D
espués de 20 años de trayectoria creativa seguir abrigando y abrazando una identidad tan clara, como la que ha afianzado hasta la fecha la diseñadora Adriana Santacruz, no ha sido producto del azar y es así como en el marco de la inauguración del Bogotá Fashion Week 2018 (BOGFW) con su colección – La Ruana – su narrativa y conciencia estética se instala en nuestra memoria; sobre todo por la maestría con la que trasformo la ruana en piezas claves de nuestro fondo de armario como abrigos, chales, estolas, y chalecos.
Seguidamente la ruana como maestra de ceremonia, fue capaz de compartir escenario con una acertada y valiosa conjunción de propuestas estéticas (Calzado: Divina Castidad, Joyas: Danielle Lafaurie, Trajes y Camisas: Bermelio) donde la construcción de los looks y la campaña para la presente colección, contó con el acompañamiento creativo del colectivo STYLE OVER INK.
La forma en que la diseñadora Adriana Santa Cruz enaltece el propósito de diseñar moda con espíritu, construyo un relato no predecible con relación a la trayectoria de la marca, en tanto que ese diálogo que abrió con piezas claves del armario masculino – trajes y camisas – no mino en absoluto la identidad y el espíritu de la marca.
Por el contrario esta puesta en escena en el BOGFW 2018 esa mutación comedida con una prenda de vestir como la ruana, no supuso pasar por alto el gran conocimiento en el uso del color, la pericia en el manejo de las técnicas de tejido ancestral, y cómo no la mística con la que la diseñadora se aproxima teniendo presente la carga energética con la que impregnamos nuestras prendas; permiten entre otras cosas validar cómo con una identidad clara, un espíritu creativo como el de Adriana Santacruz y su ímpetu estético es capaz de reconfigurar una prenda tan nuestra (e incluso ninguneada) como la ruana, en un gran objeto de deseo capaz de transcender no sólo entre los armarios femeninos y masculinos si no entre generaciones.
Recordando su desfile en el BOGFW 2017 resulta muy interesante ver las 2 fotos fijas de ambos momentos, por un lado encontramos en 2017 un manifiesto estético enmarcado en una gran celebración con #NariñoEsTendencia evocando toda la sabiduría de esa parte del territorio colombiano que hasta la fecha ha sido determinante en la construcción de su matriz estética.
En el caso del BOGFW 2018 la conciencia estética y las técnicas que de dicho territorio no abandonan el discurso de la diseñadora, sin embargo su despliegue se torna incluso más universal, no sólo por su maestría en los diálogos multidisciplinares en la técnica y transformación textil si no por la prerrogativa que se permitió atendiendo cómo muchos hombres también sienten una fijación contundente por la marca; y con ello tomó una prenda como la ruana y la reconfigura creando un nexo más para refinar la mirada y conciencia estética, no sólo de las mujeres si no de los hombres en Colombia y en el mundo.
En el apartado de detalles la cromática de las prendas incluyen ese rojo tan característico de la marca, negro, café, azul y violeta entre otros en los que otra de las lecciones capitales que deja el desfile de Adriana Santacruz es cómo con un impecable ejercicio de estilismo, las marcas que así se sumaron en su propuesta estética ninguna de ellas se aplaco, todas brillaron con el mismo esplendor y allí también queda en evidencia, la conciencia estética que tiene la marca sobre sí misma para comunicarla de una forma tan contundente.
En suma que mejor que a través de una ruana, podamos re encontrarnos y abrazarnos con esta propuesta estética, gracias al despliegue de maestría y carácter que quizás no todos han hecho aún para tener a Adriana Santacruz como una gran cómplice de estilo; y con ello inclusive capaz de romper con la homogeneidad e uniformidad de la que somos cómplices y que con una prenda de Adriana sin lugar a duda se puede conquistar un nuevo estado de conciencia estética.
¿Qué piensas acerca de esto?
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.