El mundo se mueve rápido y cada vez estamos más influenciados y rodeados de tecnología.Está en todas partes, incluso en la cosmética, donde se desarrollan avances en torno a este mercado.
En este articulo nos referiremos a estos experimentos socioculturales que pretenden conseguir una interacción perfecta entre la belleza, la ciencia y el arte.
La reconocida maquilladora Alex Box plantea que el futuro de la belleza está en las manos de una generación que se arriesga a “romper” las barreras y a desafiar lo establecido utilizando nuevas herramientas no tradicionales. Esto va desde aspectos tan básicos como la forma en que las personas se aplican maquillaje hasta cómo se lleva a cabo su interacción con éste. Para Alex Box el futuro del maquillaje está en establecer una relación más directa, orgánica y natural de las mujeres hacia el maquillaje.
Box quien ha trabajado en la industria de la moda por años desarrollando técnicas y productos revolucionarios, trabaja en una nueva apuesta que podría revolucionar la industria: reinterpretar el maquillaje mediante un híbrido cosmético-tecnológico en un nuevo proyecto que utiliza nanotecnología, microprocesadores y pequeñas instalaciones. Uno de dichos experimentos se llevo a cabo hace poco en Londres; cuando usando un Kinect “hackeado” escaneo el rostro de una modelo para crear una imagen en 3D que luego fue intervenida por el público permitiéndole “maquillar” virtualmente dicho modelo en tiempo real.
Pero Alex Box no está sola en este tipo de experimentación, investigadores como la peruana Katia Vega están apostándole a procesos dirigidos la creación de una gama de cosméticos que por medio de la activación electrónica a través de gestos humanos simples como el parpadeo logran diferentes resultados visuales. La “tecnología de la belleza” que plantea Katia busca proporcionar una alternativa cosmética que incorpore los microprocesadores bajo una premisa similar a la del famoso Google Glass pero usando una interfaz física mucho más discreta y sutil. Los inventos de Katia y su equipo buscan usar el cuerpo como un dispositivo que complemente la tecnología y viceversa. Por ejemplo uno de sus aparatos, el “Blinkflier” funciona con el movimiento de un parpadeo y pretende accionar acciones mecánicos y electrónicas del entorno como por ejemplo abrir una puerta.
“La Tecnología de la belleza transforma nuestro cuerpo en una plataforma interactiva que oculta sin esfuerzos la tecnología a través de productos de belleza para crear interfaces basadas en movimientos musculares que no convierten al usuario en un cyborg”, explica Vega. Para Katia y muchos investigadores de esta área, los productos de belleza tienen hoy el mismo potencial o incluso más que cualquier aparato electrónico externo, pero tienen un beneficio adicional: que ya están incorporados en el usuario de una forma natural.
“Se trata de un uso inteligente de los materiales y más importante de cómo los productos de belleza de hoy pueden ser re-utilizados para crear las nuevas interfaces computacionales”, plantea Thad Starner del equipo creador de Google Glass. El software está en etapa de investigación en el momento, pero podría ser fácilmente adaptado para su uso comercial con resultados que abarcan incluso el mundo médico y las personas con discapacidad móvil extrema.
Pero tal vez el uso más viral de las nuevas tecnologías aplicadas al maquillaje está en las impresoras 3D. La empresaria Grace Choi ha conseguido adaptar uno de estos aparatos para imprimir cualquier color y tipo de producto desde la comodidad del hogar sin necesidad de ir a una tienda de cosméticos. La pequeña impresora llamada MINK permite a los usuarios elegir cualquier color utilizando un gotero virtual o “picker” e imprimir productos cosméticos (inicialmente sombras y rubores) usando una impresora 3D cargada de ingredientes y pigmentos que igualan el color elegido por el usuario y lo materializan un cosmético real. Su objetivo es llegar a imprimir cualquier tipo de producto cosmético incluyendo esmalte de uñas y labiales.
El manejo de tecnología e información era un tema exclusivo de ingenieros, investigadores y expertos, hoy en día el desarrollo en entorno a microprocesadores, electrónica y software es algo que está al alcance de todo tipo de usuarios que antes no podían llevar a cabo sus ideas ante la imposibilidad técnica de desarrollarlas. Plataformas como el arduino* que gracias a su bajo costo, facilidad de uso y sencillo lenguaje permiten a una nueva generación de artistas, aficionados y curiosos experimentar y romper paradigmas.
Hoy por hoy, los consumidores son compradores más informados, y por ende, más exigentes. Demandan no solo gratificación instantánea, sino lo último en avances y tecnología. En un mundo en que todo gira en torno a la pasión, la expresión y la conveniencia sin duda alguna estamos “ad portas” de una nueva era. Y qué mejor herramienta que la tecnología para prodigarnos experiencias que podrían revolucionar la forma en cómo construimos nuestra imagen.
* Arduino es un microprocesador bajo la plataforma de hardware libre diseñada para facilitar el uso de la electrónica en proyectos multidisciplinares
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