El concepto de ropa interior es algo que siempre se ha reinventado según la época, ha ilustrado los históricos cambios sociales y culturales de las mujeres y expone los avances tecnológicos. Es por este motivo que el Fashion Institute of Technology (FIT) organizó una muestra dedicada a exponer esa intrigante historia en su museo en Nueva York, en una exposición curada por Colleen Hill. En el texto de introducción se cita una frase de Chantal Thomass donde afirma que “Toda la esencia y la actitud de la ropa interior está en la sugestión” y con esta frase marcan el tono de la exhibición que expone el juego que ha tenido la ropa interior con la exterior, definiéndola como la última barrera del cuerpo ante la desnudez.
El FIT muestra las prendas de su colección permanente, más 70 piezas que incluyen algunas que nunca antes se han expuesto. La muestra contiene piezas que datan del siglo XVIII y llega hasta piezas modernas de las marcas líderes en ropa interior como: La Perla, Agent Provocateur y la colombiana Suki Cohen (Sarah Cohen). Durante la exposición se evidencia cómo, aún cuando la ropa interior era exclusivamente privada, su construcción tenía acabados, decorados y siluetas que igualaban a los más populares trajes.
Durante la exposición se puede detallar cómo en el siglo XIX hubo grandes cambios en la ropa interior desde principios de siglo hasta finales del mismo, de hecho en sus comienzos las siluetas eran modestas a pesar de su nivel de detalle y sus delicados materiales, al contrario de los finales de siglo donde las piezas coloridas igualaban los estampados y colores de los trajes exteriores.
Esa corriente de elevar la elaboración de las piezas interiores alcanzó un sostenido pico en en el siglo XX cuando se popularizaron los trajes de té, que eran prendas íntimas para el hogar que permitían recibir visitas para tomar la bebida. Estos trajes llegaban a un nivel de detalle tan alto que desplegaban opulencia por su elección material y su nivel de confección, esto se mantiene durante los años 30 que recibe y apropia la herencia flapper.
Luego, en los años 50, la ropa interior se vuelve a adaptar a las tendencias de la ropa exterior y es justo cuando se introduce la silueta “New Look” que retoma la forma del reloj de arena para las mujeres. Justamente por ese motivo la ropa interior cambia y se vuelve la aliada secreta para adoptar la silueta deseada con detalles como separar el brasier de las enaguas y hacer una falda interior repleta de capas que ayudara a crear la famosa forma voluminosa.
De igual forma durante los años 60 la ropa interior también fue cómplice de la mujer, pero en este caso fue un cambio de silueta que determinó una revolución social altamente basada en la exaltación de la sexualidad. Esto explicó porqué se introdujo la forma moderna de dos piezas que conocemos hoy en día. Esta forma se sometió a estampados desafiantes, a materiales rebeldes como los del “No Bra” o brasier transparente cuya finalidad era hacer lucir los senos de la forma más natural posible. Otra gran joya que se introduce en esta época es la minifalda, lo que resultó en la popularización de las panty medias.
Finalmente no es sino hasta los años 80 que realmente se puede hablar del concepto sólido de usar la ropa interior como exterior. Esto paso principalmente gracias a un diseñador que tenía un profundo amor por la ropa interior: Jean Paul Gaultier, quien prendió la chispa y muchas casas de moda lo siguieron como fue el caso de Moschino. De esa forma los años 80 dejaron su huella que permaneció hasta los años 90 donde los panties subieron hasta la cintura.
Los años 90 en cambio marcaron el periodo cuando la importancia de la ropa interior tomó protagonismo mientras que explotó una bomba económica de ventas masivas de ropa interior. Este proceso llegó íntimamente acompañado de los medios de comunicación, los cuales popularizaron el “Wonder Bra”, que a pesar de haber sido creado en 1961, no fue sino hasta principios de los años 90 que alcanzó la cúspide gracias a un editorial de Vogue que alaba los escotes profundos y mostraba una sensual foto publicitaria de la modelo Eva Herzigova con la frase “Hello boys” (hola chicos).
Al final la exposición cierra con las piezas de ropa interior modernas, que muestran trabajos detallados en cuidadosos materiales y que ya retoman siluetas antiguas para darle un espíritu retro a los diseños. Toda la exhibición estará abierta hasta Noviembre 15, sin embargo en alianza con Yale press, el FIT publicó un libro que repasa con ensayos y vividas imágenes cada parte de la exposición, sin mencionar que trae una introducción escrita por Valerie Steele.
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