Este domingo volverá un programa que a mi me parece interesantísimo, sobre todo a la hora de hablar de modificaciones del cuerpo: ‘Tabú Latinoamérica’, en National Geographic Channel (A.K.A NatGeo) . Tatuajes, modificaciones que a la sociedad les parecen grotescas, pero que al fin y al cabo, no se diferencian mucho de los cambios a lo s que se ha sometido, acomodado y moldeado el cuerpo para adaptarse a estándares, o salirse, representativamente de ellos. Mejor dicho, y hablándolo en “cristiano”: Si nos ponemos a pensarlo, el tipo con mil tatuajes o piercings, o la mujer vampiro, no se diferencian mucho de la mujer que quiere ponerse busto o cola para conseguir desde un papel, hasta el amor de un tipo millonario, u otros motivos. Obviamente, en el programa se muestran casos extremos, pero no excluyen el hecho de que “mejorar” la apariencia, está enmarcada dentro de la individualización, si, y también dentro de lo moral. Y sobre todo, “mejorar”, incluye modificar, sea para estar acorde con una tendencia o ir en contra de ella. El cuerpo no está en su estado natural. Y en este caso se habla de adicción y exageración. Nunca es suficiente.
En el artículo realizado para el medio en el que trabajo, y también para Fashion Freak , trato de llevar el nuevo capítulo que NatGeo presenta este domingo, llamado ‘Belleza Adictiva’, más allá del morbo, o la psicología, ya que no soy ducha en estas cosas. Afortunadamente, para esta ocasión, conté con dos fuentes, siendo la primera Angélica, una de las participantes del programa, con 12 cirugías encima (y a quien conocí), y por supuesto, la segunda, creo que una de las pioneras en Latinoamérica al hablar de la moda como fenómeno social, y personalmente alguien quien admiro : Susana Saulquin, creadora de la carrera de Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires, UBA, y también creadora del posgrado de Sociología del Diseño, y antigua directora de Vogue en su país, y fundadora del Instituto de Sociología de la Moda.
En la entrevista colectiva que hicimos muchos medios con ella, Susana nos habló de cómo la tendencia corporal del siglo XX estaba más hecha para el consumo y para un patrón específico, y que la del siglo XXI hablaba más de individualidad, de respetar la diversidad estética, y que claramente, las cirugías entraban ahí, ya que uno podía elegir como verse (así por un lado fuera un cánon impuesto), y el cuidado de la imagen individual era una prioridad . Y que por supuesto, cada país de Latinoamérica tenía un patrón de belleza: Mientras en Argentina el maquillaje casi no significa nada, en Colombia sí. En otros países suceden otras cosas. Nos habló de cómo el orden social reglamentaba los cánones de belleza.
En fin, Susana habló de todo lo que ocurría detrás para que alguien como Angélica, quien tiene 30 años y que para la cultura colombiana es “perfecta”, de algún modo, crea que no lo es, y que gracias a ello, se haga 12 cirugías para “remediarlo”. Acoto que ella paró apenas salió lo del escándalo de Jessica Cediel, hace dos años, y me contó casos realmente escabrosos de conocidas cercanas. Y estuvo de acuerdo conmigo en que la cultura, tal y como lo explica Susana, nos condiciona a estas cosas. Y acoto también que aunque nosotros sabemos que el mundo de la moda puede alentar bellezas imperfectas, el mundo del modelaje de ropa interior tiene patrones (infortunadamente) limitados y específicos.
Ahora bien, dejando toda esta extensísima introducción, les reproduzco las preguntas (me perdonarán, son muy pocas porque tenía que ir al grano) que le hice a Susana Saulquin sobre este tema.
Veo auspiciosas las predicciones que ud. hace sobre el futuro, en cuanto a la tolerancia estética . Pero al ver esto, ¿no cree que ese reconocimiento de la diversidad en este campo solamente es una posición políticamente correcta y de marketing y no impulsa un cambio de visión real?
Los cambios son evidentes y reales, porque responden a una nueva forma de estar y percibir el mundo o sea a una ideología del cuidado de los recursos humanos y del planeta que viene a superponerse a la ideología que se había sustentado en el siglo XX. Estos cambios dependen de las transformaciones causadas entre otras muchos factores, por el acercamiento de una sociedad digital basada en nuevas tecnologías que revolucionó la manera de relacionarse entre las personas con las redes sociales. Una sociedad mucho más tolerante a causa de su individualismo. Hay una tendencia a comportamientos éticos, más allá de la estética que era primordial en el siglo pasado. Etica más estética es la nueva consigna. Las posturas “políticamente correctas y de marketing” se hacen eco (algunas por conveniencia) a estos nuevos lineamientos. En realidad estos lineamientos no se darán en el futuro sino se encuentran en la actualidad, sólo hay que ser capaz de hacer una lectura de los nuevos acontecimientos sociales sin prejuicios ni condicionamientos. El temor al cambio siempre es importante.
