Con la llegada del mes del Amor y la Amistad en Colombia llegan también los aromas, esas pequeñas indulgencias que invitan a la seducción. Los perfumes permiten imaginar el futuro, dejar un recuerdo y así mismo tener un sello indeleble. Desde Coco Chanel con su frase “una mujer sin perfume no tiene futuro” hasta Christian Dior con “el perfume de una mujer dice más de ella misma que su forma de escribir” los aromas son indispensables para recrear un estilo personal.
Aquí te traemos dos recomendados cargados de sensualidad: Sofia y Omnia India Garnet
La primera Sofía por supuesto esta inspirada en est mujer exuberante y es una fragancia oriental floral que tienen un encanto y magnetismo inolvidable, son un coctel espumoso de brotes de cassis, moras jugosas y néctar de ciruela. En el corazón hay una mezcla floral protagonizada por la rosa, el encanto de la violeta púrpura y la orquídea colombiana. En el fondo de la fragancia de larga duración y destello inolvidable contiene madera de sándalo, praliné tostado y absoluto de vainilla.
Por su parte Omnia Indian Garnet es, por sus vibraciones florales y amaderadas, una fragancia colorista, ultrafemenina y repleta de energía, gracias a sus notas de salida de mandarina y azafrán que le dan energía vibrante y refinada. La mandarina siciliana aporta una frescura exquisita y el toque de azafrán realza, envolviendo la composición de un fulgor exuberante de contrastes. En el corazón tiene tuberosa de la india y osmanthus: el magnetismo de las notas de corazón de la fragancia nos transporta a la profusa riqueza de la India. Las delicadas y ligeramente afrutadas facetas de las flores de osmanthus se alían con la presencia opulenta de la tuberosa de la india, flor cautivadora y sensual que solo se abre al anochecer. Iconos de la alta perfumería, ambas flores, que se complementan por naturaleza, exteriorizan las distintas facetas de una feminidad intensa. Finalmente esta fragancia tiene maderas indias y ámbar: En las notas de fondo, dan intensidad y otorgan un elemento decisivo y persistente con la calidez del ámbar, que impregna la piel de una sensualidad seductora. El resultado es una imagen misteriosa e intangible que recuerda a una puesta de sol sobre el Ganges.
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