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a colección Viento de Isabel Henao tiene melancolía, y es que el romanticismo y la sutileza son sellos indelebles en las colecciones de esta diseñadora.
Isabel Henao se construye a través de colores suaves y luminosos, de pliegues de espíritu oriental con referentes al origami, con cinturones obis, texturas de caída liviana contrastadas con otras más estructuradas, asimetrías en cuellos y largos, pero sobre todo con ese espíritu melancólico y frágil.
Y cuando decimos frágil no hablamos de debilidad, sino de ese imaginario de delicadeza, ligereza y belleza. La fragilidad en las colecciones de Isabel Henao tiene la peculiaridad de absorber energía y destellar romanticismo. Es como caer en un ensueño de verano donde nada perturba y todo fluye armoniosamente.
Las telas que siempre ha usado Isabel Henao se caracterizan por tener en sí mismas una historia, ya sea a través de bordados o con acabados arrugados, plisados o brillos, las texturas tienen un volumen especial o un movimiento particular que reflejan un sentimiento o sensación, en esta ocasión el viento fue el referente sensorial para elegir telas que flotan a cada paso.
Por otro lado, la cintura se vuelve protagonista en esta colección a través de los característicos cinturones obis que han acompañado los diseños de Henao desde hace mas de 10 años, y también por las siluetas peplum presentes en tonos marfil, menta y púrpura.
Siempre que vemos una propuesta de diseño de Isabel Henao pensamos en poemas, en sensaciones románticas y ultra femeninas, en inspiraciones etéreas y oníricas que van desde el arte hasta la naturaleza.
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