NOMINADOS OSCARS 2018 A MEJOR VESTUARIO: la retrospección como inspiración

E

n la nueva entrega de los premios Oscar, la categoría de Diseño de vestuario cuenta con una particularidad. Si bien, los miembros de la Academia por años le han declarado un amor fiel y eterno a las películas de época, las 5 películas nominadas en 2018, caben perfectamente en esta descripción, en distintas estéticas y narrativas.

Épocas históricas como el mandato de la reina Victoria en el siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, se contrastan con historias fantásticas, cuentos de hadas y odas a la historia de la moda. Se trata de un año en donde el cine se inspiró sustancialmente en el pasado, para hablar de un presente tan difícil como fantástico.

En Fashion Radicals, analizamos cada uno de los filmes nominados, profundizando en los grandes creadores, que hacen del vestuario un personaje protagónico en cada fotograma.

 

 

 

Phantom Thread – Mark Bridges

La película que representa el retiro de Daniel Day-Lewis del cine y un nuevo logro del director Paul Thomas Anderson, se ha convertido en una de las favoritas de la temporada para ganar este premio.

 

La historia de amor entre el renombrado diseñador de vestuario Reynolds Woodcock y Alma, su musa, en la ciudad de Londres y toda una explosión de nuevas siluetas y estéticas en los años 50, ya es de por sí todo un documento histórico para la moda.

 

 

 

Tomando como inspiración a Charles James, aquel conocido couturier que inspiró el trabajo de modistos como Dior o Balenciaga, Mark Bridges, diseñador de películas como The Artist (2011), Magnolia (1999) o Boogie Nights (1997), empezó toda una aventura entre revistas Vogue británicas de la época y en los archivos del Museo Victoria & Alberto.

De esta manera, tuvo acceso a vestidos legítimos de artistas como Balmain, Worth, Victor Stiebel y Norman Hartnell, para así crear el estilo personal del protagonista de un relato, que como si se tratara de un documental, de sumerge en el mundo íntimo de las casas de moda y del proceso creativo de sus líderes.

 

 

The Shape of Water – Luis Sequeira Con Guillermo del Toro,

Luis Sequeira había trabajado antes en la serie de televisión The Strain, logrando conocer así el estilo propio del autor. El relato fantástico de Elisa y una criatura acuática ha sido tal vez el más polarizado en cuanto a críticas, en cuanto a su argumento.

Con su vestuario, sin embargo, el diseñador logra mezclar la moda propia de la época de la Guerra fría con la imaginería, casi mitológica, propia de la filmografía de del Toro.

 

 

El proceso del diseñador empezó en la recolección de telas características de las décadas de los 50 y 60, para después crear una paleta armónica, que se mimetizara en la producción del filme; en tonos pálidos y desaturados, que casi se encuentran con el blanco y negro, Sequeira crea un mundo de fábula, donde los trajes sartoriales y militares, se contrastan con la delicadeza de los trajes femeninos, en especial de su protagonista, una ávida fanática del viejo cine de Hollywood, que interpreta su vestuario como una fantasía propia y cuyos tonos de vestuario van cambiando de marrones a vinotinto, en contraste por supuesto, de sus ya famosos zapatos rojos.

 

 

Victoria & Abdul – Consolata Boyle

La era victoriana, ese período histórico ubicado en el siglo XIX en Inglaterra, que significó cambios radicales en cuanto a política y cultura, no solo en este país sino en el mundo entero. Su imagen principal, la reina Victoria I, es la protagonista de esta película, basada en un libro homónimo, dirigida por Stephen Frears, que nara la relación de amistad de este histórico personaje con uno de sus sirvientes indios, durante una época de oro del Imperio Británico.

Su diseñadora, Consolata Boyle, no es extraña a la creación de trajes de época y más aún, de la historia inglesa: junto al director de Victoria & Abdul, ha trabajado en filmes como The Queen (2006) y The Iron Lady (2011), experiencia que se traduce a la perfección, en la interpretación de los últimos años de la reina y sus intrincados vestidos, en contraste con la riqueza en color de los trajes típicos de la India.

 

 

Un encuentro de culturas, donde la ropa habla por sí sola y que Boyle adapta con destreza a la actualidad, en un pensamiento continuo en su trabajo: en cuestiones de moda, la historia siempre se está repitiendo.

 

Beauty and the Beast – Jacqueline Durran

Las adaptaciones de acción real de los clásicos cuentos de hadas de Disney, han mantenido, a través de los últimos años, siempre un lugar entre los nominados en la categoría de Diseño de vestuario en los premios Oscar.  Bajo la particular visión de Jacqueline Durran, Beauty and the Beast no es la excepción; tomando como punto de partida, distintos tipos de textiles franceses del siglo XVIII y por supuesto, la moda propia de esta época.

 

 

Aunque, en la versión animada, no se profundiza en la base histórica de la historia de Bella y el príncipe convertido en bestia, la diseñadora contó con ciertas libertades, que se basaran en estéticas, tendencias y siluetas más acordes al siglo y lugar, donde el relato toma forma.

Nuevas libertades que venían con una responsabilidad: crear nuevos trajes con aires de actualidad, sin alienar al público en el proceso.

 

 

El traje amarillo en la escena del baile, una imagen importante de la cultura pop, se convierte en el principal ejemplo: aunque se conservó el color y la silueta, se reconstruyó el vestido, liberándolo de su clásico corsé, en la intención de darle la bienvenida al mundo de las princesas a nuevos tiempos.

 

 

Darkest Hour – Jacqueline Durran

Consiguiendo dos nominaciones en la misma categoría, Jacqueline Durran también recrea la Inglaterra de Winston Churchill, en plena Segunda Guerra Mundial, en Darkest Hour, película dirigida por Joe Wright.

Al igual que en Beauty and the Beast, Durran se enfrente a un mismo reto: interpretar el vestuario de personajes bien conocidos por el público, sin caer en la recreación fiel y exacta. La representación se integró entonces perfectamente al período en el que ocurre el filme: un mes definitivo en la historia de Inglaterra y el mundo, en el que las decisiones del Primer Ministro cambiaron el curso de la historia y lo situaron en la misma, como una de las figuras más importantes del siglo XX.

 

 

Trajes propios de los años 40, la idiosincrasia inglesa en todos sus matices y el gélido momento político, fueron los ejes fundamentales en el proceso de creación de la diseñadora, una experta en recrear y reinventar pasajes de la historia y la literatura; así lo demuestra sus brillantes trabajos en producciones como Pride & Prejudice (2005) o Atonement (2007).