“De Colombiador a Colombianista”. Tendencias de consumo de moda 2015

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omo economista, presidente de RADDAR y padre de familia, Camilo Herrera tiene claro que su trabajo es asegurar un mejor futuro para sus hijos, Valentina y Enrique. Un objetivo que puede parecer muy personal pero que se extiende a las realidades de personas, marcas y empresas en el mercado mundial: el fin común de forjar, desde nuestros campos de acción, días venideros más positivos. Desde su trabajo, liderando una organización que genera “conocimiento sobre el comportamiento y la tendencia de compra y consumo de las personas y hogares”, el análisis es fundamental para conocer, prever y aprovechar las oportunidades que el mercado va ofreciendo día a día y temporada a temporada.

Como una montaña rusa, el año 2014 se presenta, en cifras y diagramas, con altas, bajas, picos y precipitaciones que cada mes creó un interesante panorama del mercado colombiano. La realidad nacional va dictando el camino y el comportamiento de los compradores, con momentos de euforia como el buen desempeño del equipo colombiano de fútbol en un Mundial o la elección de una colombiana como ganadora de un certamen como Miss Universo, otros más neutrales y/o de tensión como las elecciones presidenciales y en general, hechos de coyuntura, que determinan el sentir de una sociedad y por consiguiente, sus elecciones de compra.

Esta realidad no es ajena al sector del vestuario; la globalización y la llegada de múltiples marcas al país ha permitido que las personas tengan más ropa en su armario, gracias a los precios bajos y la continua oferta cambiante. Si bien, este es un buen dato para una globalización creciente, también representa una afección para dicho sector. En 2014, el entretenimiento obtuvo mejores resultados en cuanto a compra que el vestuario, el cual estuvo incluso por debajo de la media estándar. ¿Qué está pasando entonces? Una clara respuesta es que el comprador se ha vuelto más racional, en un “mercado que está cambiando a velocidades gigantescas”.

Sin embargo, para Camilo Herrera, es cuestión de ver las oportunidades y conocer la diferencia entre lo que significa una crisis y un cambio en el entorno, afirmando que todo se está dando para que 2015 sea “el mejor año de la industria de vestuario en Colombia”. Teniendo esta reflexión en cuenta, presentamos las tendencias de comportamiento de compra más importantes para el mercado nacional.

11 Tendencias para repensar la relación entre la industria del vestuario con las personas

Fin de la vergüenza 

Atrás van quedando los complejos, las cargas culturales y los conflictos personales a la hora de comprar. El consumidor está asumiendo una actitud más personal y menos grupal, por medio de la cual la adquisición de bienes va de la mano con los estilos de vida particulares y no de la presión social.

Cambio de canales de compra

De la tienda de la esquina al supermercado, del centro comercial a las compras en línea; los paradigmas cambian y las marcas necesitan estar a la par con estas transformaciones, pues los consumidores racionales buscan de manera continua el equilibrio entre compras y comodidad.

Más por lo mismo

Que mueran los descuentos y nazcan las promociones. Para mantener el valor de una prenda en cuanto a calidad y precio, las rebajas no son beneficiosas para el futuro inmediato y no tan cercano. ¿Por qué no ofrecer valores agregados por bienes que mantengan su precio aproximado?

Más Pretail

Cada más crece esta tendencia en el país, gracias a consumidores que les gusta conocer y seguir un producto desde su fase conceptual, demandando ser partícipes de su creación en lo que se considera un “cerebro global”, por medio de ideas, plataformas de crowdfunding y experiencia de primera mano.

Mercado del usado

Si bien las tiendas vintage llevan décadas existiendo en el mercado, esta tendencia va más allá: se presenta en el alquiler de prendas exclusivas y piezas de lujo, en un concepto de renta que le asegura al consumidor que tendrá acceso a bienes únicos en su entorno, por un corto período de tiempo. En Colombia, se estima que existen 27 boutiques que trabajan bajo esta modalidad de mercado.

Menos sachets

El consumidor racional busca productos especializados. Un ejemplo claro es la transición de preferir productos de la canasta básica familiar que se adquieran en frascos y no en sachets, en envasados y no al granel. En vestuario, se aplica esta misma tendencia que deja atrás el consumo rápido, buscando productos que tengan el tamaño correcto, en el material correcto, en la temporada correcta.

Más domicilios

La comodidad es clave para el comprador racional. El domicilio es un verdadero reto para las empresas de vestuario y una gran oportunidad, ya que permite la creación de relaciones más estrechas con su público objetivo.

Consumo educado

Con una gran oferta que alberga el mercado físico y virtual, los consumidores colombianos se han ido educando, consiguiendo voz y voto en cuanto a lo que quiere comprar. El análisis de calidad, su relación directa con el precio, las reflexiones culturales y morales, hacen parte de una educación completa, donde no se consume por consumir.

Colombianización

Marcas gigantes del retail han llegado al país en los últimos años. Aunque su impacto ha sido fuerte en el panorama económico, las marcas locales y nacionales están ofreciendo nuevos conceptos de valor; el producto nacional se está consolidando en marcas que manejan discursos inteligentes en cuanto a calidad y amor por lo propio. El reto de esta creciente tendencia está en su globalización.

Consumo premium

La industria premium se está masificando. Un comprador educado y racional quiere niveles altos de calidad y sofisticación en sus productos, siendo concientes del precio que están pagando, generando así una cultura en la cual los textiles de alta calidad son los más deseados y los valores agregados del producto son claves para su éxito comercial.

La llegada del lujo al país

Siguiendo la línea del consumo premium, el mercado del lujo es una tendencia que crece fuertemente en Colombia, ofreciendo así no solo productos, sino experiencias que ofrezcan tres variables importantes: exclusividad, deleite y satisfacción.