Luego de casi dos meses de ausencia regreso a este espacio Radical, que por más de un año me ha permitido compartir con ustedes reflexiones y hechos relevantes en el mundo del diseño masculino. He estado algo alejado debido a largas jornada de trabajo y estudio desde Londres, ciudad en la que me encuentro radicado desde hace algunas semanas.
Esta semana recordé un articulo que leí hace un par de meses en The Daily Telegraph titulado “Why London Deserves to be the Fashion Capital of the World”, pues en uno de los libros que estoy leyendo para la disertación de mi Maestría, encontré con un término que tiene similitud con el auge actual de la cultura Británica.
Anglomanía es un término que nace en París a mitades del siglo XVIII, hace referencia a los aristócratas y comerciantes franceses que comenzaron a copiar la actitud, el vocabulario y el vestuario de los aristócratas Ingleses, este boom por las costumbres Inglesas hace más de 200 años, se atribuye en parte a las Cartas desde Londres de César de Saussure, un Joven protestante Suizo que entre 1725 y 1730, escribió varias cartas a su familia durante su estadía en Inglaterra. Saussare quedo impresionado por la forma como vestía los hombre “dress simply, they wear a small coat that they call a Frock” pues la elegancia en París radicaba en la ornamentación y el adorno excesivo de los textiles, mientras que en Londres la elegancia radicaba en el corte de las prendas y la sobriedad.
Vale la pena mencionar este artículo, pues aunque soy fanático número uno de New York, pienso que los argumentos expuestos son muy válidos, más allá de una disputa por la popularidad entre ciudades, es interesante ver como la manufactura esta regresando a las grandes capitales y como los nuevos diseñadores jugamos un papel fundamental en este regreso. La anglomanía del siglo XXI no es solo el resultado del matrimonio entre el Duque y la Duquesa de Cambridge ni la muerte de Lee Alexander McQueen; es el resultado de una década de esfuerzo entres instituciones de educación que forman profesionales en diseño con énfasis en investigación e innovación y una industria que apoya y cree en el “relevo generacional”.
Una pequeña reflexión, tal vez si aplicamos este modelo de apoyo a la nuevas generaciones a través de alianzas entre los educadores y los empresarios, a futuro vas a generar innovación y productos más competitivos.
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