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ntrevista al creador de la marca Te Hatsu Julian Oquendo antes de ser vendida a Postobon S.AUna caja blanca de impecable calidad llegó a mi casa una mañana, dentro contenía unas botellas de colores: verde, blanco y negro que en la etiqueta decían Hatsu, con solo verlas me provocó abrir una de ellas y sentir los sabores que prometía cada tono; luego comencé a ver las botellas en todos los eventos de moda, arte y gastronomía de la ciudad de Bogotá y Medellín, para luego encontrármelas en las góndolas de los supermercados. Recuerdo que mi contacto con la marca fue un hombre llamado Daniel, que se encargaba de manejar las demostraciones y alianzas de eventos, y de hecho me acompañó con botellas de colores lila y rosa en el lanzamiento de un libro de estilo de vida de la marca Styloide.
Descubre por qué Té Hatsu es una de las bebidas más aspiracionales del momento.
Julian Oquendo y Alejandro Pardo son los creadores de Té Hatsu, Oquendo como gerente general y Pardo como gerente comercial, con más de 70 empleados, la empresa es el sueño hecho realidad de dos emprendedores que vieron en la categoría de producto un potencial enorme: ser la primera marca colombiana de reconocimiento universal.
Julian Oquendo empieza la historia contando que hubo dos sucesos que determinaron lo qué es él actualmente, el primero la muerte de su padre cuando tenía 12 años, y 3 años después un fracaso empresarial el cual lo sometió a una situación económica difícil donde su madre solo podía darle comida y educación a sus cuatro hijos y todo lo demás debían conseguirlo por sus propios medios, es así como Julian a los 15 años empieza a vender naranjas por docenas en el Twingo de su madre: “mi primer negocio fue vender unas naranjas que me traía un amigo del suroeste de la finca La Blanquita, yo las reempacaba por docenas y las repartía todos los viernes después del colegio. Llegué a vender una tonelada semanal, la verdad era que me iba muy bien“. relata Julian.
Pero en medio de esta historia, Julian hace una pausa y me dice: “Aquí es donde uno se pregunta ¿Los emprendedores se hacen o nacen? Yo creo que nacen, tenemos algo que nos hace más tolerantes a los riesgos, al estrés, tenemos un olfato especial para las oportunidades de negocios, pero también hay muchos aspectos de formación, no lo voy a negar, pero en realidad hay algo ahí que nace con uno”.
El segundo suceso que determinó la vida de Oquendo fue haber sido jugador de fútbol profesional para el Deportivo Medellín, cuando estaba en noveno grado lo seleccionaron para ser parte del equipo, y con mucha disciplina fue jugador de la selección Antioquia y preselección Colombia, aunque cuenta que no fue nada fácil, pues hubo mucha presión y algo de matoneo por parte de sus compañeros, “pero poco a poco me fui ganando el respeto de todos. Todos los días me esforzaba y entrenaba mucho para ser el mejor, fue una experiencia muy bacana que ahora aplico en Té Hatsu“. Concluye.
Después de lesionarse los hombros a los 19 años se retira del fútbol y empieza a trabajar en la empresa familiar de funerarias, pero estando allí llegó su amigo Alejandro Pardo, quien le cuenta que en Estados Unidos hay una marca de Té llamada Arizona y que entre los dos deberían tener la distribución para Colombia.
Ante dicha propuesta Julian le propone a Alejandro que creen una intención para que lleguen personas que les ayuden a fortalecer la idea, y es que Julian cree en las intenciones que se lanzan al universo para que conspire a tu favor. Fue así, como llegaron a la vida de estos dos emprendedores Guillermo Barrientos, el dueño de la empresa de bebidas La Parcela y otro señor que había trabajado en Coca-Cola para materializar un plan de negocios que les permitiera ser los distribuidor de Arizona en Colombia.
“Armanos todo, nos demoramos un mes creando el Business Plan y nos atendió, en Nueva York, el dueño de Arizona y su vicepresidente comercial, y nos dijeron que sí, pero todo lo teníamos que pagar por anticipado: el posicionamiento, el mercadeo, la distribución y todo lo demás. Salimos de allí felices, pero cuando llegamos a Colombia nos pusimos a reflexionar y le dije a Alejandro: no tiene sentido ponernos a hacer todo esto para otra marca, hagámoslo para una propia, y para mí ese es el punto cero de Hatsu, enero 2009“.
Subidos en la ola de la tendencia saludable, la categoría de té creciendo en el mercado en un 40% y con productos existentes con solo dos sabores, Té Hatsu vio una gran oportunidad de diferenciación y valor: una bebida con sabores diferentes al limón y al durazno, con un estilo y diseño sofisticado.
