E
l modelo Happy Sport Rose de Caroline está realizado en oro ético rosa de 18 quilates y engastado con piedras preciosas combinadas en un delicioso degradé de tonos rosas.
Press Release
Máximo testimonio de la maestría relojera y joyera de los talleres Chopard, la colección Happy Sport acoge un nuevo reloj-joya de 36 milímetros de diámetro. Los engastadores de la Manufactura se despliega sobre el bisel y los índices adornados con zafiros rosas y rubís. Un decorado fastuoso e inédito para el legendario ballet de los diamantes móviles que dan su identidad a la colección. Bajo la esfera, en nácar perlado con centro decorado en guilloché, late un movimiento automático de precisión. Con esta creación, Happy Sport rinde homenaje a su creadora, cuando durante los años 1990 Caroline Scheufele apostaba un ramo de rosas con su jefe de taller sobre el éxito de un reloj que, contra todo pronóstico, se ha convertido en un auténtico icono.
La audacia de una joven creadora
A mediados de los años noventa, Caroline Scheufele era una joven que acababa de incorporarse al negocio familiar gracias a su boceto de un colgante de payaso. Entonces se le ocurrió la idea de un reloj con un aspecto precioso y a la vez desenfadado, apto para la pista de tenis, en una comida de negocios o en una salida nocturna por la ciudad.
Reinterpretó el concepto de diamantes móviles lanzado por sus padres: “los diamantes son más felices cuando son libres”, exclamó su madre en 1976 cuando vio el primer prototipo de la colección que daría vida a Happy Diamonds.
Pero en lugar de hacer bailar a los diamantes libremente alrededor del reloj, como era el caso de los relojes Happy Diamonds, decide colocarlos entre dos cristales situados encima de la esfera.
« ¡Imposible! » le contestó su jefe de taller, que le dijo: «¡Caroline! Si consigue vender estos relojes le regalaré una rosa por cada ejemplar.»
No hizo falta nada más para espolear la determinación de una mujer que siempre ha considerado que «no» no es una respuesta. Se afana en esa idea y la transforma en un proyecto viable. ¿Cómo hacer para que, por ejemplo, el reloj sobre el que se superponen el movimiento, la esfera, las agujas, dos cristales de zafiro y varios diamantes móviles no sea demasiado grueso?
El resultado, que se presentó en 1993, fue sorprendente. Un reloj que combinaba, por primera vez en la historia de la relojería, el acero y los diamantes, montado sobre una correa de eslabones «guijarro» flexible y cómoda, con unos zafiros cabujón engastados en las asas y en la corona, a juego con las sobrias agujas azuladas, y, por último, sobre la esfera blanca, siete diamantes móviles lanzados a un baile endiablado que recuerda al torbellino de la vida.
Acababa de nacer el bien denominado Happy Sport, nuevo icono de la moda y el origen de la expresión sport-chic. Y el jefe de taller, que había prometido una rosa por cada reloj vendido, acaba regalando a su copresidenta un rosal.
Hoy en día, cuando Caroline Scheufele observa a las jóvenes que entran en una de sus boutiques para comprarse su primer Happy Sport, porque les recuerda al modelo que su madre y su abuela han llevado antes que ellas, Caroline Scheufele piensa, no sin cierta malicia, en la abundante floración de su rosal. Este reloj, cuyo fracaso comercial le habían asegurado, se ha convertido en todo un éxito que desde el principio ha seducido a las mujeres de todas las generaciones.
Una creación homenaje a la creatividad, la perseverancia y la intuición femenina
Con el Happy Sport Rose de Caroline, Chopard se inspira en esta historia para crear un reloj que rinde homenaje a la creatividad, la perseverancia y la intuición femenina. Mientras Caroline Scheufele cultiva en su jardín sus queridas flores, cuya visión le recuerda una encantadora anécdota, las rosas inspiran el diseño de un reloj joya con una caja de 36 milímetros de oro ético rosa de 18 quilates totalmente engastada con diamantes. Los colores primaverales de su jardín encuentran su eco en el degradé de zafiros rosas y de rubís cuidadosamente seleccionados y colocados en pavé sobre el bisel del reloj y los índices de la esfera.
La esfera, decorada con guilloché en el centro, es una invitación a la calma y a la contemplación: la elección del nácar perlado, liso y nacarado, salpicado de motivos ondulantes y reflejos irisados, evoca la apacible suavidad de los rayos del sol que se reflejan en él. Está rematado por los tradicionales diamantes móviles que crean un espectáculo siempre cambiante, un reconfortante interludio alejado del irremediable paso del tiempo.
En la corona y los cabujones, los rubís se hacen eco del color de la correa de piel fucsia, confiriendo a esta creación relojera un encanto singular y una elegancia atemporal.
Combinando el virtuosismo joyero con la maestría relojera, Chopard ha optado por equipar a este modelo Happy Sport Rose de Caroline con un movimiento automático. A plena carga, ofrece una cómoda reserva de la marcha de 42 horas.
Y como Chopard está comprometida con un Viaje hacia el Lujo Sostenible, el oro utilizado para elaborar este reloj es de origen ético, como es el caso de todas las creaciones de relojería y joyería en oro de la Manufactura.
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