en el tema de la belleza.
Entonces, empecé diciéndole a una niña que vi en una fotografía que se metiera a un reinado. Todo pasó igual que pasa ahora, le quitaron la franquicia al Concurso Nacional, y entonces un certamen llamado Reina de Reinas elegía a la representante de Colombia para Miss Universo. Yo la conocí en una fotografía, busqué la dirección con un amigo, nos fuimos a buscarla, a convencerla de que se metiera al concurso. Hablo de Edy Cano Puerta, luego esposa de Manolo Otero, Miss Colombia, bellísima, reina internacional del café. El año siguiente, conocí a María Teresa Gómez, que fue Miss Colombia al año siguiente, y así me fui metiendo en todo.
Cuando acabé la carrera, siendo un hijo de clase media normal, sabía que no tenía nada más que lo que pudiera estudiar. Recuerdo que mi papá me decía: ‘estudie mijo, porque lo único que le voy a dejar es la educación’. Para trabajar como arquitecto tenía o que buscar sacrificarme, o explorar otros horizontes. Fue cuando saqué una colección de moda, una ropa blanca y negra toda, con trabajos de geometría, influenciado por la arquitectura, vestidos y conjuntos, que se vendieron en unos almacenes de Medellín en el Centro Comercial Almacentro, pero luego finalmente me di cuenta de que lo que me gustaban era los reinados.
Fue con Patricia López, a quien usted también llevó a los reinados, que comenzó oficialmente su ingreso a este mundo.
Sí. Yo busqué a Patricia López, que salía en una propaganda de Conavi, con un vestido azul, me parecía hermosa. Como todo paisa rebuscador, me fui a buscarla, siendo ella una señorita de clase de Medellín. No sé cómo su mamá me recibió. Yo no tenía experiencia, entonces busqué a Héctor Ruiz, que era el diseñador reconocido de Antioquia, y empezamos a trabajar con eso. Él la vistió como Miss Antioquia, en el reinado nacional la vistió Alfredo Barraza, porque las directivas del concurso local querían ganar y era su boom, entonces Héctor se retiró y yo me fui a acompañarla, de metido. En ese viaje me puse a mirar los vestidos por detrás, a escudriñar todo, cómo era, cómo venía, cómo se vestía. Aprendí a maquillar, para poder saber de qué manera se le sacaba partido a una mujer. Era el paso inicial a meterme a ese paseo. Después vino lo de Nidian Cadavid Valencia, mi primera señorita Antioquia, cuando la virreina también fue mía.
En ese momento usted decidió irse de su casa, las condiciones no eran las mejores, cuénteles a los lectores ¿cómo vivía, cómo era su taller?
Compré una primera máquina que me valió $20.000, vivía en un espacio pequeño en Prado Centro, con una alcoba y una cocineta, porque cuando acabé mi carrera dije que por respeto a mi familia no podía vivir de ellos. Tenía una señora que me cocía, yo dibujaba, la señora cocía, y yo dirigía los vestidos. Todo fue así hasta que la gente me empezó a buscar y alquilé una casa en Envigado, La Magnolia, frente al Colombo Alemán, donde pagaba $35.000 de arriendo. Contraté dos trabajadoras más, compré más máquinas, todo comenzó a mejorar.
Luego de varias virreinas el Chocó me buscó, luego de ver las transmisiones del concurso en Teleantioquia. Estoy ahora cumpliendo como 29 años de viajar a Cartagena.
Hay una historia interesante sobre su aprendizaje del drapeado, que tiene que ver ópera…
Recuerdo que me fui donde Pedro Nel López, que hacía el vestuario de la Ópera de Colombia. Nadie sabía hacer drapeado en el país. En un fin de semana me metí al taller, a ver cómo lo hacía, estuve dos fines de semana, y él, sin egoísmos, me enseñó. Aprendí que tenía que ser al sesgo, punto a punto, y se lo enseñé a la gente que me trabajaba. Yo no sé más de ese tema, porque realmente no tengo idea de enhebrar una aguja, yo hago la parte creativa, luego de eso profundicé en las telas, en qué es un poliéster y qué una seda, un encaje francés, un chantillí. Se volvió mi mundo.