Con un presupuesto de $600 millones de pesos, Julian y Alejandro comenzaron a buscar ese dinero entre sus conocidos: “vendimos el 30% a unos amigos, de a un 1% o 0.5% y les decíamos: lo que usted vaya a meter nosotros lo vamos a meter, pero necesitamos que usted nos de un año para poner esa plata, es decir, usted la pone ahora y nosotros la ponemos en un año. Entre 2010-2015 todo el tiempo crecimos mucho, doblamos y triplicamos la empresa, y de hecho le compramos a todos esos inversionistas su parte. El producto fue bien acogido por el cliente, además, somos muy consistentes con la marca, no nos dejamos desviar. El producto lo consume cualquier persona, pero la marca siempre va enfocada a un nicho“. Y así fue como Té Hatsu empezó a crear lo que Julian llama el Cuerpo y el Alma de Té Hatsu, los cuales están en perfecta sincronía y equilibrio.
El cuerpo son todas aquellas cosas generales y particulares de cualquier plan de negocios: consumidor, producto, nombre, que por cierto Hatsu significa “Principio” en japonés, idea que salió del mismo Julian al comprar un diccionario de japonés a español y de preguntarle a una amiga de ascendencia japonesa, la modelo Akemi Nakamura, sobre el verdadero significado de dicha palabra; Además, el cuerpo tiene la estrategia de venta, mercadeo, comunicación, precios, logística, almacenamiento, etc.
Y el alma es aquello que la gente percibe de Té Hatsu, pero que nunca se dice explícitamente, eso traducido en palabras coloquiales: el no sé qué, no sé dónde o el encanto que tiene un producto, su esencia. “Son simplemente cosas que se perciben, es el estilo, el ser. Es lo que la gente percibe de nuestro producto, pero que nunca lo decimos literalmente, ni en la etiqueta ni en la botella”.
En perfecta sincronía el cuerpo y el alma de Hatsu le apuntan al estatus, al bienestar y a ser una marca universal: “desde que creamos esa intención se ha venido tejiendo un engranaje para que eso pase, ya vendemos en 9 países: Australia, Emiratos Árabes, Centro y Sur América“.
Adicionalmente cada empleado de Hatsu debe estar en la búsqueda del equilibrio de su cuerpo y alma, “nosotros creemos que si estás equilibrado en todo, eres coherente entre lo que sientes, piensas y haces, lo que significa que si estás sincronizado con la vida, te empiezan a pasar cosas que la gente llama suerte y/o milagros. Esto es lo que esta botella no dice: Té Hatsu vive en una búsqueda de estar en sincronía con la vida, vivir el momento presente en conciencia. Uno es el creador de su propia vida y acá todos estamos mentalizados en eso y es lo que yo creo que nos hace fuerte y nos hace crecer cada vez más”. Julian Oquendo, Gerente de Marca.
Sabores Hatsu
El proceso de innovación de cada uno de los té no es muy democrático, literalmente es Julian, a quien le gusta viajar y observar mucho, quien de repente sale con una idea de sabor. El blanco, por ejemplo, salió del mangostino, de un envase blanco y de la idea de pocas calorías. “No tengo metodología, el té de rosas, por ejemplo, un día estaba con una amiga y empezó a hablar de las rosas y sus cualidades y pensé: vamos a sacar algo rosado, y le dije al desarrollado que hiciéramos algo con rosas y una fruta exótica, qué tal lychee y él me contestó: Listo“.
Colores Hatsu
El color de la etiqueta tiene siempre una relación con el sabor de té, por ejemplo la botella amarilla es porque es té amarillo con carambolo, y al exhibirlos siempre se busca una armonía de color.
Comunicación Hatsu
La única estrategia de comunicación de marca es a través de redes sociales y activación de marca en eventos y restaurantes. Se invierte mucho dinero en esta estrategia: “empezamos en facebook, donde poníamos la experiencia de la marca en eventos y alianzas, luego nos pasamos a Instagram y ahí mostramos el estilo de vida Hatsu que lo denomino eco-chic, pero ustedes saben más de eso que yo, es el estilo del bienestar, del reconocer lo bueno, lo saludable y estéticamente agradable, es una persona que conoce de arte, de moda, reconoce lo cool, lo novedoso, lo aspiracional, pero no es pretencioso“.
rolo batres
febrero 1, 2018claro ya los probe, soy de Guatemala, me gustaron muchisimo ya probe 5 sabores y cuando voy al super siempre miro si hay un sabor nuevo, gracias