¿No es paradójico que en un sistema que últimamente aboga por lo “natural” y lo “real”, se imponga una dictadura de la perfección?
Ocurre que la dictadura de la perfección estaba instalada desde los comienzos de la década del 60´cuando comenzó la cultura juvenil y la “dictadura de la imagen”. A partir de entonces esas posturas de necesidad de mostrar una juvenil perfección se fue intensificándose hasta llegar a la situación actual de exageración total, exageraciones que muestra el programa TABU LATINOAMÉRICA. Esas exageraciones son los síntomas de una contratendencia de lo natural y la autenticidad. Toda tendencia dominante (la perfección) incuba una contratendencia que muestra la evolución a otra estadio posterior que se aproxima (la naturalidad y la autenticidad).
¿De qué forma podemos interpretar el concepto de “cuerpo domado” a la hora de hablar de cirugías estéticas? De cuerpos amoldados. ¿Hablamos de cuerpos domados en cuanto a un sistema social que implica dominio y éxito, o de una interpretación trastornada y exagerada individual que por supuesto, implica esto también?
Es un cuerpo domado y necesariamente sumiso a un sistema social que trabaja con el éxito y el dominio, recordemos la estrecha relación entre la construcción del sistema de las apariencias y las necesidades que tienen las sociedades en la distintas etapas. Es una cultura del espectáculo que predispone al consumo, verdadera raíz de estas exigencias. Los cuerpos jóvenes y “domados” por cirugías estéticas, atraen como imanes al juego de las proyecciones e identificaciones, necesarias para imponer el deseo de comprar y tirar o sea de impulsar el consumismo.
¿Cómo se puede ejemplificar el respeto y cuidado de la individualidad, cuando aún se dan fenómenos como el bullying, por ejemplo, en los medios? Veamos el caso de los comentarios de Lagerfeld y Joan Rivers hacia Adele y su peso, veamos las críticas al físico de Lady Gaga. O lo que aún pasa con los niños obesos y diferentes. ¿No va eso en contradicción con lo que muestra como tendencia en el siglo XXI?
Todo cambio social necesita un tiempo para producirse y decantar. Demasiados intereses económicos, sociales, políticos son los que traban y producen demoras en los procesos sociales. Los estereotipos muy marcados que se delinearon en los años por no decir décadas anteriores, generaron prejuicios que lentamente se van a ir diluyendo. Las tendencias macro sociales son imparables y se presentan inexorablemente. Las relaciones de poder siempre trabajan para imponerse pero por ejemplo la aparición de leyes a partir de 2009 que respetan las identidades sexuales en Argentina con las uniones igualitarias y la posibilidad de obtener documentos de identidad para las personas transgenéricas nos muestran, entre muchos otros ejemplos, una incipiente evolución hacia la tolerancia y la aceptación de la diversidad individual.
En Colombia tenemos un nivel alto de cirugías estéticas, luego de Brasil. ¿Cómo ve usted nuestra concepción de belleza, basados en esto? ¿Corresponde a modelos que obedecen a cánones masculinos, o también se debe a elementos de nuestra propia historia, como la influencia de los narcotraficantes? ¿Somos ignorantes en cuanto a mirar bellezas distintas?
Yo no hablaría para nada de “ignorancia” ni tampoco de la influencia de los narcotraficantes, hablaría más bien de una cultura como la colombiana que le asigna a la mujer un paradigma de belleza determinado, ligado a la importancia de un cuerpo femenino voluptuoso aunque bien trabajado que obedece a cánones impuestos por la visión masculina. De allí la importancia de los maquillajes y de prendas que destaquen las curvas del cuerpo de la mujer.
¿No aseguran los adictos a la belleza una posición de dominio social y así mismo, no cumplen con las reglas ? ¿Acaso no van en consonancia con el statu quo cuando medios y sociedad hablan de un cuidado que se DEBE tener como una condición moral para ser aceptado en la sociedad de hoy? (en cuanto “si te cuidas, otros te valoran, y cosas así ”).
Creo que son discursos que esconden indudablemente una posición de dominio social, por eso para ser legitimados los deben asociar a condiciones morales e incluso a la salud. En el fondo, la belleza se convierte cuando es una obsesión, en una tiranía de las apariencias que enmascara la relaciones asimétricas de poder.
Nota de la autora: Esto es un abrebocas solamente a un tema tan complejo como los cambios del cuerpo y las cirugías. Pero deseaba darles a conocer el punto de vista de alguien que ha explorado con rigor y es una autoridad en Latinoamérica y el mundo sobre el tema de la corporalidad. Pronto y si el tiempo lo permite, haré un post que englobe de manera mas completa y compleja todos los temas que se tocan aquí.
Agradezco a Fox Latinoamérica por facilitarme el contacto con Susana Saulquin.
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