CULTURA E: ALADO, MAI PETIT Y FRIDA

Pinceladas de acuarela y telas delgaditas, casi transparentes. De la unión de dos hermanas, Frida abrió la pasarela Cultura E, una plaza que este año en Colombiamoda apoya a 20 marcas emergentes a crear y consolidar su empresa.

FOTOS CÁMARA LÚCIDA

Una de estas firmas es el resultado de un trabajo familiar, representado en ambientes tropicales y tejidos conviviendo con telas de extrema delicadeza. Esta muestra, además de su iniciativa principal de apoyar nuevos talentos, es un medidor de las materias primas locales y nacionales. Entre Frida, Mai Petit y Alado, las propuestas variaron entre feminidades y ocasiones de uso distintas; de la intimidad de la ropa interior y la ropa del día a día a la teatralidad mantenida en contra del tiempo.

Frida es una marca de fluideces, de colores primarios que se lavan y se riegan con el agua sobre clásicos blancos y negros. A partir de esta paleta, nacen prendas sueltas contrastadas con tejidos que se convierten en el ADN de una marca local. Mai Petit, por su parte, se dedica al diseño de ropa interior: sobria y con siluetas románticas, en una recolección de décadas que va desde el culto a la cintura de los 50’s a la identidad deportiva de los 90’s. Encajes y transparencias, con una historia de la hora del té al fondo de todo…la marca es un sueño hecho realidad para su creadora, Laura Salazar, inspirada siempre en una feminidad etérea.

Parte de aquel espíritu etéreo, es también Alado. Una marca hecha a dos manos en Medellín, que en ambientes llenos de florituras y de un dramatismo, nacido del amor al teatro ha ido creando un estilo propio.

Esta vez, la inspiración en los insectos, en prendas masculinas y femeninas, hace de los cortes, las siluetas y los accesorios una oda a la fisionomía de la especie.

Las alas de las mariposas forman tejidos escultóricos y colorean los accesorios, en drapeados y telas llenas de fluidez, en transparencias que se comunican con sus compañeras de pasarela. Alado se caracteriza por su rigurosidad, por su capacidad de ambientar espacios y estilos que se unen en puestas en escena teatrales y en prendas nostálgicas, llenas de códigos para descifrar.