“Es divertido como la comodidad se convierte en un reto cuando quieres crear algo realmente nuevo. Para ser honesto, no hay excusa hoy en día para hacer algo incómodo”. Karim Rashid.
Ver, tocar, oler…por años, el trabajo del diseñador de interiores egipcio, Karim Rashid, ha sido una oda a los sentidos y a la practicidad. Como él mismo lo define, a sus múltiples creaciones, las abraza un término muy personal, que lo ha acompañado durante toda su carrera: minimalismo sensual o sensualism; una idea que alude al despojo de adornos, al objeto creado para un fin específico y a la experiencia sensorial, que en un rompecabezas de formas y colores, se complementan para entrar al universo de Karim.
Dos años pasaron entre charlas, garabatos y proyectos para que Boconcept y el diseñador llegaran a un acuerdo que nació en una feria en Milán. A Rashid le interesó la idea de Boconcept de ofrecer artículos con un alto contenido de diseño, piezas de autor de valor artístico incalculable, a precios asequibles. Una vez se establecieron todos los parámetros, la colección empezó a tejerse alrededor de la semejanza entre los paisajes canadienses y daneses, en los cuales el diseñador se formó y la marca nació, respectivamente.
A la colección se le llamó Ottawa, un conjunto de piezas que entre sí forman un cuarto lleno de detalles: pocillos pintados con la vista de Nueva York en la oficina de Rashid, sus tatuajes convertidos en texturas repetidas y su huella digital, que también hace parte de una gran alfombra, donde todos los objetos se posan. Con una atmósfera de simplicidad extrema, las mesas adquieren formas arquitectónicas por medio de curvas y juego de colores, las sillas le rinden tributo a formas naturales como las hojas, que más allá de su evidente belleza, busca el equilibrio entre la ergonomía, la comodidad y la intervención personalizada.
En todos sus proyectos, la experiencia lúdica es fundamental. Esta ha sido evidente en un amplio portafolio que abarca desde las coloridas vitrinas de Ágatha Ruiz de la Prada a la sofisticación de Carolina Herrera y marcas mundialmente reconocidas, como Coca Cola, Alessi y Swarovski, por nombrar unas pocas, Su trabajo con Boconcept tiene en cada uno de los objetos, esa propuesta de disfrutar, jugar y cambiar pequeñas minucias que harán la diferencia, como patas de sillas que pueden tener distintos colores o comedores que pasan de 6 a 10 puestos. Este es un primer paso que toma Rashidpara hablar de la democratización del diseño, un discurso que siempre ha tenido presente y ahora llega en forma de una colección que se estrena de manera simultánea en todo el mundo; una propuesta que define de manera precisa su estilo personal, que habla de comodidad extrema y se colorea esta vez, entre texturas de madera y verdes lima.
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