Con usted en el reinado, se impusieron en la moda colombiana varios estilos y siluetas: los escotes, la forma de aplicar las piedras, los hombros escotados, el cuello alto, háblenos de sus conceptos
Yo le digo a todo el mundo que a uno lo buscan por su estilo, por su claridad en sus conceptos, que, aunque vayas evolucionando en el tiempo se van quedando. No puedo escribir en un renglón de una forma y en el otro de otra.
Mi primera inspiración es la mujer. Yo no he sido bueno nunca para el diseño masculino. A una mujer la diferencian las curvas, para mí es importantísima la sensualidad femenina. Entonces, no es vulgar un escote desde mi perspectiva, que tiene una doble moral en el concepto de la gente que sí la ve normal en un bikini. Siempre he buscado en mi moda la sensualidad, los escotes muestran hasta un punto, pero no ve más allá. Eso y la estructura ósea de la mujer, la cintura muy marcada, los hombros muy anchos muy bellos, esa cintura latina. Nuestras madres, hermanas, amigas siempre han sido muy curvilíneas.
Como además trabajo lo hecho sobre el cuerpo, para impactar la mujer como mujer y no el vestido como vestido, es muy importante que el vestido sea bello en la medida que la mujer se vea bella con él. Mi función en el trabajo del diseño ha sido resaltar la belleza de la mujer, individualizar, porque cuando la ropa se vuelve una colección para todo el mundo, que se puede comprar, se pierde la individualidad. Una es Paula Andrea, los hombros de Paula Andrea, las piernas de Paula Andrea, pero puede que la otra tenga las piernas feas.
Yo hago que la muchachita en los quince salga y la gente la vea salir con un vestido de Jaime Arango y diga ‘wow’, porque no sé de peluquería pero le digo cómo se peina, qué accesorios usar. Una mujer es elegante por el cuello, entonces ahí está la magia del escote, que hace un efecto, en algunas, de que el cuello es muy largo, porque haces ver que sale del ombligo.
Les digo a todas: el vestido puede ser hermoso, pero si tú no dices nada, no pasa nada. Hasta psicología creo que hay en mi trabajo. El vestido puede costar 30 millones de pesos, pero si la mujer no dice nada, entonces no vale nada.
Debajo de sus vestidos hay toda una estructura, que es muy importante, háblenos de ella
Sí, igual que todo en la vida. Para que las cosas funcionen hay unas normas que las dicta el cuerpo de la mujer, con toda una estructura, con trucos visuales, vendes la ilusión de que una mujer sea la más divina. Cada mujer tiene unas medidas, una arquitectura en su propio cuerpo, un caminado. La gente no entiende que todo depende de la estructura ósea y de la figura humana para que se dé el equilibrio en todos los medios.
¿Cuáles diseñadores influenciaron su carrera?
Al principio amaba a Valentino, me parecía un hombre romántico, elegante, sofisticado. También Versace, cuando inició a ser muy lanzado, muy atrevido.
¿Y las arte plásticas?
Estudié Acuarela en Bellas Artes hasta que inicié Arquitectura. Me encanta la escultura, amo los muebles bellos, todo lo que sea arte es lo que me rodea en la vida.
¿Sigue soñando en la magia de los reinados de belleza, como cuando tenía once años, o se ha desvanecido ese sueño?
Sí, cada vez más. Se ha ido perdiendo en mí el sueño, con todos los manejos de los seres humanos que aparecen. Hay muchos intereses económicos, humanos, de amiguismos, que le dicen a uno que no es justo. Aún en un nivel como Miss Universo se mueven intereses, con empresas multimillonarias. Más que la política, vienen cientos de empresas detrás, con muchos millones moviéndose.
Si fuera realmente un reinado de belleza en el que se eligiera por belleza sería un sueño, un símbolo, pero se mueven muchas injusticias. Lo que tengo se lo debo al Concurso Nacional de la Belleza. Al principio nos nombraban siempre, hasta que alguien llegó a decir que por qué nos nombraban. Le han ido quitando muchas cosas así al reinado, que era un sueño para esas niñas.
