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De Maria Antonieta, el paro y la primera dama en Vogue

La opinión pública no halla coherencia entre la afirmación de la primera dama y la situación del país, entre otras lecturas. Foto: Vogue Latinoamérica.

La opinión pública no halla coherencia entre la afirmación de la primera dama y la situación del país, entre otras lecturas. Foto: Vogue Latinoamérica.

 

Hay que ver las reacciones de la opinión pública a nivel digital : Casi es oír, por un lado, los gritos incontenibles de indignación que seguramente también se han oído ante la crisis de cualquier régimen. Esto lo sentí al leer los comentarios que en Internet, y por lo menos en los medios nacionales, ha suscitado la noticia: La primera dama colombiana aparece en Vogue Latinoamérica cuando el país presenta alteraciones de orden público  en el marco del Paro Agrario Nacional,  y su marido goza de un descrédito sin precedentes. Esa es la reacción que ha tenido el ciudadano promedio colombiano, que ante temas que tocan su sensibilidad más latente, como la política, puede conectarse con la moda en estos dos temas. Muy interesante.

Porque, más allá de mostrar talento nacional y de proyectar al país, ¿qué representa, en un momento como este que la primera dama sea portada de la revista que se muestra como referente mundial de la moda?

No voy a entrar en juzgamientos morales a la hora de analizar la figura de Maria Clemencia de Santos. Quiero concentrarme en lo que su figura para un país tan complejo políticamente representa en estos momentos, ahí, en Vogue, impóluta.

¿Maria Antonieta?

 

Claramente, se puede ver el talento nacional en cuanto a diseño, y el trabajo que ha hecho la primera dama. Eso no cuenta en un país destrozado y un líder con descrédito. Foto: Vogue Latinoamérica.

Claramente, se puede ver el talento nacional en cuanto a diseño, y el trabajo que ha hecho la primera dama. Eso no cuenta en un país destrozado y un líder con descrédito. Foto: Vogue Latinoamérica.

 

Aclaro, primero que todo, que  buena parte  de estos opinadores nunca habrán tomado ni tomarán  una revista Vogue en su vida.  ¿Por qué? Porque esta revista se aleja de su visión y estilo de vida, donde el 83 por ciento de colombianos jamás comprará o vivirá lo que allí se muestra . Porque es la vitrina del Olimpo de la moda, un tema que puede que a veces miren con desdén, cuestionamientos y prejuicios, al asociarla como un elemento frívolo, de entretenimiento o exclusivo.

Pero a través de lo digital, y sobre todo, de la noticia,  la portada de Vogue es accesible.  Y por eso, al ver la esposa de un representante de una institución cuestionada hoy por sus políticas, ligada a esta revista, hacen a la Primera Dama y a la publicación de paso, un blanco fácil de lo que analizamos con Maria Antonieta y Asma Al Assad: El caso de la ‘moda frívola’ y de la moda política en un momento desafortunado para el régimen en cuestión.  Y eso se mide a través de la reacción popular.

La primera búsqueda la hice en Twitter,  una de las redes sociales más usadas por los colombianos, con varias palabras clave. Estuvieron: Santos Vogue, Maria Clemencia Vogue, Paro Vogue.  Cosas como esta salieron a relucir:  “No pues, el noticiononón , cuál paro?” “ #Paro Nacional? Que importa? Lo importante es que Maria Clemencia de Santos es portada de la Revista Vogue #ProsperidadParaTontos” “ –El tal paro nacional agrario no existe- dijo Santos con una sonrisa prefabricada, al tiempo que pasaba las páginas de la Revista Vogue”.

Mi segunda búsqueda fue realizada en los comments de los medios digitales (donde el colombiano opina más), que registraron la noticia. Me concentré en Semana, Caracol Radio y La Fiscalía. Portales con tráfico. Varios no fueron distintos a lo que registró Twitter .

La moda se frivoliza y se convierte en chivo expiatorio, ya lo había dicho . La moda se hace un elemento cuestionable y pernicioso para aquel que ve a su líder odiado usando vestidos que son símbolos de la negación de la crisis social de sus gobernados, del lujo y comodidades a los que un país bajo fuego no puede acceder.

¿Señorialidad desbancada?

Poco importó que en la misma noticia sobre la  revista se explicase que Maria Clemencia de Santos ha hecho labores humanitarias por los más desfavorecidos . Verla con prendas de diseñador**, así ni puedan leer la revista, es quizás una bofetada simbólica del gobierno ante lo que pasa el país. Ninguna de las partes lo hizo con intención, pero el momento, profundamente coincidencial, ha hecho que la portada de Vogue se haya interpretado de esta manera. Quizás, si al comienzo del gobierno de Juan Manuel Santos, que tenía un  grado más grande  de aprobación que hoy, hubiese salido esta misma portada, su lectura sería distinta. Y hago la salvedad, bien aclarada por una de mis lectoras, de que Vogue planea todas sus ediciones  antes.

Hablando de otro tema, increíblemente, en otros medios,  hubo otro tipo de comentarios: Los que alababan el estilo de Maria Clemencia de Santos y se embarcaban en el debate de las reinas de la elegancia en la política colombiana. Nora de Pastrana, y Carolina Isakson eran nombres comunes dentro de este tipo de comentarios, donde ‘clase y elegancia’ eran conceptos comunes.

Solo puedo ver todavía  un profundo arraigo a la señorialidad, tema que también expliqué en moda y política, donde mostrarse en Vogue revela asociaciones con la distinción, con la jerarquización, y con la elegancia aliada a las más altas esferas de poder, cosa que ha ocurrido desde la Colonia.

Esto contrasta con los que claramente, (y que son mayoría) ‘guillotinan’ a Maria Clemencia, esa opinión pública que se conformó y se fortalece, cada vez más, ante los sucesos de un país que parecen sacados del realismo mágico, y que ya no traga entero. Y que, lastimosamente, aún ve, por causa de su fragmentación social, cultural, por sus medios de información, a la moda como un ente excluyente y exclusivista. Esto les dio el papayazo. La que hubiese sido una oportunidad perfecta para mostrar que los diseñadores colombianos también tenían cabida en una revista/referente que ya ha tratado la política en momentos clave ,como el apoyo a Obama sacando a Michelle, falló, ya  que la publicación,  probablemente, y tal vez sin intención y sin nada que ver con lo que pasa en el país,  sacó en un desafortunado momento una portada que caldea animos  en un país tan convulso como este.

** La moda asociada a la clase alta, la clase que per se es asociada con ambición y falta de modestia. Es una concepción ligada al catolicismo y muy bien explicada por Tanya Meléndez, curadora de educación y programas públicos del Fashion Institute Technology (FIT) en su ponencia sobre la moda y telenovela.

Nota: Tengo que leer el artículo, para hacer una lectura del mismo sobre su contenido. Pero esta lectura se hace sobre las diversas que ha hecho la opinión pública no más en la portada.

 

 

 

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