Taliana Vargas tiene una Casa en el Árbol, un lugar donde más de 300 niños y sus madres encuentran un espacio de apoyo para reconstruirse como seres humanos a través de unos programas de educación y empoderamiento. La fundación Casa en el Árbol es un proyecto Fashion Radicals pues como ella misma lo declara algo Radicals es aquello que tiene un tronco fuerte sujeto a la tierra, pero siempre mirando al cielo y logrando los sueños.
Fotos de Esteban Zuluaga
En la tienda Makeno de la ciudad de Medellín, se abrió un espacio donde una parte del closet de Taliana está a la venta para apoyar la fundación Casa en el Árbol. “Un día me levante y me di cuenta que no podía creer que tuviera un closet de casi 13 metros lleno de ropa, era demasiado y a pesar de que cada pieza representa una historia de mi vida y un recuerdo especial, seguía siendo demasiado y no era necesario tener tanto acumulado. La vida esta llena de historia y estas piezas me han acompañado a contarla pero no tengo que guardarla en un closet, deben seguir otro camino y contar otra historia en el cuerpo de otra mujer. Entonces invite a mis amigas e hice la primer venta de closet, llegaron 30 mujeres, la cuales quedaron matadas porque realmente estos son tesoros, no solo porque vivieron una parte de mi vida sino porque también son prendas muy divertidas, vintage o cosas súper exclusivas, así que vendérselas y con ese dinero apoyar a la fundación es algo aun más especial. Ahora estoy en la tienda Makeno (Cra 37 No 10-35 Local 305 Medellin) haciendo el mismo ejercicio porque esto ayuda a seguir con los programas de educación para los niños.”
A Taliana Vargas le fascina la moda pues es un juego divertido para expresar su personalidad tranquila y despistada, disciplinada y sencilla que disfruta enormemente del mar y que sueña con estudiar psicología. Después de hablar con ella percibimos en sus palabras y sonrisa un gran sentimiento de plenitud y gratitud por su vida, por estar al servicio de los niños algo que la colma completamente y se atreve a decir que le gustaría haber sido una monja misionera, desconocida y trabajando por la niñez. Amante de la música de Buika y el color verde, esta mujer vive agradecida por quién es, porque gracias a la vida que tiene ha logrado sentirse feliz y como ella misma lo afirma el tiempo es muy corto y hay que entregarlo todo en excelencia: ” cuando estoy agotada, pienso esto tiene un comienzo y un final, hay que darlo todo, con disciplina y seguir.”
Catherine Villota y Taliana Vargas
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