Suscribete a nuestra comunidad y recibe los últimos articulos de cultura de moda Fashion Radicals ¡directo a tú inbox!

Alado, un oasis creativo

E

l ambiente era de saturación visual ante la avalancha de lo que un periodista mexicano llamó «tropicalismo», refiriéndose a la marcada presencia de boleros, faldas de vuelo, plisados, estampación floral y herbal, y demás perifollos en varias de las colecciones presentadas en Colombiamoda. Así que la pasarela de cierre suponía un oasis para algunos que clamaban «creatividad» y veían en Miguemo la «única luz al final del túnel».

Cuestionado sobre si lo que se entiende por creatividad equivale a «espectáculo», me dispuse a mirar, inquietado también porque ya conocía las piezas que saldrían a escena y me parecían interesantes, quería ver reacciones y así entender que me había despertado el interés.

Lo interesante, leí por ahí, es un estado transitorio del gusto, y el gusto se define por una serie de valores heterogéneos que los humanos cargamos en la cabeza y nos sirven de vara para medir la afectación estética que nos producen las cosas.

Más concreto, cuando uno ve algo interesante sabe que le atrae pero quizás no está en condición de precisar los porqués.

Sin embargo, la duda se despejó al iniciar el espectáculo por la coherencia y la fuerza conceptual del mismo, fortalecida por la capacidad de los productores para transformar la simpleza de una pasarela en un entorno cálido y acorde con los hilos conceptuales de la colección.

Colección Terracota de Alado en Colombiamoda 2019

En cuanto a esos hilos, en conversación con los diseñadores de Alado, explicaban que Terracota —como llamaron a esta colección— «rinde homenaje a la industriosa labor del alfarero, del ceramista y del artesano de la porcelana quienes han sabido convertir en arte los cuatro elementos: aire, tierra, agua y fuego».

Y agregaron que los procesos involucrados en aquellos oficios eran «el conjunto de inspiraciones que daba lugar a los aspectos formales de la colección», es decir: amasar, moldear, vaciar, bizcochar (someter arcilla al fuego) y engobar (pintar con tierras el barro crudo).

Por esa razón la pasarela aludía con su ambientación a la cerámica tradicional de distintas regiones colombianas, ya fueran Ráquira, la Chamba o Carmen de Vivoral. Y, desde luego, la ropa y los accesorios iban en esa misma vía.

La exploración en accesorios permitió desde cuellos, pulseras, aretes, collares, marcos de gafas y hasta casquetes para el pelo, hechos de pasta acrílica emulando la cerámica y aligerando de paso problemas de fragilidad y peso propios del material cerámico artesanal. Este material se unía a chaquiras tradicionales colombianas, que antaño se hacían de arcilla y no de vidrio como las importadas que conocemos hoy.

De otro lado los acabados textiles, remitían con acierto a las intenciones manifestadas por los diseñadores. Recuerdo especialmente la salida siete (modelo Marly Velásquez) porque el ruedo de la falda replica con fabulosa exactitud las huellas que deja la leña en la cerámica tras la cocción.

 

Igualmente, las salidas en blanco que replicaban con tules, bordados y estampados el contraste de blanco y cobalto que caracteriza a la cerámica del Carmen.

 

La literalidad, es un factor que suele reprocharse en la academia como consecuencia, creo yo, del abstraccionismo que ha dado forma a una mirada moderna del diseño, que se resume en la trillada visión del «menos es más». Sin embargo, alejándose de la academia para tomar oxígeno literalidades como esta expresan brillantez, justamente por lo iconoclasta que resulta frente a esa tradición abstraccionista del diseño.

Pero bueno, volviendo al grano. Para esta ocasión los diseñadores involucraron en el proceso al maestro ceramista Alberto Llanos, cuya experticia en el manejo de engobes le ha valido reconocimiento internacional. También a la artista textil Mariana Giraldo Vélez, quien ha explorado posibilidades de unión en materiales aparentemente disímiles como la cerámica y el textil.

Finalmente la colección no escapaba del todo a uno que otro perifollo de los que tanto saturaban al periodista mexicano. ¡Pero qué le vamos a hacer! Era la corriente dominante en que marchaba esta Feria, quizás imbuida por aquello de la tendencia en curso, un asunto del que ningún diseñador que aspire a sobrevivir en el mercado puede abstraerse radicalmente; siempre estará adscrito o a la corriente dominante o a su contraparte o a los intersticios entre estas que le resulten necesarios para mantener conexión con su público.

Aunque en orillas opuestas, cabe afirmar que tanto en Miguemo como Alado hubo un oasis para la creatividad asumida como espectáculo, algo muy necesario para refrescar tanto paisaje y que ambas marcas lo refuerzan también con sus estilismos.

Bien por conceder la pasarela de cierre a propuestas comerciales que preservan un alto nivel de experimentación formal, y bien por el proyecto Épica Reto de Innovación al apostarle a una propuesta que es en esencia creativamente arriesgada y poco convencional pero que mantiene los pies en una relación clave del negocio: moda/música.

compartir

Sin comentarios aún.

¿Qué piensas acerca de esto?