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esde noviembre pasado, estoy tratando de llevar un estilo de vida Macrobiótico… Me declaro una macrobiótica bipolar, tengo toda la intención de serlo, pero también estoy soltera y disfruto de mi vida feliz, así que a veces me en rumbo y al otro día el guayabo me ataca y me provoca todo menos unas verduras escaldadas o una sopa de miso. Quiero más bien una hamburguesa de Home Burgers o una pizza o atacar la tienda de la esquina y comprar toda la dotación de donas de Ramo… Pero entonces en medio de tanta chatarra recuerdo Hippie, un lugar con una oferta increíble de platos que suenan todo menos a macrobióticos, pero si muy naturales y orgánicos, además sus infusiones parecen cócteles.Esta es la segunda vez que piso este restaurante con propuesta de cocina orgánica y base vegetariana. Las entradas son deliciosas, pero mi opción sugerida es la de cangrejo y espárragos, de fuerte sugiero una hamburguesa de lentejas con pan sin gluten de remolacha, verduras confitadas y ensalada. Mi compañero de aventura en esta ocasión pidió un pescado blanco sobre puré de ahuyama, aunque estaba muy rico, debo confesar que menos mal no me pase de “light” y pedí la hamburguesa, pues es perfecta, bien presentada, balanceada y muy DELICIOSA.
Las infusiones son de flipar, todas están buenísimas y se pasa un buen rato tomándolas, pues tienen buena música y en el segundo piso hay un espacio de sala con biblioteca donde uno puede hacer intercambio de libros.
El lugar cuenta con una primera planta tiene una terraza súper romántica para la noche y adentro una agradable chimenea.
En cuanto a los precios, estos son moderados, Hippie es el lugar perfecto para los “mamertos”, como yo, que estamos tratando de entrar a la onda orgánica y vegetariana, sin morir en el intento, pues de por sí cuesta un riñón en otros lugares, pero esperemos nos salven del Apocalipsis de las enfermedades producidas por la comida “chatarra”.
Sin embargo, tengo dos observaciones para Hippie, la primera son las servilletas, no son de tela pesada, típica de restaurante, pero tampoco es la toallita japonesa caliente, es una mezclilla bastante regular de algodón con poliéster con cero personalidad, y le quita belleza a la mesa y a la vajilla que van muy acorde con el concepto del restaurante y se nota la dedicación con la que se escogieron las piezas.
La segunda observación, es que los meseros, que son adorados, no lo niego, se pasan en explicaciones y no vocalizan, yo entiendo que traten de dar una guía de la esencia del lugar orgánico etc., pero se siente pretencioso y su intervención fuera de lugar, así que mi sugerencia es bajarle un poco a la “labia” y explicar cada plato de manera relajada y “hippie”.
Sitio: Restaurante Hippie
Dirección: calle 56 #4A-15Bogotá
Precio: Entre $35.000 a $60.000 por persona.
Look: algo básico con unos buenos tenis y chaqueta, no olvide la bufanda o “trapito” al cuello, un “must” para este tipo de lugares.
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