Marruecos ha estado en la imaginación creativa de los diseñadores, porque evoca imágenes de exotismo y un universo misterioso por explorar. Desde la tendencia orientalista con la que abrió el siglo XX, hasta la fascinación estética de Yves Saint Laurent con Marrakech, ese universo no ha dejado de inquietarlos.
Pues bien, Casa Blanca, es la visión orientalista de Andrés Pajón, una colección presentada en Colombiamoda 2023, donde los diseñadores Andrés Pajón y Felipe Cartagena exploran sus fantasías frente a la mítica Casa Blanca, la ciudad más prominente de Marruecos, cuyo nombre quedó inmortalizado en el título del legendario clásico del cine, de 1942, protagonizado por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
Andrés Pajón Colombiamoda 2023
Sin embargo, la Casa Blanca de Pajón & Cartagena, no es la del cine, sino más bien su propia interpretación de una serie de códigos vestimentarios relacionados con Oriente, como los velos, las túnicas, la joyería, los colores luminosos y las texturas lustrosas; todo esto resuelto con la experticia técnica que los define y los mantiene relevantes tras diez años continuos de presentarse en Colombiamoda.
Es una experticia manifestada en el manejo de drapeados estructurados y sueltos, en una especie muy particular de sastrería blanda aplicada a chaquetas, vestidos-chaquetas y pantalones. También en el trabajo de plumería que suele estar presente en cada una de sus colecciones, sumado al diseño textil que empezaron a explorar en sus primeras colaboraciones con distintos creadores y artesanos de la moda.
Cuando el dúo hizo su segunda aparición en Colombiamoda (en 201X), sus lazos colaborativos con otras marcas y oficios de la moda local ya afloraban, al colaborar, por ejemplo, con La Libertad (joyería) o Natalia Melguizo (marroquinería). A hoy, ese espíritu colaborativo se mantiene, al trabajar en esta colección con Barbara Wiesner Peroni para las gráficas de inspiración arábiga; con Álvaro Ávila en la bisutería y con Patricia Mejía en el calzado.
Las fronteras parecen expandirse al incluir textiles de una fina cualidad artesanal y otros accesorios —como los coquetos “bolsos” de metal— provenientes de India y Marruecos respectivamente. Pero una pieza, llamó poderosamente nuestra atención: un “little dress” realizado completamente en canutillos azules y sostenido por una estructura interna de hilo de nailon de alta densidad, es de esas piezas cuya belleza no se limita a la lustrosidad de su superficie, sino que también se expande a la sonoridad que genera el choque de los canutillos con cada paso y cadencia de la usuaria.
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