Nuestro cuerpo dice más de nosotros de lo que creemos, con el comunicamos cosas que no expresamos con palabras, es la forma de contar lo que somos, una manera de representar lo que hemos vivido y la forma como hemos adoptado ciertas señales o símbolos que se convierten en una forma de expresión que dice más de nosotros que un simple relato de lo que somos.
Desde pequeños empezamos a crear unos códigos y unas formas de expresarnos, que van ligadas a las vivencias que hemos tenido a través de los años y la cultura en la que nacemos, aunque estas expresiones son universales de acuerdo a las cultura existen variaciones ya sea por temas políticos, religiosos, económicos, sociales, ambientales, etc, que de una u otra forma afectan en nuestra forma de expresión.
A estos movimientos del cuerpo desde el punto de vista comunicativo les llamamos lenguaje no verbal, el cual está conformado por la postura, la mirada, la expresión del rostro, el aspecto externo y los gestos. Cada una de estos canales de comunicación nos ayuda a catalogar la edad, el sexo, el grupo étnico, la clase social, la actividad profesional e incluso diferentes rasgos de la personalidad permitiéndonos así conformar diferentes estilos mentales.
La construcción del look complementa el lenguaje no verbal y nos permite analizar como cada uno de los elementos de la indumentaria que escoge el individuo estan cargados de un valor simbólico, más que de un valor funcional y responden a una búsqueda inconsciente de la propia identidad. Igualmente son una respuesta de adaptabilidad y necesidad de pertenencia a códigos y parámetros impuestos por la sociedad y por el grupo específico al que pertenece cada uno.
Este conjunto de estas expresiones nos permite leer y entender las expresiones del cuerpo y nos permite como tal clasificar los diferentes grupos de consumidor de acuerdo al lenguaje no verbal que se repite entre diversos individuos.
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