E
l mundo de la moda colombiana es de dañinos extremos: hace unos años ver en pasarela vestidos de gala era el común denominador, hoy solo vemos universos casuales e informales. Llevamos años peleando con el universo formal, de hecho tenemos una sociedad que le da grima vestirse de coctel y un público experto que al ver gala y/o celebración en pasarela se llena de críticas.
Fotos Cámara Lúcida
Sin embargo es necesario equilibrar la balanza y poder ver desde el universo casual que cada día se llena más de sofisticación gracias a siluetas, textiles, trabajo manual y estampación hasta el formal que tiene su origen en las líneas clásicas; en el caso de la colección de la diseñadora Francesca Miranda hay que destacar los textiles y la puesta en escena.
La propuesta de gala y celebración inspirada en las novias diseñó siluetas tradicionales como los vestidos columna, trapecio y sirena recreados en textiles exuberantes con bordados, recamados en perlas, estampados florales y exquisitos encajes y tules. La paleta de color empezó con tonos vibrantes como rojo y amarillo para dar paso a la dicotomía del blanco y negro, gris y por último el impoluto blanco. Siguiendo las tendencias universales como la yuxtaposición de grafías, texturas y acabados textiles, Francesca Miranda mezcló lunares, mallas y flores, así como texturas metalizadas con otras más tridimensionales.
La puesta en escena, por su parte, fue con una pasarela ultra delgada que pasaba por entre las columnas diagonales de los pasillos del coliseo deportivo, así como un jardín de papel blanco que sirvió de backing y de decoración general.
Ahora bien, si de hacer critica constructiva se trata hay que decir que el universo formal necesita más que telas para renovarse.
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