Cuando empecé era una mujer bella, apoyada por todo un departamento. Ahora, en las redes sociales las destruyen, existen personas capaces de inventar calumnias para dañarles la moral. Acabaron con lo que tenía como un ideal de un reinado de belleza.
¿Por qué no le gustan la publicidad, el reconocimiento y la figuración?
La gente conoce mi trabajo, no mi cara. Le agradezco al Concurso Nacional que todo el mundo me conozca, porque no me gusta la publicidad, no me gusta que la gente me conozca. No me he dejado meter en el cuento de figurar, de aparecer.
Es una educación de mi casa, me enseñaron que es más importante la esencia, lo que sale de uno. Se trata de que la gente conozca el vestido, no mi cara.
Yo me cruzo con la gente en la calle, dejo mi carro parqueado y me monto en un bus, voy al Centro y camino, me conocen por muchos años de estar en ese círculo de comprar telas y materiales, pero no por estar en la prensa. Muy pocas veces hago entrevistas, lo evito.
Soy muy tímido. Perdía las clases de canto en el colegio por no salir, no me gustaba exponer.
La gente piensa que es antipatía, pero es una timidez profunda.
¿Qué tanto hace parte Jaime Arango del “mundo de la moda”?
Muy poquito. Yo amo el arte, amo la belleza que puedo representar en la moda, saber que con un lápiz, en cinco minutos, puedo crear seis o siete ideas para que una mujer se vea hermosa, lograr que se impacte en una pasarela internacional. Yo veo esos vestidos de Beyoncé y sé que lo puedo hacer hace rato, porque ellos manejan esos presupuestos extraordinarios con los que nosotros no trabajos.
Del medio me siento un 10%. No me veo igual a ninguno de ellos, los veo a todos muy distintos, veo que se contaminan muy fácil de todo lo que se mueve alrededor. La educación de mi familia, mi universidad pública, me han generado la posibilidad de tomar decisiones de lo que soy. No pertenezco a ese círculo de falsedad, de fotografías, de abrazos, de ropa ajustada, de jeans de 20 años cuando tengo 50. Solo soy un intérprete de la belleza, a través de la moda.
Esa no es la vida, la vida es una comida sencilla en un corredor de una finca. La vida es poder conversar con gente sencilla, pobre, en la calle.
A la gente se le vuelve la vida un vestido, un desfile de modas, salir en una revista, en un periódico y eso no ha sido jamás la vida mía.
¿Valió la pena elegir la moda, la belleza de los reinados?
Sí, con todas las cosas negativas que tiene logré estar aislado de lo malo, para llenar de ilusiones a gente, hacer crecer a muchas niñas, desarrollar un estilo, una manera de hacer las cosas. Esto me enseñó que hay unos límites que no se pueden pasar, porque el día que lo pasas pierdes el norte.
Agradezco que no soy un diseñador que no salió de una peluquería para ser diseñador de modas, de un día para otro, sino que me formé en artes, porque la arquitectura maneja todas las artes, y eso acompañado por mi familia, me dejó estar en el lugar que debía sin salir de la legalidad.
¿Qué hay en su segunda piel?
Mucha sensibilidad. No parezco, pero soy demasiado sensible.
Maria Cristina Tamayo O
marzo 2, 2017Jaime Gracias por tu talento y por lo que aportas en estos reinados. En verdad que eres UNICO en lo que creas. Que conste que Alba me enseño a quererte. Un abrazo . Muchos exitos!!!!
Silvia hoyos
septiembre 24, 2017Felicitaciones
Jaime Arango
Me encanta su arte en diseño
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Gloria alvarez
enero 18, 2018Lo felicito por su entrevista a uno de los pioneros de LO Q es verdaderamente la belleza atraves del Arte y la maravilla de LO Q fueron Los reinados de belleza de miss antioquia.
ADMIRO Al artista,disenador pero antetodo Al SER HUMANO Q ES JAIME ARANGO. DIOS SIEMPRE TE BENDIGA TE RECUERDO CON MUCHO CARINO …
Carolina Calderon
marzo 10, 2018Buenas Trades
Estoy buscando el teléfono de contacto del diseñador Jaime Arango, agradezco si me pueden dar los datos
Gracias