Carolina Agudelo fue premiada con el galardón Lápiz de Acero 2014 por mejor Concepto con su obra “El espacio de las buenas maneras, los objetos de las buenas costumbres”, esta instalación de 2013 empezó con un gran Proyecto de Investigación en Creación en el Departamento de Diseño de la Universidad de los Andes, donde Agudelo es docente. El proyecto se concentra en la exploración de los textiles en el espacio doméstico y para su desarrollo se empezó una indagación en la domesticidad de las casas bogotanas, donde las casas de las abuelas crean enormes vínculos emocionales y materiales que nos conectan con tradiciones y memorias.
Esta vajilla refleja la idea que no se puede entender un futuro sin el pasado, sin las tradiciones y sin aquellos legados materiales e inmateriales que nos ligan emocionalmente a un lugar, en estos reside la poética que conecta a las personas con los objetos que los rodean y los espacios que habitan, por eso esta loza celebra los materiales y su transgresión, ya que los textiles inspiran nuevas formas materiales contrastadas entre lo rígido de la cerámica versus lo volátil y liviana y/o lo duro y estable de la madera, como lo flexible y ligero.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Carolina Agudelo sobre este maravilloso proyecto y eso fue lo que nos contó:
¿Cuéntanos cómo empieza esta investigación para crear esta vajilla?
Tomé los días de reunión familiar (regularmente los domingos) en donde el rito de la comida y las actividades en torno a la mesa se hacen explícitos. La narrativa para la construcción de la instalación fue tomada de la Urbanidad de Carreño, afamado pero olvidado libro de modales de 1850, que fue el texto de educación ciudadana y de comportamiento por espacio de 100 años en Colombia. Las reglas consignadas en dicho libro, se convirtieron en el eje del proyecto y le dio nombre a la instalación.
¿Qué nos que liga emocionalmente con la mesa, la comida y su rito?
La necesidad, el placer, la memoria, la tipología de comida, la tradición, las recetas de familia, la sazón, el rescate de los espacios para compartir. No hay nada más enriquecedor que conocer una cultura a través de su cocina y ritos asociados; y no hay nada más espiritual que cocinar y disponer la mesa para la gente que uno quiere.
¿Cómo se codifican actualmente las buenas maneras y las buenas costumbres? ¿Crees que estamos en búsqueda de eso o que realmente ya no nos interesa?
Creo que hay una reinterpretación constante en torno a las formas de comportarnos, eso que llamaron las buenas maneras o reglas de urbanidad. Las reglas que regían el comportamiento en 1850 son, en algunos casos, absurdas para la sociedad actual. Sin embargo, considero que las buenas maneras han estado siempre basadas en el respeto por el otro, en nuestra manera de actuar sin afectar a los demás y esto es primordial para construir buenas y duraderas relaciones. No podría decir que esto no nos interesa actualmente, pienso que nuestros intereses se han transformado e individualizado pero hay una frase que resume mi pensar al respecto “En la mesa y en el juego, se conoce al caballero”.
¿Me gusta eso de lo liviano y delicado contrastado con lo duro y estable, crees que de eso se tratan las tradiciones perdidas que queremos recuperar?
Lo liviano y delicado frente a lo duro y estable estuvo relacionado al reto material del proyecto, en la elaboración de encajes en cerámica y madera, hacer parecer ligeros materiales muy rígidos. Nunca lo vi como una metáfora en torno a las tradiciones perdidas, pero es muy bonita la aproximación y me pone a pensar en lo simple sobre lo elaborado y lo relajado sobre lo formal. Desde allí podría construirse todo un proyecto nuevo acorde también al espíritu del tiempo que vivimos.
¿Esta reflexión que haces o que invitas a realizar a través de una vajilla, que por cierto es hermosa, estará a la venta?
Creo que los objetos siempre están llenos de significado, hablan del momento en el que fueron creados, hablan de las personas que los adquieren, de las historias de vida que se han desarrollado en torno a ellos. En el diseño contemporáneo, hablan con más fuerza del diseñador y su filosofía personal en torno a lo que crea. Esta vajilla, que es uno de los productos del proyecto “Las buenas maneras, Las buenas costumbres”, se va a comercializar desde el próximo noviembre en una serie corta de objetos que cuentan esta historia de comportamiento en torno a la mesa y la comida.
Entonces la espero con ansias. ¡Déjame saber para ser de las primeras en tenerla!
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