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enerosas en tamaño, producen interacción, asesoría y servicio. Son entretenidas, auténticas y sobre todo propician experiencias memorables. Así son estas tiendas. El término flagship fue tomado del argot naval que denomina al buque que comanda una escuadra. En mercadeo, es la tienda líder de una marca.Un letrero que dice “By Appointment” les impide a los compradores entrar en la tienda insignia del diseñador Bijan Pakzad en Rodeo Drive. Solo dos personas por día pueden visitar el punto de venta, máxima expresión de su filosofía: “excelencia, exclusividad y lujo”. Es una réplica de una mansión con majestuosas salas, pisos de mármol, lámparas de cristal, obras de Fernando Botero, flores y portarretratos con fotos de los personajes más importantes del mundo que Bijan vistió (Ronald Reagan, Barack Obama, Michael Jordan, George Bush y Bo Derek), abrigos puestos en los muebles y pasamanos como si el dueño se los acabara de quitar, y la última colección de la Casa Bijan guardada de forma impecable en el clóset de la alcoba principal. Dicen que es la tienda más cara del mundo, aunque en realidad no vende nada, solo exhibe productos y permite vivir un estilo que supera los más altos estándares de moda para hombres que esperan y pagan por tener lo mejor.
La Mansión Bijan es uno de los mejores ejemplos de las tiendas insignia o flagship porque cumple con características como haber sido construida de principio a fin para la marca: gran tamaño, ubicación estratégica, arquitectura especial, personal calificado, productos y espacios para interactuar con la marca, un portafolio amplio y en ocasiones exclusivo, ser un centro de eventos VIP y una oferta de medición, asesoramiento y conocimiento del cliente (de su cuerpo, gustos, tendencias) y un concepto directo con el ADN de la marca. UNIQLO, la tienda más grande de la 5a Avenida de Nueva York, también es un buen referente de Con sus 8.200 m2 flagship, sobre todo porque integra el espíritu vanguardista de la marca con el MoMA de Nueva York, en una tienda museo en la que el arte y la ropa se expresan con exhibiciones cromáticas e impactantes, ediciones limitadas de prendas diseñadas por artistas contemporáneos, ropa enmarcada en cuadros, eventos de arte y una oferta que garantiza el pago de cualquier producto en un minuto, entre otros.
En Colombia, uno de los pioneros en tiendas insignias fue Totto, que abrió en 2011 un punto de venta de 1.160 m2 distribuidos en cuatro pisos para el viajero urbano con una amplia vitrina que funciona como valla, espacios para apropiarse de ellos como un muro de escalada, una terraza descubierta, un slackline o cuerda para hacer equilibrio, un jardín vertical, atención hasta las 10.00 p. m. en semana y una exhibición para explorar y probar un portafolio exclusivo de productos que no se venden en otras tiendas. Además, un equipo de diseño y producción que se encarga de ensamblar, bordar y armar las piezas en una hora para entregar un morral personalizado.
Onda de Mar también lo ha hecho muy bien con su flagship en El Tesoro que logra hacerles olvidar a las clientas que están en un centro comercial cuando se animan a caminar en vestido de baño por una casa de playa, construida de cero y convertida en una tienda que tiene tres veces el espacio de las otras, techos altos, lugares para sentarse, pisos frescos, una puerta grande que se ha convertido en un ícono y genera memoria y reconocimiento porque no se parece a ninguna otra tienda, pero sí es idéntica a los lugares que tienen sus consumidoras o con los que sueñan.
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