Campaña Otoño/Invierno Tom Ford Beauty
En las colecciones de maquillaje es cada vez más notoria la tendencia de inspirarse en la moda, en la iconografía pop o en las celebridades, pero sin duda de todos los personajes que permean la cosmética, son los diseñadores de moda los que con sus colaboraciones o creaciones en la industria están cambiando la forma cómo se construye un producto.
Uno de los casos más notorios es el de Albert Elbaz quien se tomó una de las plazas más concurridas en la semana de la moda de Paris para lanzar su edición limitada de maquillaje bajo el sello Lancôme causando un revuelo mediático impresionante.
Y es que esta tentación de estampar su sello o su nombre en un producto cosmético es bastante atractivo para los diseñadores de moda ya que se convierte en una herramienta para conseguir una efectiva extensión de marca y permitirle a miles de mujeres del mundo que no pueden acceder a sus costosos vestidos una posibilidad de tenerlos.
Colección de Alber Elbaz para Lancôme
El maquillaje actualmente es un símbolo de status y estas colecciones se convierten en objetos del deseo y productos altamente coleccionables e incluso hay una tendencia global a que los coleccionistas del maquillaje se inclinen más a conseguir productos diseñados por o en colaboración con artistas de la moda.
Bien lo dice Karen Grant, analista de NPD Group: “Todo el mundo quiere un pedazo del pastel y hay mucho en juego para las marcas, se generan muchos nuevos conceptos de parte de las marcas con legados históricos en la industria como un Estée Lauder o un Elizabeth Arden pero hoy en día son los diseñadores, los que están conduciendo, a través de sus incursiones en la industria del maquillaje, una verdadera revolución que les permite llevar sus declaraciones de moda al diseño de un empaque o producto cosmético”.
En cuanto al empaque de un producto de maquillaje la característica general es que los diseñadores de moda tienden a pedir un poco más, a empujar los fundamentos de lo tradicional y a elevar el empaque a un nivel que el comprador puede claramente identificar como un producto de diseño.
En la creación de productos de esta categoría surgen casos como el de Marc Jacobs que se ha tomado muy en serio la construcción de una marca de cosmética que traduzca su esencia como diseñador y ha logrado comercializarla en Sephora, en comparación con líneas de lujo como Tom Ford Beauty , Dolce & Gabbana o Dior.
Campaña Otoño/Invierno Dolce & Gabbana
Campaña Otoño/Invierno DIOR
Y aunque no todos los casos son exitosos como lo probaron ya Diane von Furstenberg y Oscar de la Renta hay algo en el maquillaje que llama poderosamente la atención de los diseñadores de moda: el increible potencial del mercado que hace que crear una línea de belleza sea una inversión y una estrategia para incrementar los ingresos. Como lo dijo Xavier Vey, presidente de Lancôme EE.UU en una entrevista: “El verdadero lujo de hoy en día no es lo que siempre se ha hecho y como los diseñadores logran crear sus marcas de maquillaje; es la novedad y creatividad con la que lo están haciendo lo que está cambiando la cara de la industria.”
Actualmente Sally Hansen trabaja en una línea conjunta con la diseñadora Tracy Reese y Prabal Gurung y Rodarte están desarrollando esmaltes de uñas para MAC Cosmetics, por su parte Marchesa ha firmado un acuerdo con Revlon para crear su propia colección y Louboutin lanzó esmaltes a 50 dólares la unidad inspirados en sus famosos “Ballerina Ultima”. En definitiva estamos viviendo el futuro del maquillaje por medio de una fusión de cosmética y moda.
Colección Esmaltes Louboutin (2007)
Colección Alexander McQueen x MAC Cosmetics (2007)
Colección Manish Arora x MAC Cosmetics (2008)
Colección Alice & Olivia x MAC Cosmetics (2010)
Colección Rufian x MAC Cosmetics (2012)
Colección Prabal Gurung x MAC Cosmetics (2014)
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