Cada rostro tiene una historia. Una historia sobre amores eternos. Sobre amores cortos. Sobre alegrías pequeñas y grandes. Un rostro es una historia sobre la persona que fuimos. Sobre la persona que queremos ser. Un rostro es una historia sobre los espejos que nos vieron. Un rostro es una historia escrita por el tiempo. Cada rostro tiene una historia. La idea es proponer una belleza singular, hecha de sentimientos y de historias de vida que se reflejan en el rostro de una mujer.
Replantea el significado de la belleza convencional y proponer una belleza libre de reglas y convenciones y hecha de experiencias vitales. La mujer no necesita esconder su edad, ni parecer siempre joven. Su belleza es única y se revela en su actitud, en la transparencia, su esencia y su modo de relacionarse con el mundo.
La constitución del portafolio fue pensado y estructurado para que cada mujer pueda elegir el producto acorde a su edad (25+, 30+, 45+ y 60+) y por la intensidad de sus señales (pocas señales, señales y muchas señales).
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