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ntre hilos, retazos, tijeras y lápices, estas mujeres llevan durante años, dándole nuevas páginas a la historia del diseño colombiano. Madres Radicals e hijas Radicals que tienen un amor en común llamado moda y que han construido relatos infinitos, donde sus familias son el motor principal para cada peripecia que se emprende, cada nueva empresa que se gesta, cada colección que se sueña, cada vestido que se vuelve una realidad.
Retratos de Cámara Lucida en Ixelmoda 2017
Este es un homenaje a la entidad femenina, al poder de ser madre, a la fuerza del amor filial que hace parte íntegra de la historia de cada una de estas tenaces mujeres son son las Madres Radicals 2017: Mónica Holguín hija de Pepa Pombo y madre de Benjamín, Francesca Miranda madres de Daniela, Danielle Lafaurie, hija de Olga Piedrahita y María Luisa Ortiz madre de Cecilia, conforman el especial de Fashion Radicals en el mes de las madres, Madres Radicals 2017, en el que celebramos a las madres, a las hijas que están detrás de muchos cuentos cosidos en tela, en la moda como un lenguaje a todas las abraza.
Mónica Holguín, la heredera de Pepa
Cuando Mónica Holguín tomó las riendas de Pepa Pombo, un sueño creado por su mamá y que se constituye ahora como todo un legado histórico en la moda colombiana, le pareció natural su nuevo cargo como sucesora de una marca, de una casa en la que vivió desde su nacimiento. Escenas en el taller de su madre en México, hacen parte de las memorias familiares que se fueron construyéndose en la intimidad de ella, Mónica y su tutora de vida.
Los caminos de Pepa Pombo y su hija siempre se mantuvieron entrelazados, unidos en la pasión por las artes plásticas, la moda y el diseño textil, en un juego generacional donde las bases y las técnicas las ha construido la mamá, con la reinvención y la apertura de nuevos caminos al liderazgo de Mónica. Este quizás sea el secreto detrás de una marca a la que el tiempo no azota y que se mantiene, desde sus cimientos, como una empresa familiar que con los años se fortalece.
Mónica Holguín ahora es mamá de Benjamín, su pequeño, su tesoro personal también está creciendo en el mundo en el que su abuela, tiempo atrás, decidiera crear aquel universo llamado Pepa Pombo. Desde éste lo ve crecer día a día, en sus primeras pasos y carreras, aprendiendo de la paciencia, como una virtud heredada de su madre y la sensibilidad, como su fuerza primaria y naturaleza. Mónica es una de nuestras Madres Radicals 2017,
Danielle Lafaurie, soñando con Olga Piedrahita
Dicen que su taller, Olga Piedrahita y Daniel Lafaurie tienen el talento de una terminar la frase de la otra, o de juntas empezar a crear de la nada, entre expresiones e ideas sueltas, para hilar un gran proyecto. Desde hace casi 10 años, madre e hija trabajan juntos en lo que podría llamarse un laboratorio de diseño, pues se trata del taller de Piedrahita, una diseñadora que por años ha encarnada y definido la vanguardia del diseño colombiano, buscando siempre en la innovación, la experimentación y el descubrimiento de nuevos talentos, nuevas formas en la moda, para sentir y hablar de Colombia.
Ahí, en la unión multidisciplinaria de técnicas y estéticas, se encuentran ellas, dos mujeres curiosas, ávidas para aprender y desaprender, con ganas de explorar el mundo y todas sus esquinas. Lafaurie, creció en ese mundo donde la curiosidad es un derecho y un deber, experimentando con retazos desde su niñez, la moda le apasiona tanto como a su madre, al igual que trascenderla creando nuevas atmósferas, con el fin último de inspirar y hacer soñar.
Ambas, Olga y Danielle, de siluetas menudas y suaves ademanes, fruto tal vez de su experiencia como bailarinas de ballet clásico, se complementan en una empresa que más allá de la moda, busca contar historias, desde las prendas que la madre diseña, hasta los proyectos culturales y la constante búsqueda de jóvenes talentos que la hija lidera, ambas en un universo común, un mundo compartido que se atesora no solo como madre e hijo, también como creativas e incansables soñadoras.
Maria Luisa Ortiz y sus dos Cecilias
Cecilia es curiosa por naturaleza, habla libremente sobre música lejana a su edad, corre, camina y pregunta todo lo que no entiende. Su mamá, Maria Luisa Ortiz, comparte esta naturaleza; así lo ha demostrado en sus prendas, colección tras colección, en una historia familiar donde la moda es pasión y esencia. Hija de Maria Cecilia Mejía, pionera en el arte de diseñar ropa en el país, resulta más que natural que eligiera este camino para su vida, una ardua carrera de ensayos, de errores, de triunfos, amarguras y amores.
Su hija, en simples palabras, la llena de amor y desde su nacimiento, se ha convertido en un motor constante en su trabajo como diseñadora, de ahí que una de sus líneas de producto, hubiera contenido el nombre Cecibelle, en una dedicatoria a su pequeña. Ser madre hace parte de su lista de sueños cumplidos, equiparable a sus muchos logros profesionales, que la han llevado desde sus inicios a trabajar con nombres grandes como Christian Lacroix o hacer parte de la exigente lista de los diez mejores diseñadores de Colombia.
Maria Luisa, es una mujer vivaz y espontánea, entiende el diseño desde sus vivencias y experiencias propias, hablando de la feminidad en distintas etapas y en el que la maternidad, por supuesto, le ha regalado nuevas sensibilidades. Un mundo soñado, donde ser mamá es toda una vocación.
Francesca Miranda, la hija de la costa
Para comunicarse con Francesca Miranda, primero se debe llamar a su hija Daniella Jassir. Esta asegura que su mamá pocas veces mantiene un celular a la mano y en su rol de mano derecha y directora de mercadeo de la marca homónima de la diseñadora; una estrecha unión que las ha convertido en socias, confidentes y compañeras de vida, encontrando en la moda un lenguaje y una pasión en común.
Nacida en El Salvador, llegó al país con un sueño claro: el de diseñar, después de haber estudiado mercadeo y haber decidido fraguar un camino en la moda. El deseo se cumplió y lo mantiene, desde Barranquilla, como hija adoptiva de la costa atlántica colombiana, región que representa con destreza a través de sus diseños. Un interés compartido con su hija Daniela a quien ha inspirado para crear su propia marca y que destaca de su madre, el valor de la perseverancia.
“¿Han visto un hombre más guapo y elegante que mi padre? ¿Una bailarina más encantadora que mi madre?”, escribe Francesca Miranda para mostrar dos fotos de su colección personal, en las que se ve un hombre de sombrero y pañoleta clara anudada al cuello, seguida una mujer portando una rosa grande en el pelo y un abanico de encaje tapándole la boca. Su familia es fuente constante de inspiración, en especial su hija, a quien confía ciegamente su marca, una empresa construida con tesón y entrega, cuidándola con la abnegación propia de quien es madre.
Estas son nuestras Madres Radicals 2017 y las hijas radicals 2017 a quienes homenajeamos desde el poder de lo femenino.
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