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a semana de desfiles en Caliexposhow 2016 cerró con Beatriz Camacho, quien una vez más ratifica su audaz manera de hacer colecciones de moda. Su magistral manejo de color y forma de drapear la catapultan como una diseñadora sensible a las expresiones del color, el brillo, los detalles y especialmente a la yuxtaposición de texturas, como componiendo una melodía disonante Beatriz Camacho logra el opuesto: una armonía entre materiales tan diversos y ricos que hacen de la exuberancia un lujo.Fotos cortesía de Cámara Lúcida
El color mandarina fue el acento y eje central de la propuesta que se tiñó de azul, lila y verde, con cortes geométricos en partes del cuerpo como el abdomen y pecho, de hecho con un tinte tribal que se enfatizó con el uso de plumas, (marca indeleble de Camacho) y por supuesto grafías abstractas de laberintos y efecto caleidoscopio, la diseñadora barranquillera logró componer una colección que se inspira en estéticas universales como el arte y la arquitectura.
Las siluetas de los atuendos se forman por dobleces asimétricos en lugares inesperados que a su vez y en algunos casos forman bolsillos o volantes o pliegues que dejan ver el reverso de los materiales. Por otra parte los amarres en pecho y espalda hacen que las piezas de arriba tenga una lúdica sensual por la nueva forma de hacer escotes. Casi que podríamos decir que el diseño y construcción de las piezas fueron un juego de geometría y origami, pues muchos de los atuendos tenían esa dinámica de construcción.
Para descartar de toda la colección los vestidos “tatuaje” y aquí es donde el carácter tribal toma más fuerza y es que el lenguaje matemático de la geometría es la inspiración de toda la colección.
¿Arte, Arquitectura y geometría qué tienen en común? en este caso específico a Beatriz Camacho quien manejó estupendamente las líneas logrando crear vestidos exuberantes, sofisticados y audaces.
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