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Hace algunos años, en Vogue México, una singular carta de los lectores destacaba entre todas las demás*. Se trataba de un grupo de jóvenes cubanos que les escribían a los editores agradeciéndoles por abrirles las puertas al mundo a través de la moda. Ésta les mostraba una belleza distinta a la que podían encontrar en su país, una visión diferente a la precariedad que muchos de ellos tienen que vivir todos los días. Una en donde luchar por un tarro de leche, un papel higiénico y unos tenis Nike, como símbolo de apertura hacia el mundo, es algo cotidiano y real. Una que les daba esperanza, sueños, una alternativa a lo que les ofrecía Fidel.
En ese mismo escenario y hace tres años atrás, la bloguera disidente más famosa de Cuba, Yoani Sánchez**, hablaba de cómo el gobierno había cerrado los negocios de ropa importada, de cómo entonces los que traían modelos atrasados de Forever 21, Berskha y H&M, ahora los vendían puerta a puerta. Un año después, el negocio ni siquiera había desaparecido, estos bienes, que muchos cubanos envidian, piden o intercambian a quienes visitan su isla, son uno de los modelos de negocio más lucrativos de Cuba, así Raúl Castro los prohiba.
De hecho, todo se hace a puerta cerrada. Toda es ropa china o de modelos atrasados de fast fashion que usted y yo podríamos conseguir inmediatamente online o en la tienda respectiva. Si por ejemplo, un cubano quisiera la bomber jacket de modelo oriental que puso de moda Gucci este año, tendría que ver si alguien la trae de alguna marca como Stradivarius, Zara o Berskha a través de Panamá, Ecuador y México, y quizás a través de un pasaporte falso y una red de contactos y sobornos. Sí, casi como traficar con drogas, aunque solo sean piezas de moda reinterpretadas, casi que de temporadas atrasadas. Círculos exclusivos a los que no todo el mundo accede, pero a los que casi todos quisieran acceder. A través de páginas web como Amazon , también hay grupos donde se accede a la moda en liquidación y la gente que la vende debe tener contactos con personas en el exterior y éstas deben enviar todo por paquetería, pagando impuestos irrisorios y en envíos que demoran plazos considerables ***.
Pero los personajes más importantes de la isla saben que vale la pena esperar y quienes tienen cómo acceder a una prenda que para un europeo es casi diaria o para un colombiano de clase media es un gasto extra, para ellos es un lujo. Sin embargo, en Cuba ya existen editoriales de moda y toda una industria creativa que sobrevivió y, que quizás con la muerte de Fidel y luego de la apertura con Obama, por fin pueda expandirse.
De Semanas de la Moda y la moda como disidencia
Quizás la moda sea un término que para muchos signifique libertad o individualidad en Cuba (así como para los chinos significó usar marcas en el pecho luego de Mao****), pero para otros fue casi que una lucha. De hecho, hay diseñadores cubanos y ellos muestran su trabajo (así estén alejados de la realidad del cubano de a pie que compra ropa importada) en un evento hecho para ellos: la Semana de la Moda de Cuba que lleva dos ediciones y que ha sido auspiciada incluso por el mismo gobierno ******. Y , aunque no tengan la posibilidad de mostrar su creatividad al máximo por la crisis que se originó desde el “Periodo Especial” ******, rescatan la identidad de Cuba y tratan de dar una visión de su país distinta a la que ven lo medios actuales.
Pero el vestir también ha sido disidencia silenciosa. En los años 80 y 90 vestirse de negro o incluso rescatar la santería en el vestuario era un símbolo de rebeldía: los tatuajes, los pañuelos, etc. Fidel habló contra la moda en 1971, en su discurso clausura del Primer Congreso de Educación y Cultura.
Ahora bien, ha pasado mucho tiempo ya desde ese discurso satanizador, hoy los jóvenes de Cuba creen en la moda como una industria creativa, como un símbolo de apertura al mundo y expresión de su propia y muy anhelada individualidad.
El primer y único bloguero de moda de Cuba
Insider del desfile de Lagerfeld. Stylist que posa de manera cool y fresca con looks de Paco Rabbane, editoriales con piezas de Adidas y H&M. Se llama Miguel Leyva J y es el creador del portal “This is This”. Tiene 21 años y es fashion stylist. Influenciado por las artes, literatura y números atrasados de revistas que tardaban años en llegar a la isla, el joven comenzó a acercarse a la moda. A través de las tribus urbanas comenzó a ampliar sus horizontes estéticos, pero, definitivamente, el Internet lo acercó a saber del tema que más ama.
“Hace un año atrás en Cuba dieron inicio una serie de transformaciones, y entre ellas el acceso al internet. Comencé a seguir marcas, editoriales, diseñadores, modelos, me creía parte del fashion system. Incluso llegó un momento en que por segundos memoricé la Wikipedia, ahí tenía mucha de la info que necesitaba. Eran muchas las preguntas: quiénes eran Burberry, Chanel, Saint Laurent, etc. Esto era perfecto, ya que acceder a la conectividad era o es realmente caro en Cuba”, le explica Leyva por mail a Fashion Radicals.
Lo que más adora Miguel son los editoriales de moda y el propósito de su blog es acercar la moda al cubano de a pie, a quien siempre le ha gustado verse bien, aunque como se narró al comienzo de este post, para éste es difícil conseguir moda, “Ese es otro de los propósitos de This is This, mostrarles dónde, cómo y con qué lograr ese estilismo que busca.”, insiste.
“Cuba se transforma, y es la juventud principal portavoz del cambio. Es interesante como la moda nos guiña un ojo, Chanel, Valentino, etc. y eso lo sabe más de una persona, he conocido a muchos seguidores asiduos de la moda, tantos que ya perdí la cuenta, el cubano es susceptible al buen vestir (…) La moda es un arma que puede ser usada de diversas maneras, incluso para crear revoluciones y en Cuba está siendo usada. Hablemos por ejemplo de ese verde militar que ha estado presente en más de una colección abiertamente inspirada en la isla, y que ha transformado a Fidel Castro de un líder político internacional a un fashion icon.”
Que lo diga Tony, el nieto del fallecido líder, quien apareció al lado de Leyva en el editorial del fotógrafo Brian Canelles, dueño de la página “Art is Easy”.
Adepto a los selfies, adorador de la moda, fue edecán en el desfile de Lagerfeld.
Con él se prueba que así se transformó de manera simbólica el régimen de su abuelo y que éste nunca pudo opacar a la moda como forma de expresión.
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Notas al pie
* Esta carta la leí en Vogue México en 2014.
** Este es el tuit donde Yoani relató cómo el negocio fue prohibido por el gobierno hace tres años.
*** Este es el reportaje del portal cubano 14ymedio que habla de cómo se consigue la ropa importada en Cuba.
**** Los chinos también vivieron un comunismo rampante que los uniformó. Ahora poseen uno de los mayores mercados de lujo, falsificaciones y son los inventores del “safari shopping”, donde hordas de ellos van exclusivamente a comprar en Europa.
***** Pueden saber lo que ha pasado con los diseñadores cubanos, las escuelas de diseño y los eventos de moda del gobierno en este reportaje de Maya Quiroga, del portal CubaHora.
****** Una de las peores crisis económicas que afrontó la isla en 1994. Tanto así, que la mala situación dio al traste con varias industrias. Una de las causas de la Crisis de los Balseros en 1994, mucho peor que la del Mariel en 1980. Cientos de miles de cubanos migrantes causaron una emergencia internacional de refugiados entre Cuba y Estados Unidos.
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