Fotos cortesía de Sergio Mantilla
Cuando en el país se habla de talentos nuevos en el diseño, hay un número de diseñadores que se vienen a la mente y Laura Laurens es uno de estos nombres que siempre aparece. Esto es consecuencia, sin duda, de sus impresionantes logros durante un corto tiempo de exposición, lo cual le ha justificado su puesto en el mundo del diseño colombiano como una de las marcas con mayor exposición internacional, mostrando sus colecciones en el Paris Fashion Week y en tiendas en New York, Italia, Amsterdam, Paris y Bogotá.
Laura Laurens nos recibió en su taller y boutique: La casa de Greta, donde nos contó sobre cómo se interesó por el diseño textil, nos contó sus experiencias en la semana de la moda de Paris y pudimos descifrar la variedad de aspectos que la inspiran y que la rodean en su día a día. A continuación la entrevista que nos permite entender porqué su marca de moda tiene un discurso tan único que desdibuja los límites entre el arte y la moda:
-¿Cómo empezó Laura Laurens?
Bueno pues todo empieza con algo que me hace singular y es mi formación. Yo no estudié moda, ni diseño sino arte, pero sabía coser desde chiquita y los textiles, los espacios y el cuerpo fueron cosas que siempre me interesaron, así que me lancé al mundo del diseño. Comencé con La Casa de Greta, un experimento personal que como todo mi aprendizaje fue empírico y siempre siguió la prueba y el error, pero no fue sino hasta que participe en la Semana de la Moda de Paris que se individualizó mi marca como Laura Laurens y La Casa de Greta se mantiene únicamente como una plataforma, que actualmente tiene diferentes marcas incluyendo Laura Laurens pero no limitándose a ella.
-¿Cuéntanos sobre cómo fue tu experiencia en La Semana de la Moda de Paris?
Definitivamente es algo impactante que te cambia mucho la perspectiva y sobre todo el ritmo, allá todo funciona diferente, desde algo como el concepto de showroom que es solo para compradores especializados con citas previas hasta el ritmo en el que todo empieza a moverse porque es mucho más acelerado, siempre que un proyecto se termina ya se está atrasado en el siguiente, no hay descansos. Algo que nos ayudó mucho y que cambio completamente nuestro modelo de negocio fue interesarle a una compañía que hoy nos representa y se encargan de difundir nuestra marca en los lugares apropiados.
-¿Entonces cuál fue tu principal reto en ese proceso de internacionalizar la marca?
En definitiva todo lo que involucra exportar la marca es un reto, por que estás compitiendo con los mejores y eso es intimidante. Muchos de ellos tienen la experiencia y sobre todo la infraestructura adecuada para el entorno y nosotros nos estamos encontrando una forma de competir. Nuestros productos tienen un discurso claro que cierta medida incluye el hecho que cada pieza pertenece a una serie limitada: 10 repeticiones, entonces especificamos cuál número de la serie se lleva en la etiqueta y el cliente sabe que se crean un máximo de 10 ejemplares de cada diseño. Pero aún así de una colección de 30 y algo piezas, 10 de cada una ya son 300 y eso es una escala con la que no estábamos acostumbrados a trabajar antes.
-¿Cómo es tu proceso creativo?
Soy una artista y nunca sigo un proceso específico, puedo empezar desde una idea, textura o forma y voy trabajando todo en paralelo, nunca hago algo como definir la tela y luego patronar, sino que voy experimentando y voy integrando todo poco a poco.
-Algo particular de Laura Laurens es su tratamiento textil ¿De donde viene esa importancia por los textiles?
Los textiles para mi son muy importantes, así como puede nacer una colección completa de uno que me llame la atención, también puede nacer de otro lado, los textiles los trabajo hasta que se adapten a la idea. Siempre me interesa mucho la idea de re-significar materiales, de desasociarse con su uso tradicional, un ejemplo son las telas militares y como con procesos textiles pueden adquirir otra connotación.
-¿Qué cosas te inspiran?
Muchas cosas me inspiran, yo soy una persona que no puedo decir que tenga algún hobbie o alguna cosa en particular que me inspire, sino que puede venir de lo que sea o más bien en donde sea que encuentre tensión creativa puede ser en la música, películas, fotografías, o cualquiera que me hagan cuestionar y que sea chocante. Me encantan esos contrastes creativos.
-¿Cuál es tu ciudad favorita?
En un sentido realista y no romántico Bogotá, no por que piense que sea la mejor sino precisamente porque es tan caótica que todo el tiempo encuentro esa tensión creativa, yo choco con la ciudad, los trancones, la impuntualidad, todo me mantiene al límite, me obliga a trabajar y a moverme a un ritmo constantemente acelerado, siempre hay que correr, siempre hay que trabajar. Seguramente no podría trabajar en un sitio tranquilo al lado del mar porque no hay nada que me esté generando la tensión ni el desconcierto creativo, que es lo que necesito.
-¿Cual es tu comida favorita?
Amo la comida y soy vegetariana, así que la respuesta sería toda la comida que no contenga proteína animal.
-¿Qué libro estas leyendo ahora?
Me estoy leyendo un libro que se llama “Comer Animales” de Jonathan Safran Foer y estoy terminando uno que se llama “Las Partículas Elementales de Michel Houellebecq
-¿Una cosa que ames?
No sé, me encantan los animales. De hecho tengo 2 perros Pug y una se llama Greta, ella fue la razón por la que bauticé mi proyecto: La Casa de Greta.
-Finalmente ¿En qué estás trabajando ahora?
Justamente estoy terminando una colección en este momento porque a final de septiembre mostramos otra vez en la Semana de la Moda de Paris. Pero también estoy emocionada por un proyecto que se viene aquí en Bogotá y es una tienda que vamos a abrir por la zona G con Manuela Alvarez y Los chicos de A New Cross